Vietnam: Sapa y Vietnam Clásico
- Duración
- 12 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje
Este viaje comienza en Hanói, pero no será un paisaje urbano el que sirve para entrar en contacto con Vietnam, sino la belleza de las verdes y escalonadas montañas de Sapa. Haciendo trekking por ellas se puede conocer la forma de vida de varias etnias, como los H’mong negro, que decidió adaptar el escarpado terreno a su forma de vida, la agricultura, mediante el cultivo en terrazas, una actividad que ha generado una de las imágenes más típicas del país.
Hanói supone una fascinante mezcla entre el pasado colonial y la pura esencia oriental.
De las montañas de Sapa a Hanói, una vibrante ciudad con innumerables atractivos, como el mausoleo de Ho Chi Minh, el Palacio del Gobernador, el Templo de la Literatura o las 36 calles que conforman el Barrio Antiguo de Hanói. La Bahía de Halong es un paisaje imprescindible durante el viaje a Vietnam, con el halo casi mágico de sus 1.600 islas e islotes que brotan del mar con formas caprichosas. Seguiremos por la tranquila Hoi An, un antiguo puerto comercial cuyo relajado ritmo de vida permitirá visitar con calma el famoso Puente Japonés de más de 400 años de antigüedad o el templo chino de Phuc Kien. Y después la antigua capital imperial de Hue, con la Pagoda de Thien Mu o el Río de los Perfumes, para pasar a la última etapa del viaje, Ho Chi Minh, la mayor ciudad del país y desde la que partir a una de las visitas más fascinantes, el Delta del Mekong, donde la gran cantidad de plantaciones de arroz hacen de esta zona el granero de Vietnam. La vuelta a Ho Chi Minh supondrá la visita a varios recuerdos del pasado colonial francés, como la catedral de Notre Dame o la antigua Oficina Central de Correos, obra de Gustave Eiffel.
Emociones nuevas en tu viaje
Para conocer un país tal como lo viven sus habitantes es fundamental tomarle el pulso a sus ciudades. Por ello, durante el viaje a Hanói lo mejor es aprovechar la ocasión de pasear sin rumbo fijo por las 36 calles que forman el casco antiguo de esta urbe.
Es recomendable dar primero un paseo sobre un ‘cyclo’ (un carrito empujado por una bicicleta) para abrir boca y luego dejarse llevar por las calles para mezclarse con las personas y los negocios que llenan esta zona. El gran número de tiendas que pueblan el casco antiguo hace también de Hanói un paraíso para los amantes de las compras. Y entre compra y compra, nada mejor que reponer fuerzas con el aromático café vietnamita. Resulta también impresionante el gran número de motos que pueblan las calles de la ciudad, ya que es el medio de transporte favorito en este país, y la amabilidad de los habitantes de la ciudad.
El café de Vietnam no sólo tiene un sabor especialmente aromático y suele acompañarse con leche condensada, por lo que no hace falta añadir azúcar, sino que su preparación es también peculiar, ya que utilizan unas pequeñas cafeteras individuales que funcionan con un filtro metálico de goteo. Es habitual servirlo con hielo, así como sustituir la leche condensada por yema de huevo, algo que suaviza el sabor del café además de otorgarle una textura más cremosa.
Ubicada al norte del país, y junto a la orilla del Río Rojo se encuentra Hanói, una ciudad con más de siete millones de almas que puede presumir de ser una de las más bellas del sudeste asiático. Su atractivo reside en la capacidad que muestra para combinar la más pura tradición vietnamita con cierta vocación de modernidad y dinamismo.
Ninguno de los viajeros que van a conocer Hanói se marcha sin visitar el mausoleo de Ho Chi Minh, un edificio construido en los años 70 para honrar la memoria del expresidente de Vietnam. Está considerado el artífice de la independencia del país, y por su valor en la lucha contra los americanos también se le recuerda como un héroe de guerra. A muy poca distancia del mausoleo se encuentra la Pagoda del Pilar Único, un pequeño templo que se levanta sobre una sola columna de algo más de un metro de diámetro. Original y pintoresca, se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad. Otro de los lugares que no deberían faltar en una buena visita a Hanói es el lago Hoan Kiem, un pequeño reducto de tranquilidad en medio del ajetreo de la ciudad, donde se encuentra la bonita Pagoda de Ngoc Son. Para llegar a ella hay que atravesar un todavía más bonito puente de madera. El Templo de la Literatura, el Museo de la Guerra de Hanói, la casa de Ho Chi Minh, el mercado Dong Xuan o la catedral de la ciudad son algunos lugares que pueden convertirse en el complemento perfecto para redondear la experiencia en la capital de Vietnam.
Al norte del lago Hoan Kiem se despliega el pintoresco barrio antiguo de Hanói, un sitio perfecto para pasear o hacer un recorrido panorámico. También se lo conoce como el barrio de las 36 calles, porque hace muchos años ese mismo número de gremios se estableció en este lugar, cada uno en una de sus calles. Actualmente todavía se conserva ese espíritu artesano y muchos de los talleres están abiertos de par en par, de forma que se puede ver a los distintos trabajadores ejerciendo sus oficios. Hay una calle del incienso, otra del cobre, otra de las hierbas medicinales, otra para los fabricantes de ataúdes e incluso hay una calle en la que todos los comerciantes venden gusanos.
