Día 1: España – Bruselas. Rumbo a la capital belga
Hoy comienza una escapada inolvidable al corazón del Viejo Continente. Lo mejor será que lleguemos al aeropuerto con tiempo suficiente para evitar imprevistos. Después de un corto vuelo, y nada más llegar a Bruselas, nos recogerán y nos llevarán al hotel. Una vez hayamos deshecho el equipaje, dispondremos de tiempo libre hasta el final del día.
Una buena idea para aprovechar esas horas es acercarse a la Grand Place, reconocida por ser una de las plazas más hermosas del mundo. Aquí, además de disfrutar de uno de los atardeceres y anocheceres más sublimes del planeta, podremos contemplar y fotografiar algunas de sus majestuosas mansiones, como la Maison du Roi, antigua residencia de los monarcas españoles; la Maison des Ducs de Brabant, y la Maison des Boulangers.
También podemos disfrutar del animado ambiente de las calles que rodean esta hermosa plaza, y sentarnos en alguna de sus terrazas para saborear una de las deliciosas cervezas belgas, que tanto enorgullecen a los locales. Tras este primer contacto con la maravillosa Bruselas, volveremos al hotel para cenar y descansar.