Viajes a Mercadillos Navideños

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Conoce Europa a través de sus Mercadillos Navideños

El olor a caramelo quemado sobre las manzanas, a vino caliente con canela, a galletas de jengibre horneadas, esta agradable mezcla de aromas solo se puede percibir en los famosos mercadillos navideños de las ciudades europeas, que durante el mes de diciembre, ofrecen uno de los mayores y más luminosos despliegues del ambiente más navideño que se pueda vivir. Un espectáculo de luces, olores y sabores te esperan en las plazas más famosas de Europa.

Durante siglos muchas ciudades del Viejo Continente, llevan organizando estos mercadillos de adviento, que con la apertura de sus casetas inauguran una de las épocas invernales más bellas y festejadas de Europa: la Navidad. En los mercadillos, emplazados normalmente en lugares emblemáticos de cada ciudad, no solo se puede encontrar ambiente, luces y villancicos, sino que también se pueden degustar las mejores recetas de esta época y la artesanía más navideña para llevársela a casa, haciendo que cada día del mes de diciembre sea una auténtica celebración navideña. Aprovecha esta época del año para vivir la Navidad con más intensidad que nunca. Visita los mercados navideños más grandes y antiguos del continente con los circuitos que Iberojet ha organizado para ti y que te presenta a continuación.

Si quieres vivir una Navidad única en Europa, toma nota de los mercadillos de adviento más bellos, vibrantes e iluminados que te vamos a contar a continuación, ninguno tiene desperdicio.

Conoce Alemania a través de sus mercados navideños.

El país germano puede presumir de haber sido pionero en este despliegue navideño, en la apertura de estas pequeñas tiendecitas en Navidad durante el mes de diciembre, dándoles un motivo perfecto a los habitantes para salir de sus casas en pleno invierno y disfrutar de un momento cálido y divertido al aire libre.

Y es que dicen que Alemania celebra más 10.000 mercadillos durante la época de adviento. Colonia, Nuremberg, Dresde, entre otras ciudades, ofrecen los mercadillos más vetustos de todo el continente donde, además de poder disfrutar del ambiente navideño, acompañado de los más típicos villancicos, se pueden degustar las mejores recetas navideñas germanas, el mejor ponche y terminar con los mejores dulces. Por todo esto, los mercadillos de adviento se han convertido en una cita indispensable para los viajeros que visitan el país en esta época invernal, una experiencia única más allá de los polvorones y el turrón.

Berlín: Los mercados navideños más ‘underground’

La moderna capital de Berlín posee numerosos mercadillos navideños en los lugares más concurridos de la ciudad durante los meses de noviembre y diciembre.

La Alexanderplatz, Potsdamer Platz, en el Palacio Charlottenburg, el casco antiguo de Spandau, entre otros lugares, se iluminan abundantemente para ofrecer a los berlineses y visitantes una de las experiencias más navideñas de la época. Pero no solo es un espectáculo de luces y de artesanía también se puede disfrutar de una obra de teatro, de atracciones de feria, de música en directo y por supuesto de la mejor gastronomía local. Una agradable experiencia con marcado sabor navideño.

Nuremberg: Tal vez el mercadillo navideño más tradicional de Alemania

Nuremberg es una de esas ciudades que tiene una magia especial cuando se visita, cuando se pasea por su casco histórico medieval, cuando se admira las fachadas de ladrillo y madera de sus casa.

Es una ciudad de esas que enamoran. Durante todo el año la coqueta ciudad a orillas del río Pegnitz ofrece una experiencia viajera única. Pero en diciembre, la ciudad se viste de Navidad y ofrece uno de los mayores espectáculos de adviento con el despliegue de su famoso mercado navideño, uno de los más tradicionales y típicos del país. Éste, ubicado en el Hauptmarkt, se inaugura en con el discurso del cándido ‘Kris Kringle’, el niño Cristo, que con el fin de sus palabras comienza la Navidad. Las casetas de madera, perfectamente cuidadas y adornadas, ofrecen objetos artesanales, platos típicos de la gastronomía de la zona y el famoso Glühwein, vino caliente especiado. Pasear entre los puestecillos hace sentir el verdadero espíritu navideño.

Colonia: Un mercadillo navideño a los pies de la Catedral

La ciudad de Colonia, atravesada por el río Rhin, se le considera una de las urbes más importantes a nivel cultura de toda Alemania.

