El país de las cúpulas en forma de cebolla, donde todo lo que reluce, si es oro. El ballet y el circo forman parte de la vida cotidiana. El país de Dostoyevski, Tolstoi y Chekhov. De fríos y blancos inviernos. De palacios, teatros, museos y miles de iglesias ortodoxas.
Durante este viaje organizado de 8 días tenemos la oportunidad de sumergirnos en la historia de las 2 capitales, la nueva y la antigua, las ciudades más importantes de la Federación Rusa.
El circuito de Rusia Imperial nos permitirá realizar una inmersión en la cultura rusa, de sentirla, tocarla y probarla.
Diariamente se abren un sinfín de posibilidades en Moscú o San Petersburgo: visitar palacios, museos, pasear en barco por ríos y canales, quedar boquiabiertos de sorpresa por las estaciones de metro, caminar por plazas gigantescas y visitar pequeñas e íntimas iglesias ortodoxas con su aroma a cera de las velas, con paredes cubiertas de frescos e iconos antiguos.
San Petersburgo parece más antigua que Moscú pero no tiene ni 400 años. Es elegante, barroca, espaciosa y llena de palacios, parques y cientos de puentes pequeños y grandes. Está considerada la capital cultural gracias al enorme patrimonio artístico bien guardado en docenas de museos y por los palacios de los zares con un estilo arquitectónico único y diferente. Creada por el zar Pedro el Grande, donde vivieron Lomonosov, Mendeleev, Pavlova, Pushkin, mataron a Rasputín… pero eso ya es otra historia.
Mientras tanto Moscú, la capital actual, con cientos de años de historia, parece la hermana joven de San Petersburgo. No tiene simetría ni homogeneidad, y eso la hace única. Moles gigantescas de época comunista conviven con palacios del siglo XVI, amplias avenidas de 12 carriles desde las cuales surgen estrechas y angostas callejuelas medievales. La Plaza Roja, con Kremlin de fondo es la estampa más famosa. O el museo más visitado de la ciudad: el metro. Con algunas de las estaciones más hermosas del mundo, verdaderas odas al mundo comunista, Palacios del pueblo.
Es posible hacer todo esto y más, llenándose de entusiasmo y sin olvidar el calzado cómodo. Caminaremos bastante, pero cada paso va a merecer la pena. ¿Nunca escuchasteis aquello de que las ciudades son como libros que se leen con los pies? Pues vamos a “leer" dos de las mejores ciudades europeas, que marcaron un antes y un después.
Personalmente Rusia es mi amor, cada año estoy impaciente por ver que nuevas sorpresas depara. En 2018 ha estado más bonita que nunca, preparada para celebrar los mundiales de fútbol. A decir verdad, ahora es el momento para visitarla.