Rusia: Rusia Imperial tren alta velocidad
Adéntrate en el corazón de la Rusia imperial
Conoce el viajeRusia: Rusia Imperial tren alta velocidad
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Moscú y San Petersburgo. Ellas son los dos grandes puntales de Rusia, las ciudades que han marcado el devenir de los acontecimientos del país desde hace siglos. Paseando por sus calles, podremos descubrir cómo se forjó el carácter y la manera de ser de los rusos y cómo el país ha ido evolucionando hasta nuestros días. Arrancaremos nuestro recorrido en la ciudad fundado por Pedro el Grande, donde nos quedaremos embelesados de la belleza de la Venecia del Norte. Entre los magníficos canales, se levantan imponentes palacios y fastuosos museos, como el Hermitage, considerado como uno de los mejores del mundo.
“Sus preciosos canales, que serpentean entre palacios y museos, hacen que la ciudad fundada por Pedro el Grande reciba el sobrenombre de la Venecia del Norte”
Aún sobrecogidos por la belleza de San Petersburgo, nos subiremos a un tren que nos llevará, en un viaje nocturno de ensueño, hasta llegar a Moscú. Allí nos aguarda la capital política y económica de Rusia, una de las mayores ciudades del mundo que, sin embargo, conserva todos los sellos que la historia ha ido dejando en sus calles. Visitaremos el Kremlin, caminaremos por la Plaza Roja y nos haremos fotos frente a la catedral de San Basilio, el monumento más reconocible de toda Rusia. Y antes de regresar, visitaremos la cercana Sergei Posad, el lugar donde nació el patrón del país y adonde cada año acuden en peregrinaje miles de personas.
Emociones nuevas en tu viaje
A sólo 25 kilómetros de San Petersburgo, en la ciudad de Pushkin, se encuentra el Palacio de Catalina, un conjunto monumental de residencias espectaculares y jardines declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que sirvió como residencia de verano de los zares.
El Palacio se construyó en 1717 por orden de Catalina I y, posteriormente, se volvió más lujoso por iniciativa de la emperatriz Isabel. Sin embargo, su nombre está asociado a Catalina II, apodada La Grande, que ordenó detener las obras por su elevado coste, modificó el proyecto y en sus memorias criticó a Isabel por su derroche. El complejo sufrió graves desperfectos a manos de las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, pero fue restaurado para celebrar el tricentenario de San Petersburgo en 2003. De entre todas las espectaculares estancias, destaca la Cámara de Ámbar, decorada completamente con este lujoso material propio del mar Báltico. Ojo, no se pueden hacer fotos porque es muy sensible a los flashes de las cámaras.
Para llegar, puede optarse por combinar tren o metro y autobús, coger un taxi o un tour organizado que le llevara directamente al Palacio, la opción mas rápida y cómoda para hacer la visita.
San Petersburgo está considerada como la capital cultural rusa. Por eso, no es de extrañar que cuenta con una extensa nómina de museos, desde clásicos a modernos, en los que podremos pasar horas y horas paseando y disfrutando de todo tipo de obras de arte.
La visita al Museo Hermitage, considerado como uno de los mejores del mundo gracias a su ingente colección de más de tres millones de cuadros, es obligatoria si ponemos un pie en la ciudad fundada por Pedro el Grande. También hay más museos de casi necesaria visita, como Petrodvorets. Pero la lista es larga y la variedad, enorme. Encontramos, por ejemplo, el museo Fabergé, donde se expone la mayor colección mundial de los famosos huevos. Si nos gusta el arte contemporáneo, deberemos visitar el Erarta, donde nos aguarda una excelente recopilación de obras de artistas rusos. Si nuestra pasión es la política, tenemos una amplia variedad, desde el Museo del Bloqueo de Leningrado, el de la Policía Política rusa o el de Historia Política Rusa. Y obviamente, si estamos en San Petersburgo, no podemos dejar de lado la literatura, con museos como el Museo Dostoievski o el Museo Nabokov.
Poco importa que se sea aficionado o no. Ver en directo una ópera o una función de ballet en un entorno tan espectacular como el que ofrecen los teatros de San Petersburgo es una de las mejores opciones para sumergirse en la elegancia de otra época que nos muestra la ciudad fundada por Pedro el Grande.
Existen varias posibilidades para ello, aunque las más aconsejables son los dos grandes teatros de la capital cultural rusa, el Mariinsky y el Mikhailovsky. El primero de ellos, un espectacular edificio situado en pleno centro de la ciudad, acoge representaciones de ópera y ballet desde 1860. En 2013, fue ampliado con un edificio colindante con capacidad para 2.000 espectadores. Por su parte, el Mikhailovsky es uno de los teatros más antiguos de Rusia, ya que se fundó en 1833 y está situado en la Plaza de las Artes.
Ojo con la vestimenta: no es necesario llevar traje y corbata o esmoquin, pero no se puede ir en pantalones cortos, vaqueros rotos o ropas similares.
El Metro de Moscú no es sólo un medio de transporte para los rusos, también es una atracción turística y un deleite para los sentidos. Lo comprenderás cuando bajes las escaleras mecánicas y te iluminen sus lámparas de araña y pasees por sus elegantes mármoles.
Tiene 197 estaciones y es el metro más utilizado del mundo. Una M roja a pie de calle te indicará las escaleras para bajar a las profundidades del Metro de Moscú, también llamado el palacio del pueblo. Puedes visitarlas al azar o planificar una visita a las más bonitas, pero no te puedes perder las más características, como la estación Park Pobedi, la más profunda (a 84 metros) y con las escaleras más largas (no se ve el final), donde hay un mural dedicado a la segunda guerra mundial y destaca por sus mármoles de diferentes colores; o la majestuosa Komsomolskaya con sus paredes de mosaicos de espectaculares piedras esmaltadas, y Elektrozavódskaya, una estación con multitud de retratos de científicos, con estatuas de soldados, obreros y campesinos con bajorrelieves de mármol blanco. Fíjate que las estaciones con menos profundidad se caracterizan sus numerosas columnas. Las más profundas contienen arcos y pilones. La Slavianski Bulvard te traslada al París de Amelie con sus diseños art nouveau; los mosaicos de Kievskaya, donde se relatan varios episodios de la historia rusa, y la preciosa Mayakóvskaya, diseñada en honor Vladímir Mayakorovski y cuyos poemas parecen susurrar enredados en sus fantasiosas columnas de acero inoxidable y rodonita. Y por último, la Arbátskaya, que fue pensada en un principio como refugio ante un ataque aéreo, te seducirá con sus grandilocuentes candelabros, como si estuvieras en Versalles, o Varobiovi, la más larga y la primera estación del mundo que se construyó sobre un río.
El Metro de Moscú es el más transitado del mundo, mueve a 7 millones de pasajeros al día. La primera línea se inauguró el 15 de mayo de 1935.
* El altavoz de la línea 5 avisa (en ruso) a los pasajeros de la dirección de una forma insólita. Si habla un hombre, sabrás que vamos en dirección a las agujas del reloj y si habla una voz femenina, vamos en dirección contraria. En las radiales, es al contrario.
Vodka y caviar. La gastronomía rusa ofrece mucho más, pero esta bebida y este suculento bocado han extendido su fama por el mundo de tal manera que resulta complicado resistirse a la posibilidad de darse un capricho y probarlos en nuestra visita a Rusia.
No hace falta estar en ninguna ciudad en concreto para encontrarlos, pero hay que tener en cuenta varios factores, especialmente con el caviar. Las huevas de esturión es un producto muy cotizado, así que siempre puede haber pillos que nos den gato por liebre o que hayan conseguido ese caviar de forma ilegal, algo relevante teniendo en cuenta que el esturión está en peligro de extinción. Por ello es recomendable comprarlo en frascos y no a granel y mejor en tiendas que en mercados. Además, es probable que lo encontremos más barato en establecimientos pequeños que en grandes almacenes. Hay que tener en cuenta también que hay varios tipos de caviar. Dentro del negro –de esturión- el de más calidad es el beluga. También existe la opción de comprar el caviar rojo, de salmón, que además de no poner en riesgo la continuidad del esturión, sale mucho más económico.