Son muchos los motivos que han llevado a que Colonia se gane este distintivo, pero uno de los más representativos es la catedral de Colonia, una obra maestra del arte gótico.

Ubicada en un enclave privilegiado, en el casco antiguo de la urbe, con vistas al afluente, la catedral se muestra imponente todos los días del año. Pero en diciembre, en sus faldas, los coloneses montan, desde hace siglos, el famoso mercadillo navideño, uno de los más bellos por su ubicación e iluminación. Además del mercadillo situado en la plaza de la catedral, hay varios más repartidos por toda la ciudad, los cuales hacen que la urbe esté completamente iluminada y se sienta la Navidad por los cuatro costados.

Frankfurt: Un contraste único entre las luces navideñas y la del distrito financiero

A pesar de ser una de las ciudades más modernas de Alemania, con un distrito financiero de lo más concurrido, Frankfurt ofrece también experiencias tradicionales, que se llevan celebrando años y años, como su tradicional mercadillo de adviento.

Su skyline de rascacielos crea un agradable contraste con su casco histórico, donde en el eje principal, su plaza Römerberg, se monta durante el mes de diciembre dicho mercadillo.

Además de observar la artesanía y las atracciones de la feria en sus más de 200 puestecillos, se puede degustar uno de los dulces navideños más famosos de esta ciudad, el conocido como Bethmännchen, un mazapán hecho con agua de rosas y avellanas o almendras, el dulce perfecto para sentir la Navidad a través del paladar.

Múnich: El mercadillo navideño más internacional

En la bella capital de Baviera, Múnich, cada año a finales de noviembre, se lleva a cabo la inauguración de las Navidades con la apertura de lo que tal vez sea uno de los mercadillos más conocidos internacionalmente, el famoso mercadillo de Adviento de Múnich.

En la amplia plaza del Mercado y en la del Ayuntamiento, las casetas de madera perfectamente decoradas con simbología de estas fiestas, comienzan a desplegarse creando así uno de los ambientes navideños más intensos de el país. Una de las características que diferencian este mercado de otros, es que la ciudad acoge una de las Feria de los pesebres más grande del continente. También, uno de los elementos más famosos del mercadillo, es el montaje de uno de los árboles de navidad más altos del país, donde se dice que cada año se utilizan más de 2.500 velas. Pero si realmente se quiere sentir el espíritu navideño, hay que finalizar la visita degustando el glühwein o el famoso ponche y acompañarlo con un Christstollen, un pan dulce hecho a base de pasas y frutos secos, una delicia.

Dresde: El mercadillo navideño más antiguo de Alemania

En la región de Sajonia se halla una ciudad elegante con edificios inspirados en Versalles que emanan sofisticación.

Esta ciudad es Dresde, una urbe cultural que tiene mucho que ofrecer durante las cuatro estaciones. Pero la Navidad para Dresde es especial, ya que la ciudad se cubre de luz, adornos y se lleva a cabo el mercado navideño más antiguo del país. Dicen los documentos que la primera vez que se celebró el mercado fue en 1434, como un mercado de carne que se inauguraba antes de Navidad. Con el paso de los años, este mercado ha ido creciendo y transformándose hasta llegar a nuestros días, donde en 2018 cumplió su 584 edición. Actualmente la feria se ubica en la antigua plaza del Mercado y cuenta con más de 240 puestecillos que abarcan aproximadamente un kilómetro de longitud. Además de los puestos y su artesanía, lo que atrae a los visitantes es una curiosa escena que se lleva a cabo diariamente.

En un castillo de cuento de hadas hecho de madera, cada día unas marionetas abren una ventana, que simboliza la apertura de un nuevo día en el calendario de adviento, una experiencia navideña sobre todo para los más pequeños.

Hamburgo: Mercadillos navideños en el puerto más grande de Alemania

Hamburgo puede presumir de muchas cosas. Es una de las ciudades más importantes de Alemania, posee el puerto más grande, es una urbe culturalmente activa, moderna y vanguardista.

Pero también puede alardear de celebrar algunos de los mercadillos navideños más visitados e importantes de Europa. Y no contento con uno, Hamburgo celebra hasta 15 mercadillos navideños (dependiendo del año) repartidos por diferentes barrios de la ciudad todos muy interesantes y diferentes. El más visitado y conocido es el Mercado Histórico de Navidad, Rathausmark. Cada año se monta en el mismo lugar, la famosa Plaza del Ayuntamiento, donde las luces, el vino caliente, las canciones navideñas e incluso Papa Noel sobrevuelan e invaden el cielo del mercadillo haciendo las delicias de pequeños pero también de los mayores.

