No es posible entender ni definir la esencia de Maldivas sin tener en cuenta el crucial papel que desempeña el mar en este país. Recordemos que esta insólita nación es, en realidad, un archipiélago formado por alrededor de 1.200 islas, que flotan en mitad del Océano Índico agrupadas en 26 atolones. Dejando a un lado las complejas definiciones enciclopédicas y las aproximaciones geológicas aún más difíciles de entender, resumiremos diciendo que un atolón es un conjunto de islas coralinas que forman un círculo en torno a una laguna de agua salada. Esta caprichosa formación marina ofrece un verdadero espectáculo para la vista; los atolones de Maldivas, las islas e islotes que los forman, y las playas de ensueño que se encuentran en cada uno de ellos constituyen un escenario de belleza sin igual.
Si de algo puede presumir este país es, sin ninguna duda, de sus playas. Maldivas cuenta con cientos y cientos de kilómetros de costa, que ofrecen al viajero las imágenes más bellas y las experiencias más inolvidables del Océano Índico. Tu hotel estará ubicado en una isla, pero no como Manhattan, Tenerife o Cerdeña… Una isla deshabitada, en la que única y exclusivamente se levantan los edificios pertenecientes al resort, y que se convertirán en tu hogar durante unos días. Por consiguiente, toda la isla está a tu entera disposición, incluyendo sus paradisiacas playas. No importa si el hotel se encuentra en los atolones del norte, en los del sur, o en los que están más cerca de Malé; todas las playas de Maldivas tienen en común su arena fina y blanca, por la que uno no se cansa de pasear, sus increíbles aguas cristalinas de color turquesa, y multitud de cocoteros que, al ser mecidos por la brisa marina, parecen dar la bienvenida al viajero.
La playa de tu resort será tu playa, y en cuanto pongas los pies sobre su suave y tibia arena, sabrás que ya tienes todo lo que necesitas delante de ti. Y si en algún momento el cuerpo te pide hacer algo que no sea tomar el sol, bañarte en las cálidas aguas del Océano Índico y pasear tranquilamente por este paraíso tropical, siempre puedes realizar alguna de las múltiples actividades que tu hotel pondrá a tu disposición: clases de buceo, deportes acuáticos de todo tipo, paseos en barco, jornadas de pesca…
Si tú también quieres contagiarte de los ritmos de los mejores espectáculos musicales en Cuba, te damos la receta perfecta para pasar una velada inolvidable. ¿A dónde puedes ir? El Jazz Café es un rinconcito típico, considerado como el templo del jazz, ya que sus escenarios han alojado a los músicos más famosos de Cuba y del mundo. Destacan como grandes estrellas cubanas del jazz los pianistas: Alfredo Rodríguez “el negro”, Chucho Valdés, Emiliano Salvador y Gonzalo Rubalcaba, y el arreglista, Arturo Chico O’Farril.
El océano juega un papel esencial en todos los aspectos de la vida en Maldivas, y si no fuera por él, este país no se habría convertido en uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. Pero cuidado, no nos referimos exclusivamente a sus playas; prácticamente la totalidad de los encantos de Maldivas están relacionados, directa o indirectamente, con el agua. Muchos resorts del país, por ejemplo, cuentan con unos alojamientos especiales, denominados water villas, que constituyen el lugar perfecto para vivir una experiencia 100% maldiva. Son unos bungalows construidos sobre pilotes, que se alzan un par de metros sobre la superficie del mar. Se accede a ellos a través de una pasarela de madera o, claro está, nadando, y pasar unas cuantas noches en uno de estos insólitos alojamientos nos permitirá entender mucho mejor hasta qué punto el mar es importante en Maldivas.
No es casualidad que la palabra ‘atolón’ tenga su origen precisamente aquí, en Maldivas. Proviene del término atholhu, un vocablo divehi que significa literalmente “arrecife con forma de anillo” o “cadena de islas de corales”. Estas formaciones geológicas son, en realidad, más habituales en el Océano Pacífico que en el Índico, con la excepción de Maldivas, donde 26 de ellas dan forma al país. Las cerca de 1.200 islas del archipiélago se agrupan en torno a esos atolones, dando lugar a un mosaico de figuras y colores de una belleza sin comparación. Vistos desde el aire, los atolones de Maldivas, como Ari, Malé Norte o Malé Sur, los más importantes, son verdaderamente asombrosos. La laguna interior, encerrada por un “corro” de islas e islotes, es también de agua salada, pero sin embargo presenta una tonalidad de azul totalmente distinta a la del mar que rodea el atolón. Si a este contraste le sumamos el color blanco de la arena de las playas, el verde de la vegetación que tienen muchas de las islas en su interior, y los tonos más claros de azul que tiene el agua junto a las orillas, el resultado es espectacular.
Para tener una visión de conjunto de los atolones, de la belleza de las islas, de sus playas capaces de quitar el hipo, y de cómo el océano envuelve, de forma casi protectora, los contornos de Maldivas, lo mejor es realizar un tour en hidroavión. Desde las alturas, el panorama es, sencillamente, indescriptible.
Si quieres explorar y conocer más, te proponemos la guía de viaje de Maldivas.