La isla de Borneo es la tercera más grande del mundo. No en vano, su territorio se lo reparten tres países: Indonesia, Brunei y Malasia. El Borneo malayo o también llamado Malasia oriental la conforman dos estados: el de Sabah, al norte, y Sarawak.
Borneo, reserva de la biosfera, es básicamente una isla tropical con un importante paisaje natural, destacan las famosas selvas de Borneo, su rica flora y fauna son recogidas en Parques Nacionales. En la parte malaya encontraremos los Parques Nacionales de Bako y de Kinabalu. Otros de los símbolos de la isla es mono narigudo que junto con el orangután, lideran el turismo de observación de primates. En Borneo encontraremos varias reservas en las que observar a los monos casi en su hábitat natural como por ejemplo la de Sepilok dedicada a los orangutanes. Todas las ciudades principales del Borneo malayo están envueltas por naturaleza, por tanto, los principales planes para llevar a cabo en esta zona serán los relacionados con el entorno natural.
En el estado de Sarawak, el situado más al sur, podemos adentrarnos en la cultura local alojándonos en alguna de las aldeas de la región. Convivir con los pobladores locales es toda una experiencia difícil de olvidar. En la zona encontramos el Parque Nacional Bako, en el que observar y deleitarnos con la rica fauna local que vive en total libertad. En el estado de Sabah se encuentran ciudades más animadas como Sandakan o Kota Kinabalu. En esta región visitaremos el Parque Nacional Kinabalu, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el año 2000 por su gran y diversa riqueza en flora y fauna. Una jornada de senderismo por el parque para apreciar la naturaleza en todo su esplendor es un plan único. Además, en esta zona se encuentran especies autóctonas de orquídeas únicas en todo el planeta. Además, los aficionados a deportes como el buceo o la escalada encontrarán en Borneo un lugar ideal para practicarlos.
Uno de los principales atractivos de la isla es el icónico orangután rojo, una especie en grave peligro de extinción y que tiene en las selvas de Borneo su hábitat natural. Los lugares para observarlo son las reservas forestales como la de Sepilok, de las más populares. En ella recuperan a los animales que han sido dañados por el humano así como los ejemplares que quedan huérfanos hasta que puedan volver a introducirse en la selva.