El espíritu navideño que inunda un país entero.

Francia alberga mercados de Navidad por todo el país, desde el norte hasta el sur. Los más famosos, eso sí, se encuentran en la zona septentrional, concretamente en la región de Alsacia, donde la clara influencia germánica ha traído como consecuencia que se organicen algunos de los mercados navideños más espectaculares de Europa.

Estrasburgo, Colmar o Mulhouse son algunos d elos mejores ejemplos de ciudades completamente transformadas por un espíritu navideño que sólo capta en plenitud quienes pueen visitarlas en las fechas previas a la Navidad. Además de los alsacianos, Francia presume de contar con grandes mercados navideños por otras regiones. París, Nantes o varias ciudades del sur- y por lo tanto a tiro de piedra de España- como Perpiñán o Carcassonne son buena muestra de ello.

Siéntete como un rey en Reims

El mercado navideños de Reims, con sus cercar de 150 puetos de venta, es el tercero más grande de Francia. Pero esto no siempre es una cuestión de tamaño. En el caso de esta antigua ciudad universitaria, hay aspectos que también deben tenerse en cuenta.

¿Qué otro mercado está situado ante la Catedral donde tradicionalmente se coronaban los reyes franceses? La simple vista panorámica del mercadillo, con esa impresionante iglesia como telón de fondo, ya merece una visita. Compra adornos artesanos, recuerdos para llevarte a casa, comida y bebida para recuperar fuerzas o unos dulces para darte un capricho, y aprovecha las actividades que cada año se organizan para los más pequeños.

Una experiencia inolvidable en la capital de la Navidad

Fue el primero que abrió en Francia y es, con diferencia, el más famoso gracias a los 300 puestos de venta que transforman completamente el ambiente de la habitualmente ajetreada ciudad alsaciana. Hay tantas casetas que deben repartirse en más de una decena de lugares diferentes, todos ellos situados en el casco histórico. Los encontrarás todos sin problemas, pero no debes perderte el del Niño Jesús- es el primero, el que dio origen a todo en el siglo XVI- o el de la catedral, donde hay unas figuras de belén sublimes. También hay mercadillo gastronómico y otro invitado, donde los puestos llegan de otro país.

Una oferta navideña para todos los gustos

Colmar, también situada en Alsacia, quizá sea menos famosa que su vecina Estrasburgo, pero también es una visita muy recomendable en Navidad porque cuenta no con uno, sino con cinco mercados navideños en el precioso entorno que forma su casco histórico.

Hay para todos los gustos y colores: los amantaes del buen comer y mejor beber típicos de Alsacia deben acudir a la Place Jeanne d'Arc; los que viajen con niños no pueden perderse los juegos y animales de peluque de la Petite Venise; los que busquen regalos artesanos, que se den una vuelta por el palacio de Koïfhus, y los amantes de los tradicional y lo espiritual deben dirigirse al mercado de la iglesia. Completa la oferta el variado mercado de la Place de l'ancienne Douane.

Un mercado lleno de luz

El mercado de Navidad de Mulhouse se sitúa en la Place de la Réunion, con el templo de San Esteban como vigilante permanente. Alrededor de un centenar de puestos de venta te ofrecen productos de todo tipo, desde adornos hechos a mano hasta ropa pasando por el vino caliente, el foie gras o los dulces típicos de la época como el pan de jengibre o los bredeles, unas galletas típicas de Alsacia.

Las luces que engalanan numerosas calles del centro o la noria que se instala en pleno mercado son otros de los grandes atractivos de la ciudad en la época prenavideña.

El espíritu navideño de largo recorrido.

¿Quién dijo que la Navidad se limita al tramo final de diciembre? En la República Checa tienen claro que el espíritu de estas fechas puede y debe durar más, así que a principios del último mes del año comienzan las celebraciones de esta época tan especial. En las casas se van prendiendo las velas de la corona de adviento y se cocinan deliciosas galletas navideñas mientras las calles se llenan de luces, pinos navideños y puestos que venden el tradicional vino caliente (svarák) y ponche.

La noche del 5 de diciembre, San Nicolás visita los hogares checos para darle un regalo a los más pequeños, eso sí, después de hacerles un cuestionario que certifique que se han portado bien durante el año. Entre los pintorescos puestos de productos navideños, no te sorprenda encontrar grandes cubas con agua llenas de peces. Son carpas, el producto tradicional de la cena de Nochebuena. Tanto es así que muchas familias las conservan vivas durante todo el mes de diciembre hasta que llega el momento de cocinarlas.

