Comienza el recorrido por esa otra cara de Gotemburgo en su espectacular Jardín Botánico, el Botaniska Trädgarden. 1,75 millones de metros cuadrados y alrededor de 16.000 especies vegetales conforman este sublime recinto, considerado uno de los más grandes de Europa entre los de su clase. Más o menos una quinta parte está formada por jardines y el resto es una reserva natural donde el bosque primigenio campa a sus anchas. La parte ajardinada se empezó a desarrollar en 1916 y no ha parado de crecer desde entonces. ¿Te imaginas? Vayas cuando vayas, el espectáculo está asegurado: la alfombra floral de los rododentros en primavera, el olor de las magnolias a principios del verano, los mil colores que aporta el otoño... Y en invierno, tranquilo porque también hay naturaleza por un tubo, ya que unos enormes invernaderos aseguran la supervivencia de las plantas, incluso de aquéllas que habitualmente crecen en el desierto o en los bosques tropicales.
A orillas del río Mölndalsan se concentran varios de los lugares de interés de Gotemburgo. La lista la ha completado recientemente el centro científico Universeum, que te ofrece una experiencia didáctica y educativa para toda la familia. Es decir, que si viajas con los pequeños de la familia, es un sitio imperdible. Y si no... ¡también! Y es que esta exposición interactiva nació en 2001 con el objetivo de desarrollar la inquietud científica y tecnológica de los niños y jóvenes. Por eso podrán ver anacondas, monos o rayas; estudiar las galaxias o los coches lunares, y realizar todo tipo de experimentos. Además de su apasionante contenido, el Universeum destaca también por su fabuloso continente. El recinto, diseñado por el arquitecto local Gert Wingardh, recibió en su inauguración el premio al mejor edificio contemporáneo sueco gracias a su concepto moderno y ecológico. Muy cerca del Universeum tienes otra parada obligatoria para completar tu viaje con los más pequeños: el parque de Liseberg. ¿Qué puedes encontrar allí? La pregunta correcta qué no puedes encontrar. Porque este popular parque te ofrece emocionantes atracciones de feria, baile, espectáculos, representaciones de teatro... El entorno ya merece la pena, porque el recinto es desde el siglo XVIII un paraje precioso. El ayuntamiento de la ciudad lo compró a su propietario y creador con motivo de la Exposición de 1923 y creó un parque de atracciones con una espectacular montaña rusa hecha de madera. Después se le fueron añadiendo atracciones que, como es lógico, convirtieron a Liseberg en uno de los puntos más visitados de la ciudad. ¡Os lo vais a pasar en grande! Finalmente, en una ciudad tan conectada al mar, es impensable pasar un tiempo en Gotemburgo sin hacer una visita a sus islas, concretamente a las que forman parte del archipiélago sur de la localidad. Sin duda, es una de las mejores excursiones que puedes plantearte. Fotografía paisajes preciosos, pasea por la naturaleza en su máximo esplendor, date un chapuzón en aguas cristalinas si el tiempo lo permite o móntate un día de picnic como si fueras un sueco más. Hay varios hoteles pintorescos para quedarse alguna noche si cuentas con más tiempo, aunque siempre queda la posibilidad de organizar una ruta de media jornada o un día entero y regresar para dormir a la ciudad. En total, son 13 islas y hay ferris que las recorren todas por un módico precio.