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Playas de auténtico lujo

Diversión y placer junto al mar

Los amantes del surf y otros deportes acuáticos, los enamorados que desean pasear cogidos de la mano, las familias que buscan una playa tranquila en la que pasar el día, los aficionados a la fotografía, los que simplemente quieren regresar de su viaje con un bronceado envidiable… Todo el mundo encuentra una razón de peso para dedicar parte de su tiempo a las playas de Sri Lanka.

Vista en un mapa, Sri Lanka puede parecer un país pequeño -su superficie es aproximadamente el doble de la de Cataluña-, pero no debemos olvidar que se trata de una isla, y que, por tanto, todo su territorio está rodeado de agua. Concretamente, estamos hablando de más de 1.300 kilómetros de costa, bañados por las deliciosas aguas del Océano Índico.

Esto propicia que a lo largo de toda esa línea de costa podamos encontrar playas de todo tipo. La arena de algunas es blanca y fina, mientras que otras la tienen dorada y algo más gruesa, como las del Mediterráneo. En algunas el mar es bravo y arroja vigorosas olas contra la orilla, mientras que en otras el agua es como una balsa de aceite. En algunas se respira un ambiente festivo, están llenas de gente que busca divertirse y se encuentran rodeadas de establecimientos donde comer, beber o bailar, mientras que otras son tan tranquilas y silenciosas que transmiten la sensación de no haber sido pisadas antes por nadie.

Precisamente por su oleaje, las playas de Sri Lanka se han convertido, de un tiempo a esta parte, en toda una meca mundial del surf. Los aficionados a este deporte -así como los amantes del windsurf o del kitesurf- acuden cada año a esta isla para disfrutar cogiendo las olas del Índico. Y quienes prefieran actividades más tranquilas, siempre pueden optar por los paseos en kayak, el esnórquel, el submarinismo o, sencillamente, disfrutar de un día de playa entre el agua y la arena.

Algunas de las playas más espectaculares de Sri Lanka

Bentota

La Playa de Bentota es una larga franja de suave arena dorada, casi vacía, un lugar espléndido para disfrutar del sol. Aquí desemboca el río Bentota, que forma diversos manglares y lagos entre la playa y la selva. Cerca de la playa hay un centro de protección y conservación de tortugas, el Sea Turtle Protection Association. Allí se encargan de mantener a salvo las crías de tortuga hasta que llega el momento de liberarlas en el mar. La mejor época para pasar unos días en la playa de Bentota es de octubre a marzo.

Jungle Beach

Es la mejor playa para niños de Unawatuna y en ella hay mucha menos gente que en la playa principal. No tiene corrientes, se puede hacer snorkel sin peligro y divisar varias clases de peces de colores. La playa es realmente un lugar apacible y tranquilo en el que se puede nadar sin problema. No obstante, la playa es más bien pequeña y cuesta un poco de trabajo acceder a ella. Se puede llegar en tuctuc a través de un sendero estrecho que atraviesa la jungla, aunque también se puede llegar andando.

Mirissa

Mirissa es una de las mejores playas para disfrutar de la naturaleza marina. Desde allí se organizan excursiones en barco para poder ver las ballenas y delfines. Además, durante el mes de diciembre las tortugas se aproximan a la playa para el desove. La playa Mirissa es un lugar muy tranquilo, que la convierte en una de las playas favoritas de los visitantes: tropical, silenciosa, con amaneceres y atardeceres que te dejarán sin aliento. Se trata de un hermoso y perfecto arco de arena fina con aguas claras y tranquilas, un lugar ideal para descansar.

Hikkaduwa

La playa de Hikkaduwa es un lugar ideal para relajarse, surfear, contemplar los fondos marinos o incluso asomarse a ver a los famosos pescadores zancudos de la isla. Esta playa es un buen sitio para practicar el surf y para iniciarse en este deporte. Lo verdaderamente interesante de esta playa es su impresionante fondo marino, con arrecifes coloridos de coral que invitan a bucear y que pueden observarse desde unos barcos que hacen excursiones. En el plano cultural, Hikkaduwa tiene un templo budista y un monumento y un museo dedicado a las víctimas del tsunami de 2004.