En el punto más al sur de la isla de Vancouver, en la provincia de Columbia Británica se encuentra esta ciudad de tamaño medio y de carácter tranquilo y apacible a pesar de ser la capital de la región. Victoria, vive por y para el mar, y conserva el encanto refinado de una ciudad británica. De naturaleza muy accesible, se puede recorrer de forma cómoda a pie o en bicicleta.

Victoria es eminentemente una ciudad portuaria y algunas de sus principales atracciones se encuentran en esta área. El puerto, la zona de Inner Harbour, es de las zonas más atractivas de la metrópoli y donde se encuentran los edificios más representativos como el edificio del Parlamento. Ésta es una de las visitas obligadas, un edificio neobarroco que data del siglo XVIII y que durante la noche es iluminado ofreciendo una postal de gran belleza. En la misma zona, destaca el edificio del hotel The Empress, una impresionante construcción de estilo eduardiano edificada a principios del siglo XX. Sin embargo, el área de Inner Harbour destaca también por su vibrante escena cultural. Multitud de artistas y bohemios han hecho de este barrio su laboratorio de ideas. De esta manera, el visitante se encontrará con un gran número de tiendas de diseño, pubs y restaurantes en los que la cultura late por sí misma. No es de extrañar encontrarse con algún concierto clandestino en algún bar o a artistas trabajando en la calle. Cerca de la zona, el Beacon Hill Park es uno de los más populares de la ciudad por poder practicar actividades recreativas al aire libre y porque ofrece algunos sitios de interés como una zona funerária dedicada a los nativos de la región con algunos impresionantes tótems. Una de las actividades más recomendadas durante una visita a Victoria es adentrarse en el mar con una de las excursiones que se ofrecen en el puerto. Con un velero o una lancha rápida, podremos contemplar la rica fauna marina canadiense compuesta por ballenas, orcas, focas o leones marinos.