¿Por dónde empezar a hablar de un país como Grecia? ¿Qué características destacar en un destino que tiene tantas bondades? ¿Cómo ordenar los elementos que convierten a Grecia en una de las naciones más visitadas del planeta? No es tarea sencilla, desde luego, pero lo intentaremos de todos modos…
El primer dilema reside en si hablar primero de sus playas, de sus islas y de la magia del Mediterráneo o en hacerlo sobre su ingente patrimonio histórico. Si comenzáramos por lo primero, tendríamos que decir que Grecia cuenta con una serie de islas alucinantes, de una belleza sin igual y repletas de encantos que las convierten en pequeñas porciones de paraíso: Corfú, Santorini, Mykonos, Creta, Rodas… Si, por el contrario, decidiéramos comenzar por la arqueología y el patrimonio histórico, podríamos empezar diciendo que el emblema de la UNESCO no es otro que la fachada principal del Partenón, uno de los edificios más destacados de la Acrópolis de Atenas. Así de importante es el legado de la Antigua Grecia. Independientemente de por dónde comenzáramos, después tendríamos que referirnos a la gastronomía griega, sin duda una de las mejores, más ricas y más variadas de toda Europa; a la sociedad helena, abierta, divertida y hospitalaria como en muchos otros rincones del Mediterráneo; a las ciudades de la Grecia continental y a las que se encuentran en cualquiera de sus islas; a los paisajes, a los intensos colores que lo llenan todo, a las puestas de sol, a los campos de trigo, a las mil y una leyendas de la mitología griega…