Es Navidad en cada calle

Durante la época de Navidad, las calles de Praga se inundan de mercadillos navideños. Es fácil que en cada vía o cada plaza encuentres algún puesto donde comprar una bola para el árbol, un juguete de madera o algún adorno para la casa. Y por supuesto, alguna de estas casetas de madera te estará esperando para que repongas fuerzas con alguna vianda tradicional del país, como las salchichas o el jamón asado, regados de una típica cerveza checa o la bebida típica de las Navidades, el vino caliente.

Y para rematar la jugada, nada mejor que un trdlnik, una masa dulce enrollada que se asa lentamente al fuego. Hay numerosos mercadillos navideños en la ciudad, aunque los más famosos y concurridos son los de la Plaza Vieja, la Plaza de Wenceslao, la plaza Náměstí Republiky y el de Havel, que es el más antiguo de la capital, ya que se celebra desde el siglo XIII.

Una Navidad medieval entre osos

A la sombra de uno de los más espectaculares castillos de Centroeuropa, podrás encontrar un ambiento navideño cálido y delicioso. En estas fechas, un paseo por el casco histórico de Cesky Krumlov es toda una delicia gracias a las luces, árboles y adornos que llenan sus calles medievales.

El mercadillo navideño se ubica en la plaza Svornosti, pero hay multitud de actos durante estas fechas: el encendido del árbol, la instalación del belén viviente y la narración de su historia con música y baile, los conciertos de villancicos, el recorrido navideño sobre una balsa por el río y, sobre todo, el encuentro con los osos en uno de los patios del castillo, una tradición exclusiva de la ciudad.

La Navidad más sentida.

Polonia es un país muy católico, que celebra la Navidad como una de las fechas más especiales del año. Por eso, dar un paseo por sus calles durante estas fechas deja un recuerdo especial. Todas las ciudades polacas celebran animados mercadillos navideños donde comprar todo de tipo de recuerdos o adornos. Los más típicos son las bolas de vidrio soplado (bombki) que se pintan luego a mano para crear auténticas obras de arte, pero también encontrarás adornos navideños hechos con el típico ámbar del Báltico o preciosas figuras talladas artesanalmente en madera. Si tienes hueco en la maleta, aprovecha para traerte uno de los espectaculares centros florales que forman con ramas, flores secas o piñas.

Además de para comprar regalos, los mercados navideños son una buena oportunidad para degustar comidas y bebidas típicas de estas fechas. Lo más tradicional de estas fechas son el oscypek, un delicioso queso caliente a la brasa; las galletas de mantequilla o jengibre o el vino caliente.

Paseando entre esculturas de hielo

Uno de los momentos álgidos de la Navidad en Poznan es la celebración del campeonato de esculturas de hielo, donde participan artistas llegados desde todo el mundo. Es un auténtico espectáculo verlos trabajar y contemplar su obra terminada, especialmente cuando anochece y las figuras se iluminan al igual que las calles.

Además de este peculiar concurso, Poznan acoge numerosos actos navideños durante esta época, además de dos grandes mercadillos navideños. El primero de ellos se abre en la Plac Wolności y posteriormente se le une el más famoso, el de la Plaza Vieja del Mercado, auténtico corazón del casco antiguo de la ciudad.

Una capital llena de encanto

Varsovia se convierte en una ciudad llena de luz y encanto durante la época navideña. El principal mercadillo se sitúa a la vera del monumento más simbólico de la capital polaca, la fuente de la sirenita. Hay puestos de venta de artesanía y de comida y bebida, además de una pista de hielo.

Para seguir disfrutando del ambiente navideño, acércate a las murallas de la ciudad, donde se instalan numerosos puestos de venta. Y para hacerte una foto con el árbol, busca la plaza del Castillo, donde se instala un enorme abeto decorado con luces. Tampoco debes perderte la exposición de cunas navideñas, un concurso para ver quién hace el pesebre más bonito.

