Debido al gran tamaño del territorio polaco, solo el 1% del país está formado por Parques Nacionales. Sin embargo, el número de estos espacios naturales asciende a 23, y podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que son a cual más bello y pintoresco.
Cada parque nacional de Polonia destaca por un motivo diferente: el de Biebrzanski, lleno de zonas pantanosas y de aves acuáticas de todo tipo, es el más grande de todos; mientras que el de Bialowieza, situado en la provincia de Podlasie, es el parque nacional más antiguo del país. También es famoso por ser uno de los pocos lugares del mundo donde vive en libertad el bisonte europeo.
En la región de Wielkopolska se encuentra el Parque Nacional de Ujscie Warty, el más joven de Polonia, lugar de paso de miles de aves migratorias que cada otoño emprenden su viaje hacia el sur. También es interesante el Parque Nacional Kampinoski, al lado de Varsovia, ya que constituye una de las dos únicas selvas situadas junto a una gran ciudad de todo el mundo (la otra está en Nigeria). Y si quedan tiempo y ganas, siempre se puede realizar una visita a los parques de Karkonoski, uno de los más populares del país; de Slowinski, en el que se pueden ver dunas de arenas movedizas como las de las películas, o el Parque Nacional del Río Narew, con un trazado con forma de trenza. Las llanuras y las montañas, los bosques y los parques urbanos, la flora y la fauna… Polonia no es Tanzania, pero sin duda ofrece al viajero un catálogo amplio y completo de experiencias en plena naturaleza. ¡Solo hay que saber dónde buscarlas!