Un tesoro por conquistar. Así ha vivido durante siglos este rincón del planeta. Los marineros árabes y malayos ya conocía las bondades de esta isla antes del siglo X. Entonces la llamaron Dina Arobi. Los exploradores portugueses la bautizaron como Cirne, pero fueron los colonos holandeses, los primeros europeos que la habitaron, los que le asignaron el nombre con el que pasaría a la posteridad, Mauricio de Nassau. Hasta lograr su autogobierno, este terreno arrebatador cayó en manos de los franceses y, más tarde, de los ingleses. A las costumbres y los usos de cada pueblo que intentó hacerse con la isla, se sumaron los valores de esclavos y trabajadores llegados para desarrollar sus extensos campos de azúcar. Hoy en día, Mauricio comparte con su afortunado turismo llegado de todas las partes de mundo su crisol de raíces que enriquece, aún más, la belleza de este paraje singular. Asimismo, hay muchas maravillas que ver en Mauricio.
Un destino perfecto en el hemisferio sur para escaparse de las frías temperaturas del invierno de Europa y viajar a un cálido oasis. Así, su verano de noviembre a abril abre una ventana para entregarse al disfrute del turismo de sol y playa. Luminosas costas de fina arena, adornadas por cálidas aguas turquesas y cocoteros como si de un escenario de película se tratara. Un destino ideal para enamorados que persiguen rincones exclusivos. La isla descansa en un arrecife de coral por lo que, los buscadores de tesoros marinos, disponen de aguas calmadas con un sinfín de joyas por descubrir.
La belleza del fondo marino rivaliza con el atractivo que alberga más allá de sus costas. En la lista de maravillas que ver en Mauricio hay que incluir los bosques tropicales con lagunas, cañones y cataratas naturales, se alternan con infinitos campos de azúcar y otros enclaves extraordinarios que hacen pensar en una suerte de cielo en la tierra. Así, precisamente, la tierra muestra orgullosa hasta siete colores en Chamarel, en un extraordinario juego de dunas que la naturaleza regala al visitante. No muy lejos, tres caídas de aguas naturales entre vegetación salvaje completan una postal de ensueño. A pocos kilómetros, se respira espiritualidad en el cráter cubierto de agua del Gran Bassin, donde los devotos rezan a un gigante Shiva, mientras al suroeste se habla de libertad en la roca Le Morne Braabant. ¿Quieres más? Sigue leyendo.
Pasaporte español en vigor con validez mínima de seis meses a partir de la fecha de entrada en el país. No se requiere visado si la estancia en el país es inferior a tres meses.
La diferencia horaria entre España (península) e Isla Mauricio es de +2 horas y +3 horas con las Islas Canarias.