Es normal que sean muchísimos los templos y los santuarios que salpican el territorio nipón. En los primeros se practica el budismo, una doctrina filosófica que niega la existencia de un Dios creador y venera a Buda; y en los segundos el sintoísmo, una religión indígena que adora el poder de la naturaleza y que rinde homenaje a Kami. Sin duda alguna las diferencias entre una y otro son notables
Las puertas de los templos cuentan con grandes estructuras de madera custodiadas por los guardianes nio, uno con la boca abierta (que representa la vida) y otro con la boca cerrada (representa la muerte), mientras que los santuarios reciben a los fieles a través de los imponentes toris y están protegidos por animales (leones, perros o zorros). En los templos se venera a Buda y a los Bodhisattva, personas que han seguido con éxito el camino de esta divinidad. No obstante, en los santuarios se adora a Kami, que se puede encontrar en cualquier parte de la naturaleza. Los monjes son los religiosos que se encuentran en los templos y los sacerdotes están en los santuarios. Se los distingue gracias a su vestimenta, ya que los primeros llevan kimono y lo segundos un Makama, una especie de pantalón.