De los espesos bosques a los vertiginosos acantilados, de los bonitos jardines a los impresionantes parques nacionales, y de las verdes praderas a las profundas e intensas aguas del Mar Báltico. ¡La naturaleza letona tiene mucho que ofrecer al viajero ávido de experiencias!
El norte de Europa siempre ofrece agradables sorpresas para los viajeros que están acostumbrados a los espacios naturales del sur del continente. El Mediterráneo y el Báltico tienen en común prácticamente todo, excepto lo más importante cuando de experiencias viajeras se trata. Nos referimos a las sensaciones y emociones que transmiten a quien los contempla. Cálido y luminoso el primero, amplio y sereno el segundo. Bullicioso y lleno de vida uno, pausado y profundo el otro. El Mar Báltico constituye, no obstante, solo una parte del paisaje letón. Los extensos bosques del interior, de un verde intenso y siempre rodeados de un aura de misterio, son la otra mitad de un despliegue natural que apenas tiene comparación en el marco de la Europa Septentrional. Para disfrutar de la naturaleza de Letonia, nada mejor que visitar alguno de sus parques nacionales, como el de Gauja, o dejarse seducir por la magia del Báltico en lugares como el Golfo de Riga.