Viaje a Portugal: Circuito Lisboa y Madeira

Día 1: España - Lisboa. Tres, dos, uno… El viaje da comienzo y Lisboa es la primera parada

Después de tanto esperar, ha llegado el momento de emprender viaje a Portugal. Cuando las maletas estén listas nos dirigiremos al aeropuerto, teniendo en cuenta que lo mejor es estar allí dos horas antes de que salga el vuelo para poder hacer frente a cualquier imprevisto que nos impidiese cogerlo.

Poco después de que el avión despegue estaremos sobrevolando Portugal y, antes de que nos demos cuenta estaremos en Lisboa, primera parada de un itinerario que tendrá su broche de oro en Funchal, la capital de Madeira.

En la capital lusa nos estarán esperando para llevarnos a nuestro hotel donde al caer la noche cenaremos y podremos retirarnos a descansar. Eso sí, antes de ese momento, contaremos con algo de tiempo libre para empezar a descubrir Lisboa, una ciudad única en Europa, más antigua incluso que Roma (se han desenterrado restos fenicios del 1.200 a.C). Estas horas serán la antesala de nuestros días de viaje. Días en los que podremos conocerla más a fondo y comprobar por nosotros mismos por qué es una de las ciudades más queridas del Viejo continente.

Día 2: Lisboa - Sintra - Cascais - Estoril – Lisboa. Itinerario por Lisboa y sus proximidades

Lisboa para empezar y Lisboa para terminar el día. La capital portuguesa se rendirá a nuestros pies en las primeras horas de esta jornada y nosotros ante ella en cuanto empecemos a visitar algunos de sus enclaves más simbólicos como el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belem (¡no os perdáis los riquísimos pasteles de Belem!), el majestuoso Monumento a los Descubridores, el Puente 25 de abril (que nos hará pensar en el Golden Gate de San Francisco), las Plazas del Comercio, del Rossio y del Marqués de Pombal, etc.

Esta ya de por sí inolvidable ruta se completará durante la jornada con la visita a las bellas y vecinas localidades de Estoril (donde se ubica el célebre Casino), y Cascáis. En esta última podremos contemplar en primera persona cómo es esta población de pescadores, cómo es su centro histórico, su puerto deportivo y sus playas… ¿Se puede pedir más?

Se puede. Por eso, otro de los destinos a los que iremos este día es Sintra. Situada en la ladera de las montañas que llevan su nombre, esta localidad es una de las más bellas del país y una de las más interesantes desde el punto de vista arquitectónico por su Palacio Nacional, declarado Patrimonio de la Humanidad. De construcción inicialmente árabe, este edificio supo después transformar su estilo para adaptarse al manuelino, típico de Portugal, en el siglo XV. En Sintra dispondremos de unas horas a nuestro aire antes de volver a Lisboa.

Ya en la capital podremos degustar, de manera opcional, de una rica cena con espectáculo donde no faltarán ¡faltaría más! fados. Tras tanto ir y venir nos habremos merecido un buen descanso en nuestro hotel. Hay que coger fuerzas porque al día siguiente Madeira nos espera.

Día 3: Lisboa – Funchal. Destino Funchal. Cita en Madeira

Después de desayunar tocará coger de nuevo rumbo al aeropuerto lisboeta para seguir viaje y llegar a la isla de Madeira, la principal del archipiélago del mismo nombre. En concreto, nuestro avión aterrizará en el aeropuerto Cristiano Ronaldo de Funchal (la base área recibe este nombre en honor al futbolista, oriundo de este lugar) y de allí nos llevarán a nuestro hotel para dejar el equipaje. En esta ciudad, la capital de Madeira, podremos empezar a familiarizarnos a nuestro ritmo y según nuestras apetencias con las bellezas naturales de este lugar, bañado por las aguas del océano Atlántico y muy próximo a la costa noroccidental de África.

Madeira es uno de los destinos más admirados en el continente europeo por su rabiosa y hermosa naturaleza. ¡Atención! Los amantes del fútbol tienen otro punto a favor de este destino: el Museu CR7, dedicado al jugador Cristiano Ronaldo. Además, podremos empezar a recorrer las calles de la ciudad, hacer nuestras primeras compras en la isla, coger fuerzas comiendo algunos de los platos típicos de la gastronomía lusa y más concretamente del recetario de Madeira, como la ‘caldeirada’ de pescado. Aunque nos quedará mucho por descubrir, al caer la noche nos dirigiremos a nuestro hotel. Será momento de descansar.

