Como sucede en otras partes del planeta, en las que los seres humanos se han enfrentado entre ellos en conflictos bélicos, esta zona de Europa ha incluido, una vez reconstruidos los pueblos y ciudades, memoriales para reivindicar este fatal error histórico. Son necesarias paradas en recorridos viajeros de gran belleza, parte de la historia de todos.
Los tiempos de paz han vuelto a traer visitantes a estas tierras, un enclave entre los Balcanes volcado al mar, en el que se fundieron elementos de las tradiciones cristiana y musulmana. La reconstrucción también implicó que se crearan espacios para recordar lo que sucedió aunque pareciese mentira, algo impensable después de las dos guerras mundiales sufridas en Europa.
Disfrutar de los lugares y de las acogedoras gentes de estas tierras merece dedicar un tiempo a pasar por estos memoriales que nos conmoverán, y que harán que apreciemos aún más los tiempos de paz.
Parece mentira que los lugares que recorremos, de gran belleza y marcados por la tranquilidad, fueran campo de batalla en los años noventa del siglo XX. Pues así fue, como podremos recordar durante nuestro paso por Sarajevo y Mostar, dos inolvidables y gratas experiencias de viaje que también recordaremos por este legado antibélico.