Herencia directa de las termas romanas, los baños turcos son la versión otomana de un ritual tan antiguo como el ser humano, el momento del aseo que en las culturas musulmanas se trataba de todo un ritual de purificación, además de conformar un momento de encuentro social.
Con el agua en todas sus formas como protagonista, masajes con aceite para potenciar las sensaciones y aromas, muchos aromas-visitar un Hamam o baño turco se convierte en una experiencia inolvidable, donde el mármol y la exuberancia árabe de antaño, aún siguen sorprendiendo al viajero que se adentra en tierras turcas.
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Con una historia que se remonta hasta el origen de la civilización tal y como la conocemos hoy en día, los baños turcos heredan el concepto de las termas romanas: un espacio para el aseo que se eleva a ritual gracias a la combinación con la relajación.
Pero no solo eso, antaño cumplían con una función social y cultura, ya que se trataba del punto de encuentro y exhibición de las diferentes clases sociales- todo el mundo podía disfrutar de un hamam, eso sí -cada clase social contaba con su propio hamam, no vaya a ser que se mezclen...Y por supuesto, nada de baños turcos mixtos, las áreas estaban divididas, y así se mantiene hoy en día, aunque ya comienzan a existir mixtos.
¿Sabías que...? Hamam significa expulsar calor, y hoy en día ya se ha integrado como parte del idioma. Otra curiosidad es que, en su época, servía como punto de encuentro para el cierre de negocios- no hay nada mejor que llegar a un acuerdo en pleno relax de un masaje... ¿verdad?
Los baños turcos son una constante en toda Turquía, sin embargo, Estambul merece una mención especial- en su época llegó a tener más de 150 hamams, la gran mayoría proyectados por el célebre arquitecto Sinan.
Se trata del más famoso de Estambul y aún conserva su arquitectura y esencia original. Con la posibilidad de acceder a una gran variedad de tratamientos, se encuentra en un entorno inigualable: pegado al Gran Bazar. Una mezcla con la esencia más tradicional de Turquía.
Uno de los pocos baños mixtos que encontrarás en Estambul, por lo que es la opción preferida de las parejas. Además del buen hacer de sus tellaks, se encuentra cerca de la Mezquita, y no solo eso-después de tu tratamiento, podrás subir y disfrutar de unas vistas privilegiadas. Todo un lujo.
Frente a la imponente Santa Sofía en Estambul se encuentra este hamam a la altura de su entorno. Mármol, lujo y atención exquisita para una experiencia inolvidable.
Disfrutar en un hamam se convierte en el cierre perfecto para relajarse tras la visita a una de las ciudades más bulliciosas del mundo.
Con un ritual que incluye todo lo necesario-toallas y tratamiento exfoliante- se empieza en la sala de valor o sicaklik, para luego pasar al masaje y la exfoliación de la mano de la pericia de una natir -para mujeres- o un tellak -para los hombres-, los cuales muestran su arte, marcado por la exfoliación. Tras ello, es hora de disfrutar de la sensación tras el masaje con un buen trago de té en un salón turco.
Porque así es Turquía, lujo oriental para volver a lo esencial-el relax y la belleza
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