* Por mucho capricho que nos queramos dar, sólo podremos volver a España con un máximo de 250 gramos de caviar. Es importante tenerlo en cuenta para no llevarnos un disgusto en el aeropuerto porque, además de quitárnoslo, es posible que nos multen. Este límite afecta al caviar negro, ya que para el rojo el máximo es de cinco kilos.
En 1924, cuando Lenin falleció, el presidente de Unión Soviética, Josef Stalin decidió momificar su cuerpo para exponerlo al público en un mausoleo situado en plena Plaza Roja de Moscú.
Poco importó que el líder de la Revolución Rusa hubiese pedido que le enterrasen en San Petersburgo junto a su madre. La decisión de Stalin puso a trabajar a un equipo completo de científicos, que debían buscar la mejor manera de conservar el cuerpo del primer presidente soviético. Lo consiguieron y aun hoy trabajan en un laboratorio anexo donde, cada dos meses, mueven la momia para arreglar posibles desperfectos, tratarla con una solución especial y cambiarle de ropa. El cadáver de Lenin se expone en el mausoleo desde 1924, con la única excepción de la etapa de la Segunda Guerra Mundial, cuando se envió a Siberia por seguridad. Actualmente, pese a que la Unión Soviética ya no existe, el mausoleo sigue abierto al público con la momia protegida por una urna de cristal antibalas.
* En el camino al mausoleo de Lenin, se encuentra la Necrópolis de la muralla del Kremlin, donde están enterrados expresidentes como Stalin o Brézhnev o ídolos soviéticos como el astronauta Yuri Gagarin.
Un simple vistazo a los mercadillos de Moscú o sus principales arterias comerciales dan cuenta de que la Matryoshka es un símbolo nacional y uno de los objetos más buscados por los extranjeros. Todos quieren llevarse un trozo de Rusia y recordarla a través de la famosa muñeca, caracterizada por contener una figura dentro de otra.
Las hay de todos los tipos y tamaños y se venden por doquier, expuestas en fila, como pasando revista ante la mirada de los viajeros que buscan aquella de la que se enamorarán. Sin embargo, te sorprenderá saber que la famosa muñequita tiene su origen en Japón y que fue un potentado mecenas quien la introdujo en el país. A partir de 1900 causó sensación y su posterior fabricación en masa las popularizó entre la población. En Moscú, uno de los lugares para comprarlas es la calle Arbat, una calle peatonal repleta de tiendas y restaurantes. Otra opción es ir a las afueras en el mercadillo de Ismailovo, donde las encontrarás más baratas. Y si lo prefieres, resérvate para cuando viajes a Sergei Posad, la ‘cuna’ de la Matryoska, donde se abrió el primer taller de artesanía para fabricarlas a finales del siglo XIX. Sergei Maliutin las hacía de tilo, cuya madera es característica por su finura. Este artesano de la región del Anillo de Oro versionó el juguete japonés a imagen y semejanza de las campesinas rusas, con su pañuelo y sus contornos exuberantes y la llamaron Matryoshka, ya que uno de los nombres más comunes de las niñas rusas era Matryona. En el mercado de Sergei Posad nunca faltan hileras de Matryoshkas, así que míralas a los ojos y elige la que más te guste. No sólo será un regalo o un recuerdo de tu viaje, pues dicen que en su interior también te llevas la esencia de la gente rusa: maternidad, familia y unidad.
Desde el primer momento, el visitante certifica que Sergei Posad es un lugar especial, sobrecogedor. Miles de visitantes, la mayoría de ellos fieles rusos, se acercan cada año a esta localidad del Anillo de Oro que rodea Moscú para visitar el Monasterio de la Trinidad y San Sergio, donde se encuentran las reliquias del patrón del país.
Muchos de ellos llegan cargados con botellas y garrafas para llenarlas del agua bendita que brota de un manantial descubierto por los monjes –que aún viven en el monasterio- dentro de la catedral de la Asunción. Además de llevarnos esta agua, al que le otorgan propiedades curativas, podremos poner una vela a San Sergio, patrón de Rusia nacido en esta localidad. Si se nos ha olvidado el recipiente para el agua o la vela, no hay que preocuparse porque varias allí se venden. También venden, entre otros recuerdos, las famosas matryoshkas, casi obligatorias para cualquier turista. Si las compramos allí, siempre podremos decir que lo hicimos en la ciudad donde se pintaron por primera vez antes de convertirse en un símbolo ruso.
