Enamórate de Oriente Próximo con estos circuitos y viajes a Jordania más completos, un viaje a una de las maravillas de la humanidad. Con estos circuitos que te presentamos a continuación tendrás la oportunidad única de conocer Jordania de la manera más cómoda, sencilla y completa. Elijas un circuito de 8 días como de 12, en ambos tendrás la posibilidad de conocer lo más relevante de este increíble país como las aguas del Mar Muerto, la ciudad rosa de Petra, la capital Ammán y mucho más es lo que te espera en estos viajes a Jordania.
Jordania es un país que nos va a enamorar. Se trata de un tesoro de Oriente Medio lleno de atractivos, no solo por los deslumbrantes paisajes desérticos que regalan estampas maravillosas, sino también por la historia que guarda cada uno de sus rincones y monumentos más emblemáticos.
La tradición y modernidad se unen en algunas de sus principales metrópolis, como por ejemplo en Ammán, su capital. Pero este enclave atesora antiquísimas joyas llenas de historia. Sus tierras han acogido a visitantes desde que las caravanas de camellos recorrían la mítica carretera de los Reyes, pero también a mercaderes nabateos, legendarios romanos y ejércitos musulmanes, cada uno de ellos dejando tras de sí un legado fascinante que actualmente es un gran reclamo para el viajero que quiera descubrir los orígenes de este país, tanto los relacionados con su arquitectura como en su fe. Una parte del oeste de Jordania limita con el mar Muerto, uno de los puntos terrestres más bajos del planeta. Las aguas de este paraje son 10 veces superiores a las del océano, por lo que al bañarse en ellas uno consigue flotar sin realizar ningún esfuerzo. En este idílico lugar también hay barrios, de los que se dice que contiene propiedades beneficiosas para la piel. Sin duda alguna, este enclave jordano es un auténtico balneario natural. Pero a parte de estos fascinantes emplazamientos, Jordania está llena de tesoros, como por ejemplo el desierto de Wadi Rum o la asombrosa Petra, un lugar histórico cuya popularidad ha traspasado fronteras y que cada año visitan muchísimos turistas en busca de vivir la experiencia de trasladarse hasta otra época y de quedarse pasmados ante las imponentes construcciones nabateas que componen el lugar.
El Ammán es la capital de Jordania y se sitúa en una zona montañosa ubicada entre el desierto y Valle del Jordán. Se trata de una fascinante ciudad de contrastes, que fusiona lo antiguo con lo nuevo. Su corazón comercial combina edificios vanguardistas de hoteles, restaurantes chic, boutiques y galerías de arte, que conviven en armonía las elegantes casas blancas, establecimientos tradicionales y coquetos talleres artesanos de su casco antiguo, llamado balad. Una estampa única y conmovedora.
Esta metrópoli es además muy cosmopolita, ya que sus aproximadamente 7000 años de historia arrastran una mezcla de civilizaciones que se refleja en sus contrastes actuales. Sus gentes son amables, hospitalarias y educadas. La mayor parte del pueblo practica el islam, en concreto un 95% de ellos, mientras que el 5% son seguidores del cristianismo. El espíritu más tradicional se siente en cada una de sus bulliciosas calles, en sus mercados y pintorescos cafés.
A unos 35 kilómetros de Ammán se encuentra Madaba, una encantadora ciudad en la que residen aproximadamente unos 60.000 habitantes, a la que se accede a través del histórico camino de los Reyes y a la que también se la conoce como Ciudad de los mosaicos.
El hecho de esta denominación se debe a que en la maravillosa Iglesia de San Jorge, uno de los recintos emblemáticos que descansan en esta metrópoli, descansa el afamado mapa de Jerusalén y la Tierra Santa, un mosaico que data del siglo VI, el cual está compuesto por unos dos millones de piezas hechas con piedra local. Esta obra tan atractiva cubre todo el suelo de la basílica y es un lugar de peregrinaje a la que acuden muchos fieles.
Uno de los mayores puntos turísticos de Jordania, pero también más queridos por sus lugareños es petra. Un emplazamiento histórico espectacular. Su belleza es tal que ha sido escenario de películas tan clásicas como la de “Indiana Jones y la última Cruzada”.
Al poner los pies en este territorio, también llamado el tesoro rojo, tendremos la sensación de haber viajado en el tiempo. Y es que esta joya jordana ubicada en medio del desierto fue fundada en el año 300 a.C por los árabes nabateos y todavía a día de hoy se puede apreciar el modo de vida que se tenía durante esta época, ya que sus calles, tumbas, teatros, obeliscos y templos se conservan en muy buen estado.
Petra es un emplazamiento único. La belleza de este yacimiento arqueológico es sobrecogedora, los grabados de sus tumbas están llenos de historia y su arquitectura es impresionante. Solo se puede acceder a ella a través del estrecho cañón Al Siq, el cual conduce hasta el fascinante templo Al Khazneh, también llamado El Tesoro, un recinto excavado en una enorme roca de piedra arenisca rosas de 45 metros de altura y fachada de estilo griego.
En Wadi Rum no sabremos si estamos en la Tierra o en la Luna. Se trata de una zona desértica compuesta por impresionantes montañas de arenisca y arcos naturales de formas caprichosas, como por ejemplo el puente de piedra de Burda. Este enclave es una auténtica obra de arte producida por el agua y el viento, los cuales con el paso del tiempo han esculpido una arquitectura muy peculiar.
La espectacularidad de este lugar es indescriptible. De hecho, Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, lo describió como “inmenso, solitario, como tocado por la mano de Dios”. Una definición que describe perfectamente este idílico paraje habitado por beduinos.