Como si de un viaje en el tiempo se tratara, los castillos y palacios de Dinamarca permiten al visitante recorrer parte de la historia del país, y disfrutar contemplando algunas de las fortalezas y complejos palaciegos más bellos y formidables de toda Europa.
La arquitectura danesa tiene una peculiaridad: a primera vista, parece similar a la del resto del continente europeo, sobre todo en lo que respecta a sus castillos y palacios. Grandes construcciones, principalmente de estilo renacentista, en las que se libraron cruentas batallas o que sirvieron de residencia oficial a la familia real danesa. Pero, tras observar esos edificios más detenidamente, aparecen detalles, matices y toques que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del Viejo Continente. Y es que Dinamarca es diferente, es especial, tiene algo que la hace única… El número de viajeros que escoge Dinamarca como destino de sus vacaciones aumenta cada año, y buena parte de ellos lo hace por los extraordinarios castillos y palacios que se encuentran repartidos por la geografía danesa. La fortaleza de Frederiksborg, el castillo de Rosenborg, donde se hallan las joyas de la corona, el de Kronborg, sede del Museo Marítimo y de Comercio, el Palacio de Christiansborg, el divertido castillo de Egeskov, la imponente fortaleza de Dragsholm, el Palacio de Amalienborg… Desde luego, quienes vayan a Dinamarca en busca de majestuosas construcciones tendrán donde elegir.