Quien visite Helsinki, tal vez se sorprenda al no encontrar en ella un casco antiguo como el que hay en otras capitales europeas y es que la capital de Finlandia tiene menos historia, ya que, posiblemente, es la más joven de las capitales nórdicas. Sin embargo, nos encontramos ante una ciudad vanguardista, en la que predomina el minimalismo, pero con una arquitectura art Nouveau muy característica, una ciudad humana por la que es una maravilla pasear sin prisa al tiempo que admiramos su cultura, sus restaurantes, sus barrios…y, por supuesto sus saunas.
Helsinki es una ciudad de museos, (tiene unos 80 entre los que se encuentran algunos de los más populares de Finlandia), es una ciudad vibrante también de noche, incluso en invierno, una ciudad que mira a un mar lleno de islas, (alrededor de 330), y una ciudad llena de parques, que, además nos ofrece muchos e interesantes lugares para conocer: la catedral blanca, símbolo de Helsinki; el Palacio del Gobierno; el edificio principal de la Universidad; la Biblioteca Nacional; el barrio de Tori, una zona donde podemos encontrar numerosos restaurantes, cafés y tiendas; el antiguo mercado de Helsinki; el barrio de Katajanokka, una auténtica joya de Art Nouveau; la catedral ortodoxa de Uspenski, con sus cúpulas de oro y fachada de ladrillo rojo; el monumento a Sibelius; el Parlamento; el estadio olímpico; la sorprendente estación de tren de Helsinki; y, por supuesto, el Museo Nacional. Por último, si es posible, no debemos perdernos conocer la capital de Finlandia en invierno. Es una experiencia única.
Durante el invierno, Helsinki se transforma en una ciudad completamente diferente, rodeada de nieve y silencio, pero en la que la vida no se para ni un momento. Hay cantidad de actividades para hacer durante el invierno finlandés: esquí de fondo, ya que hay alrededor de 200 kilómetros de pistas en torno a la capital; patinaje en un lago, en el mar o en las pistas situadas en pleno centro de la ciudad; podemos caminar sobre el Báltico, sí, sobre el mar Báltico helado, una experiencia inolvidable; podemos deslizarnos en un trineo de plástico, (el Pulkka), por pistas improvisadas por toda la ciudad; nadar en el hielo o relajarnos en una sauna.
Una de las cosas que más sorprenden en toda Finlandia, y por supuesto en Helsinki, es el silencio y la tranquilidad. Tan importante es para los habitantes de la capital el silencio, que le han construido una capilla: “La Capilla del Silencio”. Este sorprendente lugar, que además de ser un centro religioso y de meditación, es también un espacio de exhibiciones, destaca por su forma curvada y por estar construido con madera de los bosques finlandeses. “La Capilla del Silencio” recibe luz natural por el techo. Las paredes interiores de la capilla están hechas con tablones gruesos de madera de aliso y los muebles son de madera maciza. La fachada está hecha con tablas de madera de abeto y tratadas con una mezcla de alquitrán y aceite de linaza. El edificio tiene una altura de 11,5 metros y está situado en la plaza de Narinkka, en el barrio de Kamppi, en pleno centro de Helsinki. Es extraño ver este edificio en medio de una plaza donde hay un centro comercial y un hotel construidos con metal y vidrio, pero que, en realidad, crean un contraste muy interesante.