Disfruta de los circuitos al Tirol, en el corazón de Europa, en pleno Alpes y rodeado por cuatro países diferentes. Un lugar único que comparte raíces con Alemania, Austria, Suiza e Italia. Si te apetece conocer a fondo y cómodamente esta zona repleta de valles verdes y picos nevados apúntate a los viajes al Tirol que Iberojet ha creado pensando en ti. Un viaje a la histórica zona del Tirol en el que podrás conocer pueblecitos de 4 países y su naturaleza salvaje. Descubre los viajes organizados al Tirol, una experiencia sensorial.
A caballo entre Austria y el norte de Italia, y encaramado a las cumbres alpinas, se encuentra la región del Tirol, una pintoresca porción del territorio europeo que puede presumir de contar con algunos de los paisajes más bonitos de todo el continente.
Los Alpes son una larga cordillera que atraviesa varios países europeos y que constituye el sueño de cualquier aficionado a los deportes de invierno. Y en su parte oriental, en pleno territorio austriaco, es donde las montañas adquieren su cara más bella y amable, y donde las ciudades y pueblos que descansan en sus laderas resultan más pintorescos. Se trata del Tirol, una de las regiones más bonitas y fascinantes del Viejo Continente.
Los deportes de invierno en general y el esquí en particular son los principales reclamos para los viajeros que visitan el Tirol, ya que cuenta con muchas y muy buenas estaciones, que permanecen abiertas durante buena parte del año. Pero también son atractivos el folclore, la gastronomía, la cultura, el arte y las actividades no relacionadas con la nieve, como el senderismo y las visitas a parques nacionales, entre los que destaca el de Hohe Tauern.
La encantadora ciudad de Innsbruck es la capital del Tirol, y en torno a ella gira buena parte de la actividad social y económica de la región. Este lugar fue, durante un tiempo, residencia de la Corte Imperial Austriaca, y ha sido en dos ocasiones la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno. Sus lugares más emblemáticos son el Tejadillo de Oro, el Trampolín de salto de Bergisel, el Castillo de Ambras, la Abadía de Wilten, la Pintura Gigantesca Circular, la Torre de la Ciudad y, sobre todo, el Palacio Imperial de Hofburg. Precioso por fuera y por dentro, y bellamente iluminado por las noches, fue mandado construir por el emperador Maximiliano I, y es el lugar donde residía la Corte.
Tanto en los alrededores de Innsbruck como repartidas por toda la región, existen numerosas aldeas típicamente tirolesas. Merece la pena visitar al menos una de ellas, pasear tranquilamente entre sus casitas de colores y sus calles empedradas, y disfrutar conociendo las tradiciones y costumbres del Tirol. Y, por qué no, tomar una buena cerveza o probar alguna de las exquisiteces locales, como el Frittatensuppe, el Käsespätzle o el mundialmente conocido pastel de manzana Apfelstrudel. De todos los pueblos del Tirol, hay dos que destacan por encima del resto: Alpbach y Rattenberg. El primero está considerado el pueblo más bonito de toda Austria, mientras que el segundo es muy pequeñito pero tremendamente pintoresco.