Día 14: Viena. La capital de un imperio
RÉGIMEN
Desayuno. Almuerzo.
Transporte
Autocar, minibús o van
Visitas
Panorámica de Viena
Empezaremos este nuevo día con un desayuno en el hotel. A continuación, saldremos a conocer la capital austriaca mediante una interesante visita panorámica. Viena, la capital de Austria, tuvo a los celtas, cinco siglos antes de Cristo, como sus primeros pobladores. Más tarde, en el siglo I a.C., los romanos la incorporaron a su imperio y le dieron el nombre de Vindobona (ciudad blanca) y, en el año 881, encontramos, por primera vez, el nombre de Viena. Durante la II Guerra Mundial fue semidestruida por los bombardeos aliados y, al acabar la guerra, la ciudad quedó dividida en cuatro sectores, gobernados por cada una de las potencias vencedoras hasta que, en 1955, las cuatro potencias dejaron la ciudad y Austria, por fin, alcanzó su independencia definitiva.
A lo largo de nuestra visita, veremos la Ringstrasse, la avenida más importante de la ciudad, construida en el lugar donde estaba la antigua muralla. En esta avenida están los edificios más famosos de Viena, como, por ejemplo, el Parlamento, que es el edificio más emblemático de la avenida. Este enorme edificio neoclásico se empezó a construir en 1874 y se finalizó diez años después. La Ópera de Viena es la compañía de ópera más importante y conocida a nivel mundial, además de constituir el centro neurálgico de la vida musical vienesa.
Conoceremos la majestuosa Iglesia Votiva del Divino Salvador, una de las construcciones religiosas de estilo neogótico más importantes del mundo. Una de sus principales características externas son sus dos imponentes torres gemelas, de 99 metros, con forma de aguja. Las obras para la construcción de la iglesia comenzaron en 1853 y su inauguración se produjo en 1879. Nos acercaremos a los Museos de Historia del Arte y de la Historia Natural. Veremos el Ayuntamiento, construido entre 1872 y 1883, el edificio neogótico civil más importante de Viena. Su torre mide casi noventa y ocho metros y sobre ella se encuentra “el hombre de hierro”, de casi tres metros y medio de alto, que sostiene un estandarte de seis metros y que se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad. También nos acercaremos a la Bolsa, la más antigua de las bolsas de valores del mundo, fundada, en 1771, durante el reino de María Teresa de Austria.
Nuestra visita nos llevará a pasear por la zona peatonal de la ciudad, que se encuentra en torno a la Catedral de San Esteban, el símbolo religioso más importante de Viena. La Catedral se levantó sobre las ruinas de una antigua iglesia románica, de 1147, dedicada ya a San Esteban, pero del antiguo templo sólo se conservan la Puerta de los Gigantes y las Torres de los Paganos. La catedral está rematada por una gran torre gótica con forma de aguja. Tiene una altura de ciento treinta y siete metros y puede verse desde diferentes lugares de la ciudad. En la parte de atrás de la catedral se puede ver el Tejado de los Azulejos, formado por más de 250.000 azulejos que tuvieron que ser restaurados tras quedar seriamente dañados durante la II Guerra Mundial y en la parte derecha del templo hay una entrada llamada Puerta de los Cantores, que no podía ser utilizada por las mujeres.
Recorreremos los patios del Palacio Imperial de Hofbrurg, la calle Kartner y el Graben con la columna de la peste.
Después de esta visita, almorzaremos y tendremos toda la tarde libre. No obstante, en caso de que nos apetezca, podremos contratar una visita opcional para conocer la Ópera, un teatro de estilo renacentista, que fue el primer edificio que se terminó en la Ringstrasse y fue inaugurado, en 1869, con una obra de Mozart, D. Giovanni. Durante nuestro recorrido, veremos el hall de entrada y subiremos por la escalera principal, pasando por espléndidas salas (el Salón del Té, en el que Francisco José descansaba durante los entreactos, la Sala de Mármol, la Sala Gustav Maler, etc.) hasta llegar al auditorio con espacio para 2.800 personas. Más tarde, visitaremos el Palacio de Schönbrunn, residencia de verano de la familia imperial, llamado el Versalles vienés. En 1966, el palacio y sus jardines, fueron proclamados Patrimonio de la Humanidad. En este magnífico edificio residieron, entre otros, Francisco José y Sissí y, además, sirvió de escenario al Tratado de Viena y al encuentro entre Kennedy y Krushev durante la época de la guerra fría. Algunas de las estancias más llamativas del palacio son la Gran Galería, utilizada para celebrar los banquetes imperiales, el Salón Chino Circular, utilizado por Maria Teresa para mantener conversaciones privadas con su canciller, el Salón del Desayuno, o el Salón Chino Azul, en el que abdicó Carlos I.
Terminadas nuestras visitas, tendremos el resto de la tarde libre y, ya por la noche, si lo deseamos, podremos asistir, opcionalmente, a un concierto vienés, en el que se interpretará música tradicional europea, en la que no pueden faltar algunos de los valses más famosos. Terminado el concierto, iremos al hotel a dormir.