A Sacsayhuamán se la considera una fortaleza, de entrada, por sus tres muros de piedra. Unos veinte-mil hombres tardaron cincuenta años en hacer realidad esta fortaleza.
Las rocas que formarían los muros se cortaban en la cantera con una forma sólo aproximada a la que necesitaban, se arrastraban con cuerdas y, ya en el lugar de la construcción, se les daba la forma definitiva. Hubo tres torreones pero ninguno de ellos existe en la actualidad. Hoy en día sólo está en pie el 20% de lo que en antiguamente fue este complejo arquitectónico. Y esto no es así por ningún terremoto. Durante la conquista, los españoles desarmaron muros y torreones para evitar un eventual ataque inca. Sus piedras fueron aprovechadas para construir casa e iglesias en Cuzco.
