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Sagaing

Ciudad de monasterios

Su aire místico se percibe justo al pisar su terreno. En él descansan una gran cantidad de monasterios y la mayoría de ellas están en muy buen estado de conservación. Este simple hecho ya demuestra la importancia que los oriundos dan a la religión.

La mayor inmersión local la tendremos en el mercadillo tradicional que se sitúa frente al río. Aquí podremos comprar cualquier tipo de producto, desde verdura hasta ropa tradicional. Incluso hay alguna parada gastronómica en la que podremos pararnos a picotear alguna de las exquisiteces típicas de la región. Aunque sin ninguna duda, el mayor atractivo de esta metrópoli es la Sagaing Hill. Una colina donde las estupas doradas y blancas contrastan fuertemente con el verde intenso del espesor del bosque. ¡Una imagen idílica! Para acceder a lo alto de esta pequeña montaña, de unos 240 metros de alto, deberemos subir centenares de escalones, pero el esfuerzo valdrá la pena. ¡Ánimo!