Su gastronomía, que forma parte de su identidad y es reflejo de toda una cultura basada en rituales religiosos, magia y arte, ha sido nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Enchiladas, tacos, fajitas, burritos… distintos tipos de tortillas harina de maíz, de trigo con o sin frijoles, enrollados o incluso fritas son omnipresentes en las cocinas del país. El relleno protagonista suele llevar carne de pollo, de cerdo o de ternera acompañado de sabrosas (y algunas muy picantes) salsas. La comida mexicana ha traspasado fronteras y podemos disfrutarla en todo el mundo, sobre todo, sus habituales empanadas, totopos (nachos) o sus quesadillas. Otro plato común y menos internacional es el pozole, un caldo hecho con un tipo de maíz local llamado cacahuanzintle al que se le añade carne de cerdo o pollo y que puede, como casi todo en México, ser muy picante.