Día 4: Funchal - Excursión A Porto Moniz – Funchal. Un día inolvidable en Madeira

La jornada de hoy comenzará con un rico desayuno con el que, sí o sí, tenemos que coger fuerzas: nos espera un día completo de actividades, visitas y experiencias como el almuerzo en Porto Moniz.

En nuestro itinerario, primero por la costa sudoeste de la isla, llegaremos a localidades como Ribeira Brava, a sólo 15 kilómetros de Funchal, en la que podremos contemplar la Iglesia de São Bento o su Ayuntamiento, entre otras localizaciones. Más tarde pararemos en Ponta do Sol y Madalena do Mar, en una ruta que nos permitirá ver las famosas plantaciones bananeras ubicadas en el trayecto que va de Loreto al Paul da Serra. Cuando lleguemos a Porto Moniz podremos abandonarnos a la belleza que la naturaleza adquiere en este lugar gracias a las piscinas naturales formadas por la actividad volcánica del lugar.

Tras el almuerzo habrá llegado el momento de seguir nuestro camino por la costa norte haciendo paradas en Sixal, San Vicente y Laurissilva, hasta llegar a Encumeada, que destaca por un fascinante mirador sobre el mar y la parte sur de la isla. A nuestra vuelta a Funchal tendremos la opción de contemplar la enorme belleza del Cabo Girao, la colina más alta de Europa, antes de dirigir nuestros pasos a nuestro hotel donde tocará descansar.

Día 5: Funchal. Día libre para descubrir a nuestro aire la capital de Madeira

Esta jornada será para que la diseñemos a nuestro gusto y según nuestras necesidades y apetencias. Tendremos todo el día para visitar por libre la capital de Madeira o, por el contrario, para dejarnos guiar por las diferentes excursiones, por supuesto opcionales, que estarán a nuestra disposición. Excursiones a las que pueblos, paisajes y gastronomía no faltarán a su cita.

Entre los enclaves que podremos visitar está el Jardín Panorámico, ubicado en el centro de la ciudad y con una inigualable vista del Atlántico, o algunas de las muchas y conocidas bodegas que cohabitan en esta zona. No es para menos. En esta isla se elaboran vinos con hasta una treintena de uvas diferentes. Tras ese suculento aperitivo, podremos comer en alguna de las tasquitas típicas de la ciudad.

Después de comer habrá llegado el momento de visitar los alrededores de la Catedral de la Sé, con 500 años de historia, de pasear por las pintorescas calles de la Zona Vieja o de subir hasta el Jardín Botánico en unos 15 minutos de trayecto que, por su belleza, ya no se nos olvidarán. Por supuesto, si está en nuestras manos no deberíamos perdernos el espectáculo del anochecer en cualquiera de los miradores que pueblan la ciudad. Con esas bellas imágenes guardadas para siempre en nuestra memoria, regresaremos a nuestro hotel. Es tiempo de preparar las maletas y de descansar. La vuelta a casa se acerca.

Día 6: Funchal – España. ¡Toca volver a casa!

Además, podremos hacer esas compras que no nos había dado tiempo a hacer, visitar esa construcción que de lejos nos encandiló y seguro que de cerca aún más, hacer esas fotos del Atlántico y sus aguas iluminadas con la luz tan especial del archipiélago, o degustar ese típico dulce o ese típico vino que se nos había quedado en el tintero.

Nuestro viaje por Portugal habrá llegado a término y lo hará de la mejor de las maneras posibles: habiéndonos ofrecido un sinfín de experiencias para todos nuestros sentidos, gracias a su rica gastronomía y cultura vinícola, a la amabilidad de sus gentes, a lo auténtico de sus pueblos y a lo hermoso de su naturaleza. Sólo nos queda una cosa por decir. Y no será la última vez que la digamos. La diremos siempre que pensemos en nuestros vecinos del Oeste: ¡Obrigado Portugal!