La mejor imagen de postal la tendremos justo en el puerto. Aquí es donde nos encontraremos las barcas de colores vivos, llamadas luzzu, amarradas en el puerto. Si nos fijamos bien, veremos que las proas de todos estos botes tienen un elemento en común: el ojo de Osiris. Según los lugareños, este símbolo sirve para proteger a los pescadores de los imprevistos del mar. Curioso, ¿no creéis?
Recorrer las calles de esta localidad nos llevará a conocer monumentos tan emblemáticos como la iglesia de Nuestra Señora de Pompeya, que se alza imponente en la plaza principal de Marsaxlokk. Lo que más llamará nuestra atención será su cúpula rojiza, pero también nos fascinará su bonita fachada, que data del siglo XIX. Si visitamos Marsaxlokk en domingo no podemos perdernos su mercado de pescadores. Se trata de la mayor actividad turística de la zona, pero también es un punto de encuentro de residentes, que se desplazan hasta la zona del puerto para sumergirse de lleno en este animado ambiente. Es una buena forma de conocer las raíces locales, y, a su vez, de degustar pescado fresco. Entre las mejores recomendaciones gastronómicas están el pez espada, el atún y el lampuki. ¡Solo con pensarlo se nos hace la boca agua!