Porque tipos de turismo hay muchos y Cuba tiene tanto una rica cultura, música y gastronomía que descubrir, además de un clima magnífico y un montón de curiosidades que seguro que desconoces. Es seguro que vais a disfrutar mucho si pronto vais a visitar esta preciosa isla, así que os queremos recomendar los mejores y más interesantes museos de tierra cubana que no debéis perderos si lo vuestro es curiosear al máximo. ¿Preparados para descubrir los mejores museos de Cuba?
Paradójicamente, el museo más dulce de La Habana se encuentra ubicado en la calle de la Amargura. Podréis conocer todo sobre la historia del cultivo del cacao, cómo se produce y cómo se comercializa desde hace siglos. Durante la visita, al recorrer sus instalaciones, os encontraréis con interesantes textos y referencias sobre el chocolate, además de curiosos carteles comerciales de marcas internacionalmente conocidas, tanto de la industria de este delicioso producto, como firmas cubanas y extranjeras que lo han comercializado en épocas muy diferentes.
¿Quieres averiguar cómo se produce el misterioso proceso de elaboración del auténtico ron cubano? Acércate a uno de los mejores museos de Cuba para descubrir los secretos de uno de los mejores rones del mundo. Verás que hacéis un viaje único donde recorreréis una destilería reconstruida, veréis qué apariencia tiene la caña de azúcar recién cortada, así como ser testigos a tiempo real del proceso de elaboración del Ron Havana Club, uno de los símbolos cubanos por excelencia.
Instalado en una antigua y típica casa colonial de varias plantas, un patio sombreado con anchas columnas (recordemos que Cuba es llamada la Ciudad de las Columnas) donde se aloja una campana, da comienzo a la visita del museo. Descubriréis los añejos barriles donde se prepara el ron, además de un asombroso molino de caña antiguamente accionado por mulas, y hasta un modelo a escala de una locomotora a vapor donde solía transportarse el azúcar de caña en Cuba. Para concluir, y que no os despidáis sin la guinda del pastel de vuestra visita, podréis degustar dentro del propio museo el típico ron cubano en el Havana Club Bar, donde los camareros, con gran pericia, os ofrecen también ricos cócteles a base de ron, como por ejemplo el rico mojito o el irresistible daiquiri.
Considerado Patrimonio de la Humanidad, el Museo de Arte Colonial constituye un conjunto arquitectónico absolutamente imprescindible para los turistas más curiosos. Vestido con una de las fachadas de estilo colonial cubano más típicas, el edificio se distribuye en dos alturas y se caracteriza por una simetría constructiva casi perfecta, que se cierra con un curioso tejado de tejas típicas criollas. Descubriréis que es una visita típica y muy bonita, ya que podréis conocer los secretos de la vida hace siglos recorriendo sus salas de exposición donde encontraréis tanto mobiliario colonial como vajillas típicas, además de elementos arquitectónicos dignos de ser observados y otros elementos de la vivienda, como la cochera.
¿Sentís curiosidad por pisar la primera casa donde se alojó el líder indiscutible Che Guevara en Cuba? Reconvertida en uno de esos museos que merecen la pena visitar si estás en La Habana, esta casa es un emblemático y poco conocido edificio que guarda una tremenda historia. Fue aquí donde el Che constituyó su principal base de operaciones, pues además de su dormitorio, instaló su oficina en ella e incluso una sala de reuniones donde los revolucionarios debatían acerca de su estrategia. Descubriréis mobiliario y otros objetos de auténtica valía histórica, así como fotografías inéditas de la revolución y hasta objetos personales de los guerrilleros más cercanos al Che.
Lo hay. Y además es uno de los mejores museos de Cuba que sumamos a tu lista. Este museo, especializado en el desconocido Arte Imperio, uno de los cinco más importantes del mundo y único de su estilo en Cuba, está ubicado en una gran mansión propiedad de Napoleón Bonaparte, como habrás podido deducir. Mientas que la mayoría de los cuadros, bienes y otros tesoros del emperador francés llegaron al museo por voluntad y fascinación de un personaje importante en la historia y política de Cuba, Julio Lobo, que era muy adinerado. Se volcó comprando en subastas y recorriendo medio mundo en búsqueda de todo lo relacionado con el que fue un signo de admiración para él. Es así como gran parte del recuerdo de Bonaparte se encuentra, paradójicamente, fuera de Francia y nada más y nada menos que en Cuba. Sorprendente, ¿no?
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