Día 1: España – Frankfurt. Primera parada, Frankfurt: el comienzo de un magnífico viaje
¡Empezamos! Ha llegado la hora de emprender nuestro viaje hacia Alemania y los Países Bajos, un excepcional recorrido por la vieja Europa que se convertirá en inolvidable. Después de comprobar que el equipaje está listo, saldremos hacia el aeropuerto para llegar, al menos, dos horas antes de la salida del vuelo. La entrada en el avión marcará el comienzo de esta gran experiencia. En poco más de dos horas y media, aterrizaremos en Frankfurt, donde nos esperarán para acompañarnos a nuestro hotel en la ciudad y, después, tendremos tiempo libre durante la tarde para nuestra primera toma de contacto.
Frankfurt es la quinta ciudad más grande de Alemania, y uno de los destinos más deseados de Alemania. Un enclave urbano con más de 700.000 habitantes que se ha constituido como un centro económico y financiero reconocido en toda Europa (con sedes de grandes instituciones, como el Banco Central Europeo y del Deutsche Bundesbank), y, desde luego, toda una referencia en la Unión Europea. Además, en Frankfurt saben muy bien como acoger a los visitantes, ya que, cada año, llegan miles y miles, no solo por sus cualidades como ciudad, sino por ser uno de los más importantes centros de celebración de ferias, congresos, exposiciones, etc., como, por ejemplo, las impresionantes ferias del Libro y del Automóvil. Un desarrollo económico que ha consolidado la posición de la ciudad entre las más prósperas del continente, con un aeropuerto que está entre los más importantes de Europa, un destacado lugar en operaciones logísticas y de transporte y un conjunto de rascacielos que ha hecho que la ciudad sea conocida popularmente como ‘Mainhattan’.
Nuestras horas de paseo vespertino nos darán una idea de los atractivos y grandeza de Frankfurt, al ver, por ejemplo, su Ayuntamiento (el Römer, un imponente edificio medieval); la espectacularidad de la Fuente de la Justicia, esculpida en bronce; o la Catedral (el ‘Kaiser Dom’), un edificio gótico construido en el siglo XIV y sede de la solemne coronación de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Otro de nuestros destinos puede ser la iglesia de San Pablo, uno de los símbolos, no solo de la ciudad, sino de Alemania y donde ya no se ejerce el culto. En esta iglesia se reunió, en 1848, el primer Parlamento elegido democráticamente para la constitución de la Asamblea Nacional Alemana. Después de estas horas de interesante paseo, nos dirigiremos al hotel para descansar.