El mejor escenario para el mercadillo más grande

Cracovia puede presumir de contar con el mercadillo navideño más grande de Polonia y, posiblemente, con el mejor rodeado. Y es que los puestos de venta de productos típicos navideños se sitúan en la enorme Rynek Glowny o plaza mayor del Mercado, principal plaza de la ciudad donde, de hecho, se encuentran algunos de sus monumentos más relevantes: el Mercado de Paños, la Torre del Ayuntamiento, la iglesia de San Wojciech o la iglesia de Santa María, entre otros edificios. Durante tu visita, no te pierdas una tradición única de Cracovia: la instalación de las peculiares szopkas, unas maquetas hechas con papel de aluminio que representan con muchos colores belenes navideños rodeados de monumentos de la ciudad.

Un festival para los sentidos.

Hungría es otro buen ejemplo de cómo contagiar a toda una ciudad el espíritu navideño mediante la instalación de un tradicional mercado navideño. Los puestos de madera se arremolinan en torno a las plazas y calles de los cascos históricos para ofrecer una gran oferta de artesanía navideña, perfecta para llevar como recuerdo en la maleta. Además, los mercados navideños son una ocasión inmejorable para probar alguna de las especialidades que la gastronomía húngara tiene reservada para estas fechas.

Destaca una bebida, el forralt bor, que es la versión húngara del vino caliente típico de estos mercados. Para llenar el estómago, puedes optar por el lángos, que es una especie de pizza pero con la masa frita en aceite, o un kolbasz, un chorizo que se sirve con pan y mostaza dulce. Y para rematar la comida, prueba un pastel de chimenea… ¡Son una delicia!

La ciudad que vuelva con la Navidad

Budapest es una de las ciudades más encantadoras para visitar en Navidad. Hay mil razones para acercarse a la capital húngara y disfrutar del ambiente tan especial que vive en estas fechas. Por ejemplo, hacerse una fotografía frente al gigantesco calendario de Adviento; o montarse en uno de los tranvías decorados con luces navideñas; o patinar sobre el hielo de la pista que se instala en el Parque Municipal. ¿Necesitas más razones? ¿Qué te parece disfrutar de conciertos de música clásica en el Parlamento? ¿O comprar algún adorno navideño en uno de sus mercadillos? El más famoso es el de la Plaza Vörösmarty, pero hay algunos más.

Bailando al son del invierno

Gyor es una de las localidades más encantadoras de toda Hungría, así que en Navidad su belleza alcanza cotas descomunales. Los puestos de madera con artículos de adorno y artesanía y el olor de la carne, los dulces navideños y el vino caliente inundan el casco histórico de la ciudad.

El mercadillo se sitúa a lo largo de la calle Baross Gábor Utca, una de las principales vías del centro, y en las plazas Széchenyi Tér y Megyeház Tér. Además, no puedes perderte el Festival de Invierno que se desarrolla desde hace años en la ciudad a imagen y semejanza del vienés, con conciertos musicales y una amplia agenda cultural.

Eslovaquia se ilumina por Navidad.

Decenas de ciudades de toda Eslovaquia acoge desde semanas antes de fin de año pintorescos mercadillos donde comprar todo tipo de productos relacionados con la Navidad. Mientras suenan los villancicos, podrás darte un paseo entre los numerosos puestos de madera que venden artesanía en madera, cuero, paja, cerámica, arcilla, metal o textil; todo tipo de juguetes para los más pequeños, adornos navideños de toda clase, etc.

Si te gusta el dulce, podrás probar deliciosas galletas de jengibre y acompañarlas de un vaso de hidromiel, ponche o vino caliente para esquivar los rigores del frío invernal. Además, la Navidad es una buena época para probar en la calle algunas de las especialidades de la gastronomía nacional, como las salchichas, el asado de cerdo o unas tortas de patata llamadas loksha.

Un ambiente único en la Roma de Eslovaquia

Dicen que Trnava es la Roma de Eslovaquia por la enorme cantidad de iglesias que alberga. Esta característica le da un aire aún más especial a la ciudad durante la época navideña, cuando las luces y el ambiente propio de estas fechas multiplican el encanto de su ya de por sí bello casco histórico. Los puestos de madera con adornos, regalos, comida y bebida se instalan en la céntrica plaza Trojicne namestie. En torno a ellos, es fácil que te encuentres diversos grupos dando conciertos, entre ellos los chavales de las escuelas de la localidad.

Una Navidad llena de actividades

La capital de Eslovaquia se engalana cada año para celebrar las fiestas de Navidad. Un enorme árbol cortado en los bosques próximos a la ciudad se instala lleno de luces y adornos en el centro de la Hlavné námestie y su encendido es uno de los momentos álgidos de la época prenavideña capitalina.

