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Maravillas fuera de la capital

Explorando lo mejor de la geografía checa

Brno, Plzen, Český Krumlov, Olomuc, Ostrava, Pálava, Liberec… Solo hay una “Ciudad de las 100 Torres”, que es Praga, pero existen 100 ciudades que, sin duda, merece la pena visitar a lo largo de un viaje por la maravillosa República Checa. Aprovecha tu recorrido por el país para llevarte un pedacito de cada una de ellas.

Praga es una de las ciudades más visitadas de Europa, tanto en solitario como dentro de alguno de los múltiples tours que recorren las capitales imperiales. Y motivos no le faltan, ya que es una ciudad preciosa y llena de encanto. Pero, ¡cuidado! No dejemos que la belleza de Praga se convierta en un obstáculo que nos impida disfrutar del resto de la República Checa… A lo largo y ancho del país existen numerosas ciudades y pueblos que pueden presumir de la misma belleza que la capital y que, además, reciben muchos menos visitantes al año, por lo que mantienen intacta su esencia y sus tradiciones. Es el caso de Český Krumlov, una preciosa localidad situada al sur de Bohemia, que cuenta con un precioso casco histórico y un castillo que parece sacado de un cuento; o de Brno, la segunda ciudad más grande de Chequia, rodeada de encantadoras bodegas y castillos medievales como el de Spilberk. Kutná Hora, muy cerca de la capital, es una especie de museo de arquitectura al aire libre, ya que alberga impresionantes edificios, tales como la Catedral de Santa Bárbara, la Casa de Piedra, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y San Juan Bautista o la imponente fuente de la plaza Rejskovo Náměstí. Al este del país, en las regiones de Silesia y Moravia, podemos encontrar joyas como la preciosa y pintoresca Plaza de Mikulov, llena de encantadoras casitas de estilo renacentista; la Fortaleza de Olomuc; el Cementerio de Střílky, tan singular como impactante; las magníficas aguas termales de Luhačovice, rodeadas de lujosos hoteles y villas; los espectaculares palacios de Lednice y Valtice; las Cuevas de Turold; el asombroso “Sendero por las Nubes” de Kralický Sněžník, un camino de madera construido a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar… ¿Y qué decir de la maravillosa Bohemia? Plzen, con su famosa fábrica de cerveza Pilsner Urquell (para algunos, la mejor de todas cuantas se elaboran en la República Checa); Pálava y sus increíbles espacios naturales; el conocido Triángulo de los Balnearios, formado por los de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně; la encantadora ciudad de Liberec, en la que se encuentra el parque zoológico más antiguo del país, y en la que el descanso y el entretenimiento se dan la mano; Litomyšl y su maravilloso castillo y su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; o el bellísimo pueblo de Jičín, que parece sacado de un cuento de hadas y que hace las veces de puerta de entrada al Český Ráj, o Paraíso de Bohemia.

Ciudades imperdibles dentro del territorio checo

Brno

La segunda ciudad más poblada del país es, además, la más importante de la región de Moravia. Brno es una urbe dinámica, joven y llena de atractivos para todos los públicos. Por ejemplo, la imponente catedral gótica de San Pedro y San Pablo o la fuente barroca de Parnas, una de las más bonitas y fotografiadas del país. En las inmediaciones de la ciudad se hallan también dos importantísimos reclamos turísticos: el Castillo Spilberk y las bodegas de Kraví Hora.

Český Krumlov

Esta es, para muchos, la única ciudad checa capaz de competir con Praga en cuanto a belleza y patrimonio histórico. Igualmente bañada por las aguas del río Moldova, en Český Krumlov predominan los edificios de estilo renacentista frente al gótico de Praga. Su centro histórico ostenta la categoría de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en sus alrededores se halla el famoso y espectacular Castillo de Krumlov, una imponente construcción medieval.

Kutná Hora

Apodada “La Ciudad de Plata” y “La caja de tesoro del país”, Kutná Hora es una ciudad preciosa que alberga un sinfín de atractivos y que, no en vano, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Su símbolo más reconocible es la Iglesia de Santa Bárbara, de estilo gótico tardío, pero también destacan en sus calles otros lugares como las bodegas de vino, el osario de la Iglesia del Cementerio de Todos los Santos o la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y San Juan Bautista.

Olomuc

Conocida popularmente como “La Perla de Moravia”, Olomuc es una ciudad encantadora, y que tiene el tamaño perfecto para recorrerla a pie, disfrutando de sus distintos atractivos. Entre ellos destacan la fortaleza barroca, los restos de la antigua fortaleza medieval, la Puerta Judía, la Puerta de Teresa, la Columna de la Santísima Trinidad, el Museo de Arte de Olomuc y una serie de preciosas fuentes barrocas como la de Júpiter, Neptuno o Mercurio.