Fue Alejo Carpentier, el padre del Realismo Mágico, quien a través del ensayo literario que lleva por nombre “La ciudad de las columnas” bautizó sin querer a La Habana de esta manera. Escrito en 1964, Carpentier, Premio Miguel de Cervantes en 1977, le dedicó a la ciudad este ensayo como una manifestación del amor y respeto que sentía por la colorida y gentil ciudad, cuna del arte en múltiples facetas, y una de ellas, obviamente, la literatura. Ciudad que también le acogió con los brazos abiertos, como a todo el mundo que la visita, la recorre y la disfruta.
Sin duda, la literatura marcó a La Habana y viceversa. El ganador del Nobel de Literatura vivió durante dos décadas a las afueras de La Habana, en una casita de campo de estilo colonial cercana al mar, donde pasaba horas pescando en su bote. Se llamaba Finca La Vigía y allí es donde Hemingway escribió la obra que le haría ganador del Premio Pulitzer: El viejo y el mar, una bonita historia sobre un viejo pescador cubano. A día de hoy la Finca La Vigía se puede visitar, pues está acondicionada como una casa museo.
Si te fijas, el Capitolio de la Habana tiene una clara similitud con el Capitolio de los Estados Unidos, así como con el Panteón de París y la Basílica de San Pedro del Vaticano. Inaugurado el Día de la Independencia, el Capitolio tuvo un coste de 17 millones de pesos, equivalentes a también 17 millones de dólares de su época. Ese mismo año, en 1929, sobrevino la crisis del crack del 29. Quizá el presidente cubano Gerardo Machado, que fue quien lo encargó, no era consciente del receso económico que se estaba viviendo y su construcción, desde luego, no ayudó.
Si paseas por las calles de la capital cubana, te encontrarás con estatuas de diferentes materiales dedicadas a personajes que te resultarán conocidos. Concretamente, puedes hacerte una fotografía mientras te sientas a conversar con John Lennon en el parque que lleva el mismo nombre del Beatle. Su estatua, hecha en bronce, fue justificada por Fidel Castro, puesto que, para él, Lennon había sido un revolucionario.
Siendo candidata oficial a los Juegos Olímpicos de 2012, La Habana argumentó su postulación basándose en el apoyo aq la educación física que se hacía en los colegios e institutos, así como la atención focalizada en el deportista y la lucha constante contra el dopaje que formaba parte de sus políticas deportivas. El que era por aquel entonces Presidente del Comité Olímpico
Cubano (COC), José Ramón Fernández, defendió la candidatura de la ciudad estoicamente apoyándose en los méritos deportivos del país (que eran más que evidentes) por encima de su riqueza.
Este divertido y estrambótico medio de transporte con forma ovoide y color chirriante, surgió en los años 90 en La Habana. Inicialmente solo podía ser utilizado para fines turísticos, pero tuvo tanto éxito y resultó tan cómodo este original triciclo con carcasa atrayente para el turista, que ahora se utiliza como taxi convencional en el uso del día a día. Hay que tener en cuenta que es un biplaza, por lo que está únicamente indicado para aquellos que viajan solos. Además, has de saber que en La Habana no podrás jugar al Monopoly ni ver toros. El primero está prohibido y las segundas fueron abolidas en 1899.
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Y cómo no, llega la visita obligada: el MUSA (Museo Subacuático de Arte de Cancún). Este ambicioso proyecto ecológico fue concebido para dar cabida a un arrecife natural que dé cobijo a nuevas especies de peces y otros animales marinos. Hay que resaltar que este único museo de arte subacuático del mundo contiene más de 400 figuras de escultores conocidos de tamaño natural a unos 10 metros de profundidad.
Tampoco puedes perderte el Parque Nacional Marino de Cozumel para descubrir sus arrecifes y cavernas, así como pulpos, morenas, langostas, cangrejos, rayas y hasta barracudas. Y si no has oído hablar de los cenotes, es una visita obligada para tu viaje a Riviera Maya. Inicialmente utilizados por la cultura maya para sus ritos religiosos (cuentan que hacían sacrificios en ellos), hoy en día constituyen una experiencia mágica para buceadores y turistas que practican el snorkel. Asomarse a sus aguas para ver de cerca las maravillosas y caprichosas formas geométricas que la geología ha ido marcando en ellas es algo que no debes perderte.
Como ves, el Caribe te espera para enseñarte sus aguas cristalinas y que puedas descubrir y disfrutar su colorido y espectacular fondo marino. Existen numerosos programas y excursiones organizadas para poder disfrutar tanto del buceo o snorkel en Riviera Maya con plena seguridad. Sin duda, una experiencia inolvidable que no te debes perder si te gustan las actividades acuáticas o te gustaría hacerlo en el paraíso del Caribe, donde las aguas parecen infinitas piscinas.