Estos tres países de la Europa Oriental, tienen mucho que contar. Antiguos, con larga historia, marcada por sus diferentes conquistas, Estonia, Letonia y Lituania son tan diferentes como similares. Su pasado soviético no consiguió unificarlas y por ello los tres estados ofrecen en la actualidad una cultura única repleta de matices rusos, polacos, finlandeses y, cómo no, propios.
Lituana es de los tres el más cercano a Europa Central, haciendo frontera en el sur con Polonia y Bielorrusia. Su maravillosa capital, Vilna, alejada del mar es una ciudad de interior rodeada de bosques frondosos y atravesada por el río Neris. Recorriendo sus calles, te vas a topar con múltiples iglesias de diferentes religiones y estilos arquitectónicos, un síntoma de la variedad cultural que ha existido y existe en la ciudad. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una de sus atracciones favoritas para los turistas ya que su belleza y elegancia cautivan a todo aquel que lo visita. Pero no solo este área merece una visita, el bohemio barrio de Uzupis ofrece la cara más cultural de la ciudad. Galerías de arte, cafés curiosos, talleres de artistas y mucho más es lo que encontrarás aquí.
Letonia es la siguiente parada. Situada entre Estonia y Lituania, este país es rico en patrimonio y en naturaleza. Su ciudad más importante es la marítima Riga, capital europea del art nouveau. Durante el recorrido por la urbe se podrán encontrar múltiples ejemplos de este estilo arquitectónico que le da a la ciudad una elegancia y belleza única. Por este motivo y por su buena conservación, su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desde su colorido mercadillo repleto de flores y productos locales a su imponente catedral, Riga tiene mucho que ofrecer.
Estonia es la nota discordante. Este país tiene mucho en común con Letonia y Lituania pero posee un toque que marca la diferencia. Y es que Estonia histórica y culturalmente ha sido más cercana a su vecina Finlandia, hecho que ha favorecido a un enriquecimiento extra del estado estonio. Tallin es su capital. Bañada por el mar Báltico, esta ciudad con un fuerte acento medieval, hace que adentrarse en el casco histórico parezca que se regresa a un lejano pasado, donde los castillos, princesas y bosques encantados era lo más común. Su centro antiguo es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y ofrece un recorrido agradable en el que se puede observar un pasador soviético entremezclado con uno nórdico.