A su alrededor brota un animado mercadillo que se extiende hasta la Hviezdoslavovo námestie. Además, hay otras opciones para comprar recuerdos navideños, porque el castillo también acoge varios puestos de venta de productos típicos de estas fechas. Puedes completar tu visita patinando sobre hielo frente Teatro Nacional, besándote bajo el muérdago en la calle Kostolná o disfrutando de todo tipo de actuaciones en las calles del centro.

Con los Alpes como escuderos.

¿Qué mejor plan que pasar la Navidad en plenos Alpes? Suiza reúne todas las condiciones ideales para pasar unas fiestas navideñas inolvidables. Todas las ciudades se llenan de luces y adornos para celebrar esta época y allí podrás encontrar algunos de los mejores ejemplos de mercadillos navideños de Europa.

La oferta para que llenes la maleta de recuerdos es amplísima, desde adornos artesanos hechos con madera, metales u otros materiales, hasta bufandas y gorros, pasando por farolillos o velas. Y por supuesto, no te olvides de disfrutar de la oferta gastronómica de estos mercadillos, con deliciosas carnes a la brasa, patatas fritas artesanas o la típica raclette. Riégalo con unos sorbos del reconstituyente vino caliente especiado glühwein o su versión sin alcohol, el glühmost.

La Navidad más brillante

Zúrich se transforma en Navidad para convertirse en una ciudad llena de brillo y elegancia. El mejor ejemplo de ello es el soberbio árbol de Navidad de 15 metros de alto que se instala en la Christkindlimarkt –junto a la estación de trenes- adornado con cristales de Swarovski. Zúrich cuenta con una gran variedad de mercadillos navideños.

Date una vuelta por el interior de la estación central Hauptbahnhof, que acoge el mayor mercado cubierto del continente, antes de recorrer los puestos de madera que pueblan las calles del casco histórico y escuchar un villancico junto al árbol de la Werdmühleplatz. Y si tienes tiempo, acércate al pueblo navideño urbano "Wienachtsdorf" en Sechseläutenplatz, cerca de Bellevue.

Espíritu navideño a orillas de lago Leman

Las inmensas aguas del lago Leman sirven como telón de fondo a más de un centenar de puestos de madera que conforman uno de los mercadillos navideños más bonitos de toda Suiza, el de la ciudad de Montreux. Las casetas se colocan en el paseo que bordea el lago, lo que multiplica el encanto de la localidad en estas fechas.

Tómate un vino caliente o un té y matarás dos pájaros de un tiro porque, además de combatir el frío y saborear una típica especialidad navideña, te llevarás a casa una taza conmemorativa de la Navidad de ese año. Si vuelves al siguiente, recuerda que el vaso será diferente… Recuerda que también hay un mercado cubierto, perfecto para los momentos en que hace mucho frío.

Una ciudad llena de mercados

El casco histórico de Berna, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, acoge en diversas plazas varios mercadillos que brindan una oportunidad inmejorable al viajero de disfrutar del más puro ambiente navideño. A los pies de la catedral – la más alta del país- brota un precioso mercadillo que, además, tiene un ambiente más bien relajado. Así que si prefieres ir sin agobios, es la mejor elección.

Además, en el Märitbeizli sirven el mejor vino blanco caliente de la ciudad… La Sternenmarkt es el más reciente de los mercados navideños de la ciudad, pero una opción excelente para comprar productos de diseño, comer y beber o estar con los más pequeños en su tiovivo. Otras buenas opciones para comprar recuerdos artesanos son el mercado navideño de la Plaza del Orfanato o el mercado de artesanía de la Münsterplattform, con más de un centenar de puestos.

Un mundo de luz en torno a la Franziskanerplatz

La plaza Franziskanerplatz es el auténtico corazón navideño de Lucerna. Esta preciosa ciudad medieval, enclavada entre los Alpes y el lago de los Cuatro Cantones, instala en este céntrico punto su tradicional mercadillo de Navidad, el Lozärner Weihnachtsmärt, para que los lugareños y los visitantes puedan comprar adornos navideños, sabrosas galletas, deliciosos dulces y reconstituyente vino caliente. Además, se organizan diversos actos de tipo cultural para amenizar toda la etapa de Adviento.

