Tratándose de una isla en mitad del Océano Índico, en pleno trópico, no es de extrañar que Sri Lanka ofrezca al visitante una colección apabullante de espacios naturales capaces de quitar el hipo. Explorar el territorio de este maravilloso país es sinónimo de descubrir a cada paso una imagen de postal imposible de olvidar.
Cuesta trabajo creer la gran variedad de paisajes y de espacios naturales que alberga Sri Lanka, teniendo en cuenta su reducido tamaño. Pero claro, al lado de la India, casi todos los países parecen pequeños… Lo cierto es que en los aproximadamente 65.000 kilómetros cuadrados con los que cuenta esta isla hay sitio para todo: ciudades bulliciosas, aldeas llenas de encanto, templos asombrosos y, por supuesto, el despliegue de la madre naturaleza.
Los parques nacionales esrilanqueses pueden presumir de contar con una flora y una fauna increíbles, propias del clima tropical en el que se encuentra la isla. Así, en lugares como el Udawalawe National Park, Wilpattu, Bundala, Wasgamuwa, Minneriya, Yala o el Parque Nacional de Horton Plains es posible disfrutar a lo grande de la naturaleza, contemplando paisajes de postal y, con suerte, observando alguno de los representantes de la fauna local. Y es que en Sri Lanka habitan todo tipo de animales, muchos de ellos de lo más exótico. Por ejemplo, tigres, leopardos, elefantes, osos negros y osos hormigueros, panteras, monos de toda clase, búfalos de agua, puercoespines y varias especies de ciervo. En las costas es posible ver ballenas, peces espada, delfines y cientos de tortugas marinas, mientras que en los humedales del interior viven otras especies menos “amigables”, como cocodrilos, sapos de gran tamaño y distintas serpientes, como la pitón y la cobra.