Visitarla es conocer sus viñedos y pasear por su puerto, conocido como el puerto de la luna y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al igual que su corazón histórico. Dicen que, con su piedra dorada, Burdeos ha recuperado el esplendor del siglo XVII, época en que se inició la edad de oro de la ciudad. La prestigiosa guía de viaje Lonely Planet la eligió en 2017 como la mejor urbe para visitar. Y es que se ha convertido en una cuna gastronómica repleta de wine bars, tiendas gourmet y bistros, aunque también reúne una gran oferta artística y cultural.
La capital de Aquitania guarda además un prestigioso patrimonio arquitectónico. Tiene un conjunto urbano de los más destacados del país y para apreciarlo son lugares de visita obligada la animada Plaza de la Comedia, con su Gran Teatro de estilo neoclásico adornado por majestuosas columnas corintias, la Plaza de la Bolsa, con su Fuente de las Tres Gracias, o las alamedas de Tourny. Durante un paseo a orillas del Garona y el estuario del Gironda, se puede combinar naturaleza, cultura y enoturismo, porque con 60 denominaciones de origen y 7.000 viticultores, Burdeos es una de las ciudades con los viñedos más antiguos del mundo. De hecho, en la Edad Media el comercio del vino fue precisamente uno de los motivos que la llevó a ser conocida en todo el continente. En esta metrópoli, tampoco faltan lugares en los que saborear los famosos canelés, unos deliciosos pastelitos con aroma de ron y vainilla que se pueden tomar acompañando a una taza de té o café.