Todo a lo grande en Basilea

Dicen que el mercadillo de Navidad de Basilea es el más grande y, de paso, el más bonito de toda Suiza. Lo cierto es que su gran tamaño –hay cerca de 200 puestos de madera abiertos- y su preciosa ubicación, entre las céntricas plazas de Barfüsserplatz y Münsterplatz, le otorgan un encanto especial. Además, hay un concurso que premia al puesto más bonito, así que todos ellos se esmeran en lucir sus mejores galas. No dejes de hacerte una foto con el enorme árbol de Navidad que es instala cada año en la Münsterplatz, comprar algún adorno en la tienda de Johann Wanner en Spalenberg y probar el típico dulce local, un pan hecho con jengibre que se llama Basler Läckerli.

Una Navidad con carácter propio.

Austria tiene unos mercados navideños con carácter propio. La clave reside en la fusión entre la belleza de los monumentos de sus ciudades y los puestos, las luces y la decoración. Todo ello se integra de tal manera en las calles que generan un ambiente muy especial, tremendamente navideño.

Hay muchos ejemplos de ello. Algunos de los mejores están en el Tirol, donde las montañas crean un perfecto telón de fondo para mercados navideños tan pintorescos como los de Innsbruck, Lienz o Kufstein. Salzburgo tiene una enorme oferta de mercados navideños, sólo al alcance de la capital, Viena, donde posiblemente necesites varios días para recorrerlos en su totalidad. Una salchicha, una jarrita con vino caliente y alguno de los sabrosos dulces típicos de esta época conforman un menú perfecto para completar la visita a cualquiera de estos mercados.

Un mercado singular con la antítesis de Papa Noel y un vigilante nocturno

La Plaza de Armas de Lienz, auténtico centro neurálgico de la ciudad, también es el corazón del espíritu navideño de esta ciudad del Tirol, que cada año acoge uno de los más pintorescos mercados de Navidad de Austria. Decenas de puestos venden adornos, recuerdos artesanos, comida y bebida, pero el encanto va más allá de las tiendas y las luces.

Cada día se abre una ventana del enorme calendario de Adviento del Castillo de Liebburg –que además acoge una exposición de belenes- y por las noches, un vigilante pasea por el mercado. Si viajas en torno al día de San Nicolás, en Lienz vas a poder ver a su lado oscuro, Krampus, unas figuras diabólicas que desfilan por las calles de la ciudad.

La música celestial de la Navidad

Una ciudad tan espectacular como Salzburgo sólo podía tener un mercado de Navidad acorde con tan excelso escenario. El más tradicional de los que organiza es el del Niño Jesús, que distribuye su centenar de puestos entre la Domplatz y la Residenzplatz, es decir, en pleno corazón del casco viejo de la ciudad. Otro de los mercados que no puedes perderte es el de la Plaza Mirabell, que tiene muchas actividades para los más pequeños. Y por supuesto, acércate al Palacio de Hellbrunn. Después de un camino iluminado con antorchas, llegarás a un mercado precioso, con un calendario de adviento gigante y un bosque de 400 pinos adornado con más de 10.000 bolas rojas. También hay un mercado en la fortaleza Hohensalzburg y otro en Sterngarten, entre dos de las calles más famosas de la ciudad, Getreidegasse y la Griesgasse.

De todo para una Navidad completa

Viena cuenta con una enorme variedad de mercados de Navidad, ya que los puestos de venta se reparten por todo el centro de la capital austriaca. En total, se organizan hasta diez mercados de Adviento, con diferentes temáticas y con distintas agendas culturales. Todo ello conforma, por lo tanto, una oferta de lo más completa. Uno de los más famosos es el del Niño Jesús, ubicado en la Plaza del Ayuntamiento, donde también se instala un gran árbol de Navidad.

El pueblo de Navidad del Palacio Belvedere tiene un encanto especial gracias a su excelente localización y el del antiguo hospital de Viena posee un encanto único hasta el punto que dicen que es el más auténtico de la ciudad. Visita también la plaza Freyung, donde está el pesebre más grande de Austria; el del Palacio Schönbrunn, el original mercadillo de la Karlsplatz, el que está ubicado en el Prater o el del barrio de Spittelberg.

Una Navidad fortificada

La espectacular fortaleza de Kufstein vigila desde lo alto el precioso y delicado mercado de Navidad que se desarrolla en el centro de esta pequeña localidad tirolesa, muy próxima a Baviera. Decenas de puestos ofrecen comida típica del Tirol, adornos artesanos para colocar en Navidad y otro tipo de recuerdos vinculados a esta época del año.

