En el año 1965 esta metrópoli se convirtió en una de las ciudades más ricas del mundo y llegó a albergar una población de 160.000 habitantes, una población superior a la que en ese momento tenían Sevilla, Londres o París.
Miguel de Cervantes ya hizo referencia a la riqueza de esta urbe en su obra Don Quijote de la Mancha: "Si yo te hubiera de pagar, Sancho (…) las minas del Potosí fueran poco para pagarte". De ahí el dicho en español “vale un potosí”, que significa que algo vale una fortuna. Esta metrópoli se sitúa a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar, un hecho que la califica como una de las ciudades más grandes del mundo a tal altura. Su centro desprende una belleza única y está repleto de edificios coloniales de gran interés. De hecho, fue durante este periodo cuando empezaron a construirse teatros y se levantaron hasta 36 iglesias. Una de las edificaciones más visitadas es la Casa Nacional de la Moneda, fundada en el año 1572 por el Virrey Francisco de Toledo, y lugar en el que se acuñaba la moneda. Potosí seduce solo con pasear por sus acogedoras calles limitadas por espectaculares edificios de arquitectura deslumbrante. Se dice que esta ciudad es la cuna del barroco andino del país, una característica que en el año 1987 le valió el título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
