En la costa oeste de la isla de Borneo, la ciudad de Kuching es, como muchas otras ciudades malayas, una mezcla de las culturas india, china y la propia tradición malaya. Es la capital del estado de Sarawak y cuenta con más de medio millón de habitantes. Aun siendo la cuarta ciudad mayor del país, es una urbe tranquila y limpia. Kuching es como se nombra a los gatos en malayo, por tanto, encontraremos referencias al felino a cada paso que demos.

De esta manera, no podemos abandonar la zona sin visitar el Museo de los Gatos, que recoge objetos y esculturas sobre este felino. La ciudad se estructura a ambas orillas del río Sarawak y una de las rutas más recorridas en un día de turismo urbano es precisamente, su Waterfront, con jardines y lugares en los que relajarse. En el casco urbano, disfrutaremos de la arquitectura tradicional colonial así como edificaciones religiosas. Cabe destacar la Mezquita Rosa o Masjid Sultán con muros del color que le da nombre coronados por cúpulas doradas. Así como muchas ciudades en Malasia, Kuching cuenta con su barrio chino y su barrio indio, reconocidos como Chinatown y Little India. En ambos, el viajero se trasladará a estos países mediante la arquitectura, la cultura y sobre todo la gastronomía. A las afueras del casco urbano, a unos 20 kilómetros, encontramos el Parque Natural Bako compuesto por las impresionantes selvas de Borneo. En estos parajes se puede observar el mono narigudo en su hábitat natural mientras se practican actividades al aire libre. Uno de los mejores lugares para observar los orangutanes es el Semenggoh Wildlife Centre. Este centro de recuperación de orangutanes es uno de los más importantes del país y se dedica a recuperar estos animales para volver a reintroducirlos en su hábitat natural.