Además, los niños tienen una larga oferta de actividades pensadas para ellos, desde montar en pony hasta pasear en carrusel, pasando por escuchar cuentos y canciones o incluso hornear pan a fuego abierto. El otro mercado navideño de la ciudad tiene lugar en la misma fortaleza que, aunque es pago, incluye la visita al monumento.

Una oferta navideña sin igual

Seis mercados navideños, 200 puestos y un árbol de Navidad de 14 metros de altura lleno de cristales brillantes y relucientes. Las semanas previas a la Navidad, la capital del Tirol se transforma en un espectáculo sublime. El mercado más antiguo y más grande está junto al famoso Tejadillo de Oro, aunque el de Hungerburg cuenta con una ventaja añadida: está situado 300 metros sobre la ciudad y permite al visitante contemplar unas vistas sublimes. En la Plaza del Mercado los puestos de venta se arremolinan en torno al gran árbol de Navidad y es una visita obligada para quienes viajan con niños. Date una vuelta también por la calle Maria-Theresien, la arteria principal de Innsbruck, la encantadora plaza Wiltener Platzl o el distrito de St.Nikolaus.

Bélgica, con sus mejores galas navideñas.

Bélgica se entrega a la Navidad con toda su alma. Por eso, darse una vuelta por cualquiera de sus famosos mercadillos de Navidad es disfrutar de una sensación especial, de un espíritu propio de una época tan peculiar.

Las ciudades se ponen sus mejores galas con luces y decoración por todas sus calles; se instalan grandes árboles adornados que compiten en altura con las preciosas torres de las iglesias belgas; los niños pueden disfrutar de más atracciones y actividades que en ningún otro momento dle año, y los puestos de madera ocuan las principales vías de los centros históricos para ofrecer al viajero una experiencia sensorial inolvidable: lues, adornos navideños, árboles, objetos de artesanía, dulces tradicoinales, carne y pescados a la brasa, vino caliente...

Un viaje a la Navidad del Medievo

Una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa acoge también un famoso mercado navideño, que se desarrolla básicamente en la Plaza del Mercado y se expande por las callejuelas del casco histórico, sobre todo en la Walplein y en la Simpon Stevinplein.

Decenas de puestos ofrecen todo tipo de adornos y motivos navideños, árboles de Navidad y comida tradicional de estas fechas, como las castañas asadas o los dulces contundentes, además de otros que son típicos todo el año, como el famoso chocolate belga. Además de bucear entre los puestos, no te olvides de subir a la torre de los Hallen cuando se enciendan las luces para ver la panorámica de la ciudad iluminada.

Bienvenidos a los Placeres del Invierno

El ambiente navideño inunda Bruselas y la ciudad te ofrece una enorme variedad de mercados. Hay de todo y para todos… Se calcula que hay unos 250 puestos de venta distribuidos por todo el centro de la ciudad, así tienes mucho donde elegir. Los dos más importantes están en la Grand Place y el Marché aux Poissons, aunque también hay otros alrededor de la Bourse de Bruxelles, en la Place Sainte-Catherine y en la Place de la Monnaie.

De hecho, los mercados navideños son sólo una parte de las actividades previstas en los Plaisirs d’hiver o Placeres de Invierno, que incluyen desfile, espectáculos de luz en la Grande Place, conciertos, pistas de hielo, norias, etc.

Un agradable paseo navideño

Los puestos navideños de Amberes se distribuyen por las calles y plazas del centro, así que recorrerlo es muy agradable y, además, permite certificar la belleza de la ciudad. De hecho, todo está a tiro de piedra: Grote Markt, Suikerrui, Handschoenmarkt, Groenplaats o Steenplein forman un perfecto paseo lleno de encanto y ambiente navideño.

Bebe un chocolate o un vino calientes y prueba alguno de los dulces típicos, como los smoutebollen –una especie de buñuelos- o los waffles. Además, hay muchas actividades para niños, como una pista de hielo o la feria de atracciones, que se ubica junto al río Scheldt, al lado del castillo.

Una ciudad conquistada por la Navidad

La Navidad conquista Gante y la ciudad se muestra encantada de vivir el espíritu navideño durante semanas. Más de 150 puestos de madera se reparten por las principales calles del casco histórico: Sint-Baafsplein, Emile Braunplein, Korenmarkt, Vrijdagmarkt, y Sint Veerleplein se llenan de luces, de villancicos y de olores de Navidad, como el vino caliente o los dulces típicos. En la plaza de la Catedral, además de puntos de venta de artesanía, se levanta el enorme árbol de Navidad adornado con decenas de luces.

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