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Iquique

Rodeados de leyendas y fantasmas

Llegados a este punto de Chile tenemos varias opciones para llegar a conocer bien la zona. La ciudad está dotada de grandes atractivos que hacen de la estancia de cualquier viajero una delicia al completo. Y, a su vez, tiene a sus espaldas el famoso desierto de Atacama que ha forjado el carácter de todos los habitantes que han poblado la zona en diferentes épocas.

Para empezar con el núcleo urbano lo ideal es acercarse al Paseo Baquedano. La época salitrera se refleja a la perfección en las calles y fachadas que recuerdan al glorioso pasado en que la riqueza de la ciudad, y de Chile en general, provenían de las cercanas minas. Las casas acogen, hoy en día, museos, oficinas del gobierno, pubs y restaurantes. Es el lugar donde confluyen tanto locales como visitantes. Aquí se emplaza el Museo Regional de Iquique, indispensable si queremos aprender sobre el pasado del lugar y ver auténticas momias de la cultura Chinchorro, consideradas las más antiguas del mundo al estar datadas en más de 7000 años atrás. La Plaza de Arturo Prat también acoge singulares edificaciones de la ciudad, como el lujoso Teatro Municipal, levantado con las grandes fortunas labradas a finales del siglo XIX por los magnates salitreros. Vale la pena pararse para observar el auténtico ajetreo local. La famosa Torre del Reloj se alza en pleno centro de la plaza, con sus 25 majestuosos metros de altura. A poco más de media hora, en pleno desierto podemos pasearnos por las abandonadas oficinas salitreras de Humberstone. Lo que en los años 1800 fue un pueblo a pleno rendimiento, con todas las comodidades, incluso con lujos alcanzados gracias a ser uno de los pocos sitios exportadores de salitre a todo el mundo, en la actualidad es una villa abandonada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, llena de misterios y supuestos avistamientos de fantasmas. Está claro que al visitarla conoceremos una parte importante de la historia del país, que incluso puso a Chile en guerra para controlar la exportación de dicho material. Hoy en día quiere preservarse la zona para trasmitir a futuras generaciones de locales y viajeros el pasado más esplendoroso y el posterior abandono de un lugar que lo rodea un área de misterio. Si nos gusta caminar y nos animamos a hacer trekking por los geoglifos de pintados (grandes dibujos excavados en la tierra), podremos conocer la mayor concentración de geoglifos del mundo, además de ver y tener la oportunidad de fotografiar el Gigante de Atacama, el más grande geoglifo humanoide de todo el planeta.