Todo el recinto del monasterio está pavimentado con adoquines, así que es recomendable llevar un zapato cómodo y evitar los tacones. En la ruta desde Moscú hasta Sergei Posad, es recomendable fijarse en el paisaje plagado de dachas, las casas de fin de semana y veraneo de los moscovitas.
El plan de viaje a tu alcance
- Cena
- San Petersburgo
- Desayuno. Almuerzo
- San Petersburgo
- Panorámica de San Petersburgo
- Desayuno
- San Petersburgo
- Desayuno
- Moscú
- Desayuno. Almuerzo
- Moscú
- Panorámica de Moscú
- Desayuno
- Moscú
- Desayuno
- Moscú
- Desayuno
- Moscú
¿Quieres saber más de Rusia?
La gastronomía rusa te enamorará por su variedad de platos, sorprendentes sabores y aromas, todo ello fruto de un amplio y rico mosaico cultural y de la amplia extensión geográfica del gigante rojo. La cocina rusa cuenta con una honda tradición popular e influencias de cocinas tan destacadas como la polaca, la francesa o la italiana. Grandes personajes históricos del país, como por ejemplo la emperatriz Catalina II, trajeron al país recetas e ingredientes de la Europa occidental de aquella época. Además, muchos platos son herencia de la afamada Ruta de la seda, y de la cercanía del país con el Cáucaso o Persia.
Hoy la cocina rusa sorprende a los viajeros más gourmet con la sorprendente combinación de los platos y la dispensa más tradicional con los nuevos aires de la cocina más actual y creativa. Todas estas razones han llevado a Rusia a ser uno de los destinos gastronómicos más interesantes del mundo. Entre nuestros imprescindibles se encuentran los platillos elaborados con aves, pescado ahumados, deliciosas setas, frutas del bosque... Los cereales locales son el ingrediente perfecto para elaborar de forma artesanal deliciosos panes y bebidas tan conocidas como la cerveza o el vodka.
¿Alguna recomendación? Comienza el día con un típico y contundente “zavtrak” o desayuno. Recuerda que en Rusia el “obyed”, que se suele hacer al medio día, es la comida más fuerte del día. No te vayas del país sin probar sus excelentes conservas, su afamado caviar o sus deliciosos “blinis” (crepes).
Aprovecha tu viaje a la fascinante Rusia para traerte a casa hermosos recuerdos. Frecuenta sus elegantes avenidas y calles de las grandes ciudades, sus centros comerciales, sus mercados... encontrarás recuerdos en todos los materiales y formas. Son muy populares los souvenirs realizados en madera, desde las típicas matrioskas, a los utensilios de cocina y menaje pintados al estilo Khokhloma, un estilo que se ha hecho famoso por su combinación de intensos colores y dorados sobre fondos de tonos más oscuros.
Si prefieres los recuerdos textiles, Rusia pone al alcance de tu mano productos tradicionales de alta calidad como son los afamados chales bordados a mano, los típicos gorros con orejeras (los ushanka), las calientes botas producidas en lana de oveja (Valenki). Muchos viajeros y amantes de la historia vuelven a casa con las típicas prendas de la época soviética.
Completamos nuestra lista de la compra añadiendo la magnífica porcelana de la localidad de Gzhel, las joyas realizadas con piedras como el ámbar y, cómo no, delicias gastronómicas como su famoso caviar o bebidas tan tradicionales como el vodka.
•Año Nuevo: 1 de enero
•Navidad ortodoxa rusa: 7 de enero
•Día de los Defensores de la Patria: 23 de febrero
•Día Internacional de la Mujer: 8 de marzo
•Día del Trabajo y de la Primavera: 1 de mayo
•Día de la Victoria: 9 de mayo
•Día de Rusia: 12 de junio
•Día de la Unidad Popular: 4 de noviembre
•Día de San Petersburgo: 27 de mayo
•Día de Moscú: 10 de septiembre