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Namur

La ciudadela de Namur, uno de los tesoros belgas

La importancia de esta preciosa localidad se disparó en la Edad Media, pero muchos siglos antes habían pasado por ella los celtas y los romanos. Durante los últimos 500 años, por esta urbe han pasado grandes potencias europeas como por ejemplo Francia, Austria y Holanda. No obstante, antes de eso, fueron los merovingios, de origen germano, los que se encargaron de levantar la ciudadela con la que actualmente cuenta este hermoso emplazamiento.

En Namur los viajeros podrán saborear en primera persona la riqueza del patrimonio con el que cuenta la ciudad, así como pasear por sus encantadoras calles adoquinadas, contemplar el vaivén de los lugareños y visitantes desde cualquier terraza de los bares y degustar la gastronomía local en alguno de los restaurantes, siendo el plato estrella el guiso de caracoles

Namur es una ciudad que cuenta con un animado ambiente callejero y con amplias zonas comerciales. Su interior está compuesto por una gran variedad de museos y grandes monumentos que vale la pena visitar. Seguro que los viajeros quedarán impactados con la impresionante Catedral de San Albano, de fachada neoclásica y obra del arquitecto italiano Gaetano Matteo Pisoni. El campanario de Namur, llamado Beffroi, es otro de los iconos de la localidad. Esta torre cilíndrica se construyó en el año 1388. Hoy en día su interior acoge exposiciones de arte, aunque antiguamente daba la orden a la apertura y cierre de las puertas de la ciudad. Este monumento fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1999. La iglesia de Saint Loup, construida en el siglo XVIII y de estilo barroco, también forma parte de la lista de joyas de Namur, al igual que el Tesoro del Priorato d'Oignies, considerado una de las siete maravillas de Bélgica. Se trata de un evangeliario que muestra obras del fraile montano Hugo d'Oignies. Sin duda alguna, es una auténtica obra maestra.