Es una de las imágenes más típicas de Vietnam y no es para menos. Las aproximadamente 1.600 islas e islotes de piedra caliza que pueblan esta gran bahía en el Mar de China constituyen un espectáculo impresionante para cualquier visitante.
No en vano fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es también una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo. La tranquila navegación en un típico ‘junco’ oriental permite contemplar en calma y silencio estos gigantes pétreos de caprichosas formas.
Las formaciones de roca kárstica de esta bahía no sólo impresionan a los visitantes de este país, sino que como buen lugar casi mágico cuenta desde hace tiempo con su propia leyenda. Se dice que hace muchos, muchos años, durante la época en la que los lugareños luchaban contra los invasores chinos, el Emperador de Jade pidió ayuda a una familia de dragones que escupieron joyas de jade para formar una barrera contra los barcos enemigos y éstas se convirtieron en rocas. Según esta misma leyenda, los dragones se quedaron para siempre a vivir en la bahía.
Además de visitar los puntos más interesantes de la ciudad de Hoi An, de relevancia en los siglos XV a XIX como puerto comercial, una de las experiencias más divertidas puede ser la de encargar un traje a medida y recibirlo totalmente acabado en menos de 24 horas. De hecho, esta actividad está muy extendida por toda la ciudad, por lo que hay numerosas sastrerías en las que dejar el encargo.
Si no se desea perder mucho tiempo eligiendo el modelo, es recomendable llevar una foto o patrón de la vestimenta que se desea adquirir, ya que la gran pericia de estos sastres les permite adaptarse a casi cualquier petición.
Hoi An tiene muchos puntos de interés, pero uno de los más llamativos es el de la playa de Cua Dai, ya que da la sensación de haberse trasladado sin darse cuenta hasta otras latitudes. La típica estampa caribeña de arena blanca y aguas turquesas en las que disfrutar de un buen baño supone un fuerte contraste con la esencia asiática que se puede percibir a lo largo de todo el viaje por Vietnam.
Tras nacer en el Tibet, recorrer 4.500 kilómetros y bañar 6 países, el Mekong se divide en nueve brazos con los que llega al mar en la región del Delta del Mekong, razón por la que es conocido también como el ‘Río de los nueve dragones’.
Esta zona es también el granero de Vietnam, ya que en ella se encuentran buena parte de los cultivos de arroz del país. Uno de sus principales atractivos son los mercados flotantes, cuya actividad se concentra en las primeras horas de la mañana, por lo que es conveniente pasar la noche en la zona para poder disfrutar al máximo de comprar casi de todo --especialmente frutas, verduras, arroz y pescado-- a los comerciantes montados en sus sampan, unas barcas alargadas y estrechas. El paisaje y las preciosas mansiones coloniales terminan de dibujar un maravilloso recorrido por uno de los ríos más míticos del mundo.
En el Delta del Mekong, concretamente en sus aguas, no sólo se comercia y se hace turismo, también se vive. Casas grandes, pequeñas, solitarias, amontonadas...todas ellas pueden verse en el recorrido por este río, generando una curiosa mezcla de embarcaciones y ropa tendida muy alejada de nuestro concepto occidental de casa. Otra curiosidad en esta área es la mezcla de pagodas de aire oriental con iglesias católicas, fruto del pasado colonial del país. Esta región es además la vía elegida por muchos viajeros para pasar a la vecina Camboya.
En el norte de Vietnam, cerca ya de la frontera con China, se encuentra uno de los paisajes más típicos del país, la zona de Sapa, cuyo perfil montañoso lo hacen ideal para practicar trekking y conocer a la vez algunas de las 54 etnias que pueblan el territorio vietnamita, sobre todo los H’mong negro y los Dao rojo. Hay rutas más suaves y otras más escarpadas, pero la mayoría parten de Sapa, situada a unos 1.600 metros sobre el mar y desde la que se puede contemplar, por ejemplo, el monte más alto del país, el Fansipan, con sus 3.143 metros.
Esta localidad muestra un aspecto bastante moderno, ya que el turismo ha conseguido que vuelva a tener una cierta actividad tras quedar devastada durante la Guerra de Vietnam, lo que contrasta fuertemente con el estilo de vida tan tradicional que llevan los habitantes de las montañas. Pasear por estos campos es una experiencia que llena de paz a todos sus visitantes, por lo que es también destino de retiros espirituales de Yoga.
Los H’mong llegaron a Vietnam a finales del siglo XIX procedentes del sur de China. Durante la Guerra de Vietnam, el ejército de Estados Unidos reclutó a varios miembros de esta etnia para luchar contra el comunismo. Tras la retirada estadounidense en 1975 hubo una fuerte represión en su contra --particularmente en Laos--, que diezmó su comunidad. Es una historia bastante olvidada, que volvió a una cierta actualidad con la película ‘Gran Torino’, de Clint Eastwood, en la que los vecinos del ex marine interpretado por el propio Eastwood son de esta etnia, ya que decenas de miles de ellos huyeron a Estados Unidos en aquella época. Fue un mención sin profundidad, pero muy agradecida por representantes de esta etnia.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas
- Hanoi
- Sin comidas
- Lao Cai
- Desayuno y almuerzo
- Sa Pa
- Trekking a Lao Chai
- Desayuno y almuerzo
- Hanoi
- Trekking de Suoi Ho hasta Ma Tra
- Desayuno y almuerzo
- Hanoi
- Espectáculo de marionetas sobre el agua.
- Panorámica de Hoi An
- Desayuno, almuerzo y cena
- