
Sudáfrica: Ciudad del Cabo, Kruger y Pilanesberg
- Duración
- 12 días
- Tipo de circuito
- Safari


Tenemos la posibilidad de conocer los rincones más hermosos de Sudáfrica y disfrutar de este país como auténticos exploradores. Visitar los Cinco Grandes de África; el león, el leopardo, el búfalo, el rinoceronte y el elefante es una visita obligada en nuestro viaje, y lo haremos por dos enclaves únicos: el Parque Nacional de Pilanesberg y del Parque Kruger. Conoceremos también a las dos ciudades más pobladas y más importantes de este país, Johannesburgo y Ciudad del Cabo.
El sur del continente africano nos da la bienvenida para que disfrutemos y conozcamos sus rincones más atractivos.
Esta aventura por el continente africano comienza en Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, una urbe que nos enseñará la cultura de sus gentes, su gastronomía y los parajes de ensueño que se encuentran en su litoral. Después nos dirigiremos hacia el área del Parque de Kruger, donde nos divertiremos con un safari fotográfico, subidos a un vehículo 4x4, e iremos en busca de los Cinco Grandes de África. También conoceremos el Parque de Pilanesberg. Un lugar idílico en el que disfrutaremos de un hermoso amanecer en plena naturaleza. En este asombroso recorrido, nos acompañarán guías de habla hispana, quienes nos ayudarán a resolver cualquier duda que nos surja durante nuestra aventura por estas tierras.
Emociones nuevas en tu viaje
La gastronomía sudafricana está determinada por dos factores. En primer lugar, las excelentes materias primas con las que puede trabajar, desde la langosta del Cabo hasta el cordero del Karoo pasando por las frutas tropicales de Kwazulu Natal. Y en segundo lugar, la larga lista de influencias que han dejado su huella a lo largo de la historia. En la zona de Ciudad de Cabo, el pescado fresco y el marisco son los grandes protagonistas, además frecuentemente a precios más asequibles que en Europa. Es habitual que nos encontremos en los restaurantes con el line fish, es decir, el pescado fresco del día.
La variedad es enorme gracias a la riqueza de las frías aguas del Atlántico. En Ciudad del Cabo, además, podremos encontrar muchos restaurantes de influencias malayas, chinas, indias y europeas. Los elementos indios son muy marcados en la cocina de Durban y Kwazulu Natal, donde el picante y el curry son frecuentes. En Sudáfrica se pueden probar carnes poco frecuentes como el antílope, el cocodrilo, la serpiente, las cebras o el avestruz. Además, debemos tener en cuenta que la barbacoa en Sudáfrica es todo un arte. Hay que probarla.

Si después del festín aún nos queda apetito, los postres sudafricanos también están deliciosos. Las mayores influencias provienen de Alemania y Francia. La mayor tradición de dulces está en el área de los viñedos del Cabo. Los amantes del dulce apostarán por los koeksisters –parecido a un donut trenzado envuelto en sirope- y los que busquen algo curioso probarán las frutas chutney, en conserva y condimentadas con curry.
El 27 de abril de 1994, la nueva Sudáfrica libre del apartheid votaba por primera vez en unas elecciones democráticas. El presidente Nelson Mandela decidió votar en un instituto de un township donde la pobreza se ha hecho fuerte desde años a pocos kilómetros al norte del asentamiento Phoenix y a 30 kilómetros de Durban. Su elección no era al azar: el Ohlange era y es todo un símbolo de la lucha contra el racismo a través de la educación de los niños de la comunidad negra de Inanda.
El mérito reside en la labor de John L. Debe, fundador de la primera escuela para negros y primer presidente del Congreso Nacional Africano (ANC). Durante nuestra visita, contemplaremos un museo dedicado a este visionario y su tumba, situada sobre un montículo detrás de la exposición de documentos y fotos. “Yo deposité mi voto en la urna cerca de su tumba”, aseguró Mandela en sus memorias, “cerrando de este modo un ciclo histórico, porque la tarea que él había iniciado 82 años antes estaba a punto de completarse”.

El Instituto se puede visitar, pero debemos solicitarlo e ir acompañados de un guía titulado.
La Reserva Privada Entabeni está vigilada permanentemente por las montañas de Waterberg, así que no es de extrañar que Entabeni signifique precisamente eso, el lugar de la montaña. Sus 13.000 kilómetros nos aguardan con una enorme riqueza natural, que nos asegura la presencia de los llamados Big Five (Cinco Grandes) de África, es decir, los leones, los elefantes, los leopardos, los búfalos y los rinocerontes. Ellos son los grandes atractivos de una zona protegida que presume de contar con varios ecosistemas conectados por barrancos repletos de animales, lo que nos permitirá hacer excelentes fotografías.
Además, para completar la experiencia, la reserva Entabeni cuenta con cinco excelentes lodges equipados con todas las comodidades, tanto en la habitación como en el resto de los hoteles. De este modo, podremos rematar una intensa jornada de safari con un tratamiento de masaje o spa, jugando al golf o nadando en una idílica piscina rodeada de naturaleza.

