La montaña Le Morne Brabant y su entorno es, en sí mismo, un motivo para descubrir la isla. Y no lo decimos nosotros. En el año 2008 esta roca ingresó en la lista de espacios considerados por su belleza y su historia, Patrimonio de la Humanidad.
Con sus cerca de 550 metros de altura y escarpadas paredes verticales, regala al visitante unas impresionantes vistas de la isla. Para los amantes del senderismo, el ascenso hasta su cumbre será una ruta obligada. Prepara la cámara, por no querrás olvidar las espectaculares vistas. Eso sí, ten en cuenta que es necesario contratar un guía para realizar el último tramo con seguridad.
En el entramado de cuevas y zonas de bosques que cubren el monte se escondieron durante años piratas y esclavos, ya que Mauricio era una parada habitual en las rutas de comercio de esclavos.
Además de esta roca basáltica única, desde cuya cumbre podrás admirar ambas bahías, este privilegiado rincón del planeta es un destino ideal para los amantes de las olas. ¿Sueñas con practicar surf en un entorno exótico? Las playas de Le Morne serán tu paraíso.
La historia de Le Morne Brabant tiene un triste desenlace. Se sabe que en su entramado de cuevas vivían esclavos durante la colonia inglesa. En 1835, con la abolición de la esclavitud, la policía británica ascendió a la roca para localizar a los esclavos y comunicarles su liberación. Sin embargo, estos, asustados, se precipitaron al vacío al no entender el mensaje. Mauricio fue considerada la tierra de los esclavos rebeldes, cimarrones, dado el número de ellos que escapó y vivió en el famosa roca Le Morne Brabant. De hecho, esta montaña simboliza su lucha por la libertad