Sus barrios transportan hasta la época feudal, ya que en ellos descansan pintorescas calles flanqueadas por casas señoriales, magníficos jardines, antiguas zonas de recreo, así como templos y castillos que nos dejarán pasmados.
Un enorme puente de madera que aúna la tradición con la modernidad recibe a los curiosos aventureros que hacen un alto en este bello y pequeño emplazamiento en el que se pueden admirar las fabulosas casas de samuráis cercadas con paredes de barro y que esconden mansiones de lujo, así como lugareños vestidos con los tradicionales kimonos de seda, u artesanías típicas como la cerámica Kutani y Ohi. La parte más ancestral de Kanazawa es deslumbrante y todavía conserva la esencia más pura y auténtica del país. Ejemplo de ello es el barrio de las geishas, donde actualmente descansan viviendas con alrededor de 200 años y en el que se pueden ver de cerca las auténticas geishas. Qué decís, ¿nos vamos a Kanazawa?