La Reserva Privada de Entabeni está situada en la provincia de Limpopo, en el norte del país, a unas dos horas y media por carretera desde Pretoria y unas tres desde Johannesburgo.
El Monte Table es uno de los símbolos más reconocibles de Ciudad del Cabo. Los capetonians presumen de contar dentro de su ciudad con un parque nacional que, además, está coronado por una montaña que, como su nombre deja entrever, se caracteriza por una cima plana como una mesa. Desde lo más alto, algo más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, podremos disfrutar de unas excelentes vistas de la región. Si nos situamos en la meseta, veremos la presa Hely-Hutchinson y Black Table, además de False Bay y Cape Point al sur.
Eso sí, la opción más cómoda es ascender en el teleférico hasta los miradores situados en las estaciones inferior y superior, donde hay plataformas panorámicas no aptas para aquéllos que tengan vértigo. Conviene comprobar antes los horarios del funicular, porque cambian con frecuencia. Las mejores condiciones se dan a primera hora de la mañana y al caer la tarde, porque no podemos olvidar que si hay mucho viento, el teleférico no funciona.

Encontraremos varios senderos para subir a la cima del Monte Table, pero para recorrerlos tenemos que llevar un calzado apropiado. Además, conviene que nos informemos antes en la estación inferior del teleférico sobre la previsión del tiempo porque las condiciones pueden cambiar en muy poco tiempo. De hecho, no se recomienda subir en días con viento o con niebla.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas.
- Ciudad Del Cabo
- Sin comidas.
- Ciudad Del Cabo
- Desayuno.
- Ciudad Del Cabo
- Desayuno.
- Ciudad Del Cabo
- Desayuno.
- Ciudad Del Cabo
- Desayuno picnic. Cena.
- Johannesburgo
- Kruger Parque Nacional
- Desayuno Picnic. Cena.
- Kruger Parque Nacional
- Safari de día completo
- Desayuno.
- Johannesburgo
- Panorámica de Pretoria
- Desayuno. Comida. Cena.
- Parque Nacional de Pilanesberg
- Safari por la tarde
- Desayuno. Comida. Cena.
- Parque Nacional de Pilanesberg
- Safari por la mañana
- Safari por la tarde
- Desayuno.
- Johannesburgo
- Johannesburgo
- Safari por la mañana
- Según itinerario
- España
¿Quieres saber más de Sudáfrica?
La cocina sudafricana se asienta sobre dos pilares: la gran variedad y calidad de sus materias primas y las influencias variopintas. Para explicar la primera, no hay más que observar la situación geográfica del país, con miles de kilómetros de costa entre el Océano Atlántico y el Océano Índico, con altas montañas, amplias extensiones de terreno para criar animales y cultivar todo tipo de verduras, hortalizas y frutas, climas diversos dentro del territorio… Por eso, en Ciudad del Cabo no podemos perder la posibilidad de probar pescado o marisco, en Knysna hay que saborear las ostras criadas en su laguna o a lo largo de todo el país podemos disfrutar de excelentes carnes, especialmente a la brasa, entre las que se incluyen algunas que seguramente no hayamos probado, como el antílope, la cebra o el búfalo. El segundo factor clave de la gastronomía sudafricana procede de la compleja historia del país: encontraremos influencias europeas procedentes de Holanda, el Reino Unido, Alemania o Portugal; indias –sobre todo en Durban, donde está la mayor colonia hindú del mundo-, malayas o chinas. Uno de estos platos que podremos probar en este maravilloso país es el bobotie, muy parecido a un pastel de carne pero especiado al estilo africano, utilizando el jengibre, limón, cilantro, curry, una mezcla maravillosa para los cinco sentido. Y los más golosos no podrán dejar de probar los koeksister, una especie de buñuelo con un toque a jengibre y bañados en sirope, un manjar para los más dulceros.
Una riqueza cultural tan grande como la que alberga Sudáfrica tiene, como lógica consecuencia, una amplia gama de trabajos artesanos y artísticos. Podemos encontrar joyas, alfarería, trabajos en madera o cuero, bonitos objetos de vidrio o ropas de bellos tejidos estampados. Además, no hay que olvidar que numerosos artesanos de otros países de África se acercan hasta Sudáfrica para vender sus obras a los viajeros, así que podremos encontrar una variedad aún más grande. Otro recuerdo excelente de nuestra visita a Sudáfrica puede ser una botella de vino: hay muchas tipos y bodegas donde elegir, especialmente en los alrededores de Ciudad del Cabo. En las grandes ciudades encontraremos grandes centros comerciales, en el centro o al borde del mar, además de mercados tradicionales.
•1 de enero: Año Nuevo.
•21 de marzo: Día de los Derechos Humanos
•Viernes Santo (el viernes anterior al Domingo de Gloria) - Abril
•Día de la Familia (el lunes siguiente al Domingo de Gloria) - Abril
•27 de abril: Día de la Libertad
•1 de mayo: Día del Trabajador
•16 de junio: Día de la Juventud
•9 de agosto: Día de la Mujer
•24 de septiembre: Día de la Tradición
•16 de diciembre: Día de la Reconciliación
•25 de diciembre: Navidad
•26 de diciembre: Día de la Buena Voluntad