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La ciudad amurallada más bella de Irlanda

Une bella ciudad dividida por el río Foyle

Su nombre puede confundir de primeras ya que muchos la denominan tan solo Derry. El condado de Londonderry fue testigo de los enfrentamientos entre católicos y protestantes, por ello la ciudad tiene dos nombres. Los denominados Troubles o disturbios como el Bloody Sunday (Domingo sangriento) ocurrieron lugar aquí. La ciudad está repleta de murales que recuerdan los altercados pero también de símbolos que celebren la paz conseguida tras los enfrentamientos. Un paseo por los murales de Derry será más que suficiente para empaparse por completo de la historia. Puedes acompañarlo mientras escuchas la famosa canción de U2.

Uno de sus mayores atractivos turísticos es la muralla que rodea su centro histórico. Construida por los británicos a principios del siglo XVII ha sobrevivido casi intacta hasta hoy. Mide aproximadamente seis metros de largo y abarca algo más de un kilómetro. Existe la posibilidad de realizar un tour a pie que explica el origen de su historia o simplemente recorrerlo a tu ritmo disfrutando de las vistas. Dejando de lado la historia y sus muros, la ciudad está llena de vida y ocio. Acércate a Craft Village, un pequeño pueblo artesano en pleno corazón de la ciudad. Este rincón es una reconstrucción de una calle del siglo XVII repleta de puestos de artesanía, cafeterías y restaurantes. Además, este pequeño oasis, ofrece exposiciones temporales de arte, música en directo o representaciones teatrales. El Guidall es uno de los edificios más impresionantes de Londonderry. Se trata de una construcción neogótica de ladrillo rojo situada al borde de una pintoresca plaza perfecta para sentarse a descansar o comer algo. La catedral de San Colombo o el Museo de Chapter House son también parada obligada para conocer a fondo la ciudad. Para terminar el día el Peace Bridge ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad desde el agua y unos colores espectaculares para ver el atardecer. Si uno se aleja un poco de la urbe podrá disfrutar de las playas del condado. Para explorarlas hay una ruta costera: la ruta de la Calzada. Permite recorrer la costa irlandesa a través de carreteras colindantes a los acantilados. La guía Condé Nast la denominó como una de las mejores rutas costeras por carretera del mundo. Si no dispones de tiempo para hacerla entera es posible realizar un pequeño tramo en tren. No te decepcionará.