Dublín es una mezcla entre su aliento rebelde, su alma gaélica y los paisajes insondables que rodean la ciudad. Como un cuento que nunca termina, la ciudad se presenta noble y moderna: evoluciona sin perder su esencia natural pasada y presente.
¿Estás pensando en viajar a Dublín en Irlanda? Hoy en Iberojet te llevamos de recorrido para que descubras qué ver en Dublín y alrededores... Coge tu cerveza y trébol de cuatro hojas, porque despegamos.
En Iberojet nos confesamos unos enamorados de la ciudad: siempre que volvemos descubrimos algo nuevo que no dudamos en integrar en nuestros circuitos por Europa.
Tiene muchas razones para posicionarse en nuestro top:
Fundada por los vikingos, continúa su historia por el ocultismo de la época medieval que se representa en sus iglesias góticas. Todo ello aderezado por su impresionante estilo neoclásico herencia del Imperio Británico allá por el siglo XVIII.
En Dublín no existe el acto de tomarse una cerveza en silencio y el seco: siempre te encontrarás un concierto improvisado de un artista sin igual. Y, además, gratis.
Cosmopolita y enigmática: los irlandeses conviven con las diferentes culturas que han emigrado en busca de oportunidades. Algo que también hicieron los irlandeses en su día. Por ello, reciben con los brazos abiertos a todo viajero que se adentre en sus tierras.
Y cómo no, empezamos nuestro recorrido por este templo de la cerveza, donde aprenderás todo sobre su cerveza más internacional en medio de música en vivo, baile y degustaciones. Una experiencia sin igual, y sin duda una de las mejores cosas que ver en Dublín y alrededores.
Dos museos, jardines de cuento, una biblioteca que parece sacada de Harry Potter y muchos vestigios provenientes de Asia, Oriente Medio, el Norte de África y Europa convierten este castillo en una parada obligatoria.
El campus más antiguo del Irlanda. Un manuscrito de monjes celtas o un césped del tamaño de un campo de fútbol. Son solo algunas de las maravillas que podrá disfrutar en una de las visitas imprescindibles en la ciudad.
El entramado medieval del centro encierra este hito en la noche irlandesa: un pub histórico donde no te perdonamos que no te tomes-al menos-una pinta a nuestra salud.
En medio de la intensidad de la isla verde, podrás relajarte en este oasis victoriano y ver de cerca a Oscar Wilde-eso sí, en una escultura...
Y no podía faltar el verdadero conocimiento: asistir a una degustación para aprender todo lo que necesitas sobre el elixir nacional por excelencia.
Cargado de leyendas, este templo gótico es un alto imprescindible en el camino.
Reconvertida en un museo, la Cárcel de Kilmainham albergó a muchos criminales... y también revolucionarios de las revueltas de independencia como Eamon Valera. Como curiosidad, aquí se rodaron escenas de películas como En el nombre del padre” o “Michael Collins”.
Y para salir del ritmo de la ciudad, nada mejor que adentrarse en el misterio de los parajes que rodean Dublín como por ejemplo los Acantilados de Moher o el Castillo de Dunguaire o Galway.
Jardín Botánico, más de 20.000 plantas e invernaderos
Museo Nacional y Galería Nacional de Irlanda
Christ Church Cathedral
El río Liffey y Ha’penny Bridge
¿A qué esperas para sumergirte en el alma celta de Dublín?
Seguro que quieres seguir descubriendo más de este destino, por lo que no te puedes perder nuestra guía de viaje de Irlanda