Lituania: Repúblicas Bálticas
El respeto al pasado con la mirada fija puesta en el futuro
Conoce el viajeLituania: Repúblicas Bálticas
- Duración
- 7 días
- Tipo de circuito
- Circuito
A Lituania, Letonia y Estonia, se las conoce genéricamente como las Repúblicas Bálticas. A pesar de tratarse de países independientes, esta denominación sugiere que han compartido una buena parte de su devenir. Sin embargo, más allá de las evidentes similitudes, existen notorias diferencias cuyo descubrimiento es uno de los principales alicientes de viajar a esta zona de la Europa nororiental. Vamos a descubrirlas! De enorme potencial, sus tres capitales, Vilnius, Riga y Tallín, poseen elegantes cascos históricos declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco. Auténticas joyas que constituyen un legado arquitectónico si cabe, aún más realzado, por los extensos parques y jardines públicos que los rodean. Sin duda un conjunto que no te defraudará. Disfruta de la experiencia. Su entrada en bloque en la Unión Europea en 2004 ha dinamizado por completo a las Repúblicas Bálticas, una de las zonas menos conocidas y más interesante de Europa. En definitiva un destino muy apetecible que desprende energía a raudales a todo aquel que se lance a conocerlas! Vilnius, la segunda ciudad más grande de los Países Bálticos sólo superada por Riga, es el punto de partida perfecto de una ruta sorprendente. Su centro histórico barroco, el más grande de Europa del Este y la torre de Gedimino, una atalaya de color rojizo que aparecía en las monedas nacionales previas al euro —las llamadas litas—son sus símbolos más representativos. Mitos y leyendas, es lo que disfrutaremos en la “Colina de las Cruces” uno de los símbolos de Vilnius e importante lugar de culto desde el S. XIV.
Vilnius, Riga y Tallín, destinos inspiradores cargados de vitalidad con increíbles casos históricos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En Letonia, el segundo de los Países Bálticos de nuestro viaje, nos espera el palacio de Rundale, del mismo arquitecto que el Palacio de Invierno de San Petesburgo, donde disfrutaremos de un majestuoso almuerzo antes de llegar a Riga, la más poblada de las 3 capitales Bálticas. Con más de 800 edificaciones en Riga impera el Art Nouveau. Un recorrido a pie por su casco histórico (Vecriga) para visitar la Catedral, la iglesia de San Pedro y la casa de las Cabezas Negras, -levantada en 1344 como casa de fraternidad del gremio de comerciantes solteros alemanes de los Cabezas Negras, destruida por los soviéticos y reconstruida en 2001-, representan uno de los momentos cumbre del viaje. De apariencia tranquila y reservada, sus barrios más antiguos acogen modernos bares y centros de arte contemporáneo. Como mejor se exploran sus bulliciosas y adoquinadas calles es paseando sin rumbo. La mayor parte del casco antiguo es peatonal, lo que facilita deambular entre un asombroso paisaje de catedrales y agujas de iglesia que apuntan al cielo, grandes plazas y muros de castillos en ruinas. En la Ratslaukums o plaza del ayuntamiento, también destruido durante la II Guerra Mundial y reconstruido por completo en el 2003, y en la animada Livu Laukums, plaza con varias cervecerías al aire libre en verano y bordeada por una hilera de coloridos edificios del siglo XVIII, podremos disfrutar del animado ambiente degustando un cerveza. Será especialmente apetecible si es en Livu Laukums, mientras divisamos la Casa de los Gatos uno símbolos de la ciudad. Se trata de un edificioart nouveau, con una larga historia presidido por unos felinos negros en lo alto de las torretas. Con los ecos del ambientazo que vive Riga, cruzamos la frontera a Estonia rumbo a la ciudad medieval de Tallín, conocida popularmente como “La Pequeña Praga”. Báltica al 100% es la última de las tres capitales de nuestro recorrido. Tallín encierra una larga historia que comienza cuando llegaron los vikingos en el siglo XIII. Rodeada de lagos y bosques, descubrirás un lugar que fusiona lo moderno y lo medieval hasta conseguir un ambiente único. En definitiva una mezcla de culturas tan curiosa que tan pronto parece rusa, como alemana o escandinava.
Emociones nuevas en tu viaje
La capital de Estonia es algo más que un destino de moda. Manejable y accesible cuenta con uno de los cascos medievales mejor conservados de Europa. Ciudad amurallada por los cuatro costados, su antiguo muro defensivo ha sido testigo de siglos convulsos y muestra de la importancia estratégica y comercial de la urbe desde tiempos remotos. La ciudad medieval de Tallín encierra una larga historia que comienza cuando llegaron los vikingos en el siglo XIII. Rodeada de lagos y bosques, descubrirás una encantadora ciudad con una mezcla de culturas tan curiosa que tan pronto parece rusa, como alemana o escandinava. Aunque solo ocupa una superficie de 160 kilómetros cuadrados, esta pequeña extensión es más que suficiente para acoger desde castillos hasta parques naturales, pasando por templos religiosos como la impresionante Catedral Alexander Nevski y sus numerosos miradores, que permiten contemplar la belleza de la parte antigua de la ciudad. Tómate tu tiempo para conocerlos todos. Si necesitas inspiración, es buena idea comenzar dando una vuelta por su casco antiguo (Vanalinn) la verdadera joya de Tallín. Protegido por la Unesco es un cúmulo de torretas, agujas y callejas sinuosas de los siglos XIV y XV. En Raekoja plats, destaca la torre Pikk Hermann, el símbolo nacional estonio que forma parte del Castillo de Toompea. Nada menos que 215 escalones separan su parte más baja de la 'azotea' donde se sitúa la bandera de Estonia que baila todos los días al ritmo de una canción popular mientras se arría cuando cae la noche.
Aunque los viajeros vienen hasta Tallín atraídos por su imponente ciudad vieja. Hay Tallín más allá de las murallas. Un Tallín marcado por la presencia rusa en el país hasta 1990 tras más de dos siglos de ocupación. El Palacio de Kadriorg imponente residencia de verano de los zares rusos construido en el siglo XVIII actualmente es un interesante Museo de artes plásticas locales, rusas y europeas. El majestuoso palacio nos traslada de inmediato a San Petersburgo y contrasta con la cercana y sencilla residencia estival que Pedro I el Grande compró poco después de la anexión del país. El entorno de los palacios, que incluye la residencia oficial del presidente estonio, es un impresionante parque versallesco que también guarda un jardín japonés . Para los valientes, a dos pasos, se encuentra la Playa de Pirita, un arenal extenso de aguas gélidas en los meses más tórridos de verano, repleto de estonios locos por disfrutar del sol.
Una de las costumbres de los locales es desayunar frente al momumento de Freedom Square.
Las dos torres cilíndricas rematadas en tejados cónicos adelantan la imagen de ciudad de cuento que nos espera a intramuros. Dentro un laberinto de callejuelas estrechas con la única excepción es la Calle Viru, que corre casi recta hasta la Plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats) centro neurálgico de la ciudad. Aquí tendremos la oportunidad de subir a la torre del Ayuntamiento uno de los mejores miradores de la ciudad situado en el único superviviente del gótico civil del norte de Europa –curiosas las gárgolas en forma de ‘dragones naif’- y de visitar la Farmacia de Raeapteek –Farmacia del Ayuntamiento- que lleva ahí desde 1422 siendo la más antigua del mundo aún en uso. Muy cerca la preciosa Iglesia de Santa Catalina da nombre a ese pequeño pasadizo de dos metros de anchura dónde la piedra desnuda sustituye a la pintura y el cielo está dominado por los arcos que soportan viejos muros del siglo XII. De espaldas de la Plaza del Ayuntamiento el barrio del Castillo ocupa una pequeña colina que domina el casco viejo. Aquí encontrarás la Puerta de la Pierna Larga, que formaba parte de las defensas del antiguo castillo construido por la Orden de los Caballeros Teutónicos que dio origen a la ciudad, o la Catedral de Alexander Newsky de principios del XX que recuerda de inmediato a los templos ortodoxos rusos.
A dos pasos se encuentra el Kiek in de Kök o Museo de los Bastiones , una muestra de la historia militar de la ciudad instalada en una de las innumerables torres que refuerzan sus muros. Este punto es un buen lugar para iniciar un recorrido en paralelo a las murallas hasta alcanzar Gorda Margarita, una torre enormemente ancha que defendía la puerta de la ciudad más cercana al puerto y que hoy alberga el interesante Museo Marítimo de Estonia. Muy cerca la vista del Mirador de Patkuli permite visualizar la magia del casco histórico a lo largo del día y con las primeras tinieblas de la noche. El campanario de San Olav también ofrece buena vista; su torre –siglo XII- de 155 metros de altura fue el edificio más alto de Europa durante 200 años. Tallín fusiona lo moderno y lo medieval hasta conseguir un ambiente único. Y aunque perderte entre las animadas callejuelas casco medieval es una opción de lo más apetecible, ya que cuenta con numerosas tiendas de productos típicos y artesanía donde se trabaja la lana y el cristal, disfrutar de su gastronomía es toda una experiencia. No solo por la variedad de la oferta, popular y de vanguardia, sino porque el ambiente y bullicio que se genera en sus calles invita dejarse llevar. Pero no se puede abandonar Tallín sin rendir visita al Museo de la Ciudad en que se hace un repaso a los orígenes y desarrollo de la urbe.
En esta ciudad podemos encontrar la farmacia más antigua del mundo en uno de los laterales de la plaza del Ayuntamiento
El Palacio de Rundale es uno de los grandes tesoros de Letonia, una impresionante obra maestra de la arquitectura del Barroco y Rococó. A cada paso disfrutará de sus exquisitos y lujosos ornamentos, o de la historia que cuentan sus paredes. A día de hoy es un museo en el que se puede degustar el lujo de los Duques de Curlandia. Sus interminables galerías están plagadas de auténticas obras de arte. Cada habitación es un mundo nuevo, con colores y ambientes muy distintos. Las 72 hectáreas del complejo palaciego de Rundale albergan sus interminables jardines: los más emblemáticos “el jardín Francés” y el “el jardín de Rosas”. Un paseo por este inmenso parque diseñado a la manera de Versalles, donde flores y árboles crecen en las jardineras minuciosamente planificadas, es perfecto para descansar a la sombra, dar un relajado paseo entre árboles y sacar las mejores fotografías de la fachada del palacio.
Rundale es una historia de perseverancia. En 1735, el duque de Curlandia, adquirió unos terrenos al Imperio Ruso y mandó construir su palacio de verano. Pero en 1740 el duque fue condenado al exilio a Siberia y proyecto fue abandonado durante años hasta que recibió el perdón. Se reanudaron las obras y no fue hasta 1768 cuando el palacio abrió sus puertas 33 años después de la primera piedra. Además de un hito de la arquitectura Báltica, Rundale es uno de los monumentos que mejor muestran la historia de Letonia. Diferentes familias nobles, residieron en el palacio hasta la I Guerra Mundial, cuando el edificio fue usado como hospital y cuartel general. Posteriormente albergó una escuela local. A partir de 1972 se inició un larguísimo proceso de restauración que no ha terminado por completo.
Vibrante y amena la capital letona, la más poblada de las 3 capitales Bálticas, rebosa de bares, cafés y arquitectura art noveau en cada esquina con el aliciente de que verano la luz del sol ameniza hasta la medianoche. Rodeada de interminables jardines públicos, el río Daugava serpentea la ciudad para sofocarla de los calurosos veranos. Durante esta época el ambiente de las calles y la desconexión están más que asegurados. De enorme potencial, Riga posee casco histórico declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO que no te defraudará. Entre 1899 y 1914, gracias al dinamismo que alcanzó la ciudad, se levantaron más de 800 edificios Art Nouveau. La I Guerra Mundial frenó esta rápida expansión, pero tras entrar en el Unión Europea Riga se ha recuperado hasta llegar a nuestros días como la capital europea del Modernismo. El distrito Art Nouveau (llamado Centro Tranquilo) rivaliza con el casco antiguo por ser el barrio más bonito de la capital. Pasear por Alberta Leia, su calle principal que alberga los edificios de apartamentos más singulares y las lujosas embajadas, casi en su totalidad obra del artista Mijaíl Eisenstein, o el Museo de Art Nouveau de la ciudad, es todo un espectáculo para los amantes del arte y la arquitectura.
En la animada Livu Laukums, una plaza de lo más apetecible plagada de cervecerías al aire libre en verano y bordeada por una hilera de coloridos edificios del siglo XVIII, podremos disfrutar de un momento de asueto y relax bajo la mirada de uno de los símbolos de la ciudad, los felinos de la Casa de los Gatos o Kaku Nams. Edificio Art Nouveau cuyas torretas están presididas por unos gatos negros. Cuenta la leyenda que el dueño de la casa, un mercader letón, mandó colocar estas figuras en el tejado en venganza por no haber sido admitido en el Gran Gremio, que por entonces estaba formado sólo por comerciantes alemanes. Los gatos, con el lomo arqueado y la cola hacia arriba, apuntaban burlonamente hacia la sede de la asociación, situada en frente. Tiempo después y tras una larga batalla legal, el mercader consiguió entrar en el Gremio y modificó la posición de los gatos. Arte, arquitectura y un ambiente ameno y vibrante, hacen de Riga algo más que el destino de moda.
No te olvides de probar los famosos pastelillos shpekom en alguna de las coquetas cafeterías de la ciudad.
El plan de viaje a tu alcance
- Cena
- Vilna
- Desayuno. Almuerzo. Cena
- Vilna
- Panorámica de Vilnius
- Desayuno. Almuerzo. Cena
- Riga
- Palacio de Rundale
- Desayuno. Almuerzo
- Riga
- Panorámica de Riga
- Desayuno. Cena
- Tallin
- Panorámica de Tallin
- Desayuno
- Tallin
- Desayuno
- Tallin
¿Quieres saber más de Letonia, Lituania y Estonia?
Letonia
En toda la geografía del país podrás encontrar tabernas denominadas “krogs” donde sirven comida típica letona a un precio económico. En Letonia es habitual degustar el delicioso queso local antes de empezar a comer. Los pescados están a la orden del día, caviar rojo, arenques, salmón, anguila, trucha, esturión, carpa… todos ellos sirven para confeccionar deliciosos platos principales. Gracias al clima de Letonia, el país agasaja al viajero con frutos del bosque de gran calidad que aderezan dulces postres. La cerveza es la bebida más típica y la podemos encontrar de diferentes tipos y variedades, aunque la bebida nacional es “Bálsamo Negro de Riga” elaborado con plantes, flores y raíces que alcanzar 45º de graduación.Lituania
La cocina lituana tiene como base principal la carne, los productos lácteos y las patatas. Sus recetas seguramente no sean las más apropiadas para mantener la línea, pero hay que tener en cuenta que con el frío que sacude al país en invierno, unas pocas calorías de más, siempre vienen bien.Algunos de los platos más típicos son el kepta duana, que sería algo así como pan negro con ajos; el cepeliani, empanadillas de patatas rellenas de queso y carne; la saltibarsciai, que es una sopa de remolacha; o los koldünai, unos raviolis rellenos de carne o setas.
Estonia
La cocina estonia es sencilla pero sabrosa, con la carne de cerdo, las patatas y las hortalizas como ingredientes principales. Los platos más típicos son el Sült, carne de cerdo en mermelada de espliego; el verivorst, que podría compararse a una especie de morcilla; el forell, o trucha ahumada y el mulgikapsad, que es carne de cerdo con patatas.También es muy popular la sopa seljanka y el taimetoit, una opción vegetariana que suele servirse de entrantes o como plato principal.
Letonia
En Letonia podrás disfrutar de una agradable jornada de compras recorriendo las elegantes y céntricas avenidas comerciales de sus principales ciudades. A las tiendas de firmas nacionales e internacionales se unen comercios tradicionales y populares mercados cuyos colores y sonidos encandilan a todo el que lo visita. El país es famoso por sus tallas y joyas en ámbar, su afamada cerámica elaborada de forma artesanal, sus delicadas piezas de cristal de Livani… Aprovecha la visita al país para frecuentar las galerías de arte, locales de artistas y talleres de artesanos donde podrás encontrar obra de diseñadores y artistas locales y valiosas antigüedades. Otro de los recuerdos más demandados son los gastronómicos. No olvides meter en tu maleta los deliciosos y típicos quesos y chocolates del país. En Letonia es también posible encontrar recuerdos típicos de Rusia como las matrioskas, souvenirs que recuerdan al viajero un pasado histórico en el que país formó parte de la antigua Unión Soviética.Lituania
Lituania es uno de los países con mayor oferta comercial de toda Europa. A sus numerosas tiendas artesanales o comercios destinados a la venta de souvenirs repartidos por el centro de sus pueblos y ciudades, hay que sumarle una gran variedad de centros comerciales, principalmente en las grandes ciudades.Los souvenirs más típicos para comprar como recuerdo son productos elaborados con lino o ámbar, los dos materiales más típicos y exclusivos de este bello país.
Estonia
Estonia es famoso entre los países de la zona debido a sus atractivos precios en determinados artículos de lujo. A pesar de esta fama, sus artesanías, los licores y sus joyas de ámbar siguen siendo especialmente baratas. Lo mismo ocurre con las muñecas Matryoskas, que en Rusia pueden alcanzar unos precios muy superiores.
Letonia
•1 de enero: Año Nuevo •Viernes Santo, Domingo de Resurrección y Lunes de Pascua •1 de mayo: Día del trabajo •4 de mayo: Restauración de la Independencia •13 de mayo: Día de la madre •23 de junio: Noche de San Juan •24 de junio: Día de San Juan •19 de noviembre: Proclamación de la República •24 de diciembre: Nochebuena •25 de diciembre: Navidad •26 de diciembre: Día de San Esteban •31 de diciembre: NocheviejaLituania
•1 enero: Año Nuevo •16 febrero: Día de la Independencia •11 marzo: Restablecimiento del Estado Lituano •1 abril: Pascua •2 abril: Lunes de Pascua •1 mayo: Día Internacional de los Trabajadores •24 junio: fiesta de San Juan •6 julio: Día Nacional del Estado •15 agosto: Asunción de María •1 noviembre: Día de todos los Santos •25 diciembre: Navidad •26 diciembre: Día de San EstebanEstonia
•1 de enero: Año Nuevo •24 de febrero: Día de la Independencia •30 de marzo: Viernes Santo •1 de abril: Pascua •1 de mayo: Día de la Primavera •20 de mayo: Pentecostés •23 de junio: Día de la Victoria •24 de junio: San Juan •20 de agosto: Restauración de la Independencia •24 de diciembre: Nochebuena •25 de diciembre: Navidad •26 de diciembre: NavidadLetonia
Según datos del ministerio de Asuntos Exteriores, no existe ninguna vacuna obligatoria para entrar en el país. Sin embargo, se recomienda vacunarse de hepatitis A y B para estancias superiores a 24 horas. La vacuna contra la tuberculosis está recomendada si la estancia va a ser superior a tres meses. Letonia es un país con amplia superficie de bosques, por lo que ciertas infecciones transmitidas por garrapatas son frecuentes. Si acude a este país con el motivo de hacer senderismo o actividades en las que estén en contacto con la naturaleza, es recomendable vacunarse contra la encefalitis.La prestación de servicios no es gratuita, aunque tenga en su poder la Tarjeta Sanitaria Europea, por lo que se recomienda contratar un seguro privado antes de realizar el viaje. La atención sanitaria es óptima en las principales ciudades, pudiendo ser menos completa en aéreas rurales. Por precaución, se recomienda ingerir agua embotellada.
Lituania
No existe obligatoriedad en lo que respecta a la vacunación para viajar al país, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda vacunarse de la Hepatitis si se tiene previsto visitar zonas naturales durante los meses de verano.En lo que respecta a la atención, la Tarjeta Sanitaria Europea y el DNI o el pasaporte en vigor es suficiente para poder recibir atención primaria en los hospitales y centros de salud del país.
Estonia
En Estonia la atención de urgencia está garantizada a todo el mundo, se tenga o no seguro médico. Además, con la tarjeta sanitaria europea, se tiene derecho a una atención primaria en los consultorios locales, hospitales y ambulatorios.Letonia
Letonia tiene un clima templado, marítimo y continental. Si viajas a Letonia encontrarás un país con una humedad alta y precipitaciones abundantes. Los inviernos son fríos con una media de -4ºC, mientras que los veranos tienen una temperatura media de 17ºC. Alrededor de 82 días del año nieva y las heladas son muy frecuentes.Lituania
El clima en la mayor parte del país es frío, con veranos cortos e inviernos en los que las temperaturas por debajo de los 0ºC y las precipitaciones, ya sea en forma de lluvia o de nieve, son habituales. Sin embargo, en la estrecha franja bañada por el Mar Báltico, la situación es algo más suave, bajo un denominado clima oceánico. La mejor época para viajar al país es entre los meses de mayo y septiembre, cuando las temperaturas son más moderadas.Estonia
Se podría decir que el clima de Estonia combina rasgos del clima oceánico, principalmente en las zonas bañadas por el Mar Báltico, con características de clima continental en el interior. Las zonas costeras y las islas disfrutan de un tiempo más suave durante todo el año. Mientras que el interior puede llegar a ser especialmente frío en invierno, habiéndose llegado a alcanzar los -30 ºC en los últimos años en determinadas zonas.La mejor época para viajar al país con los meses comprendidos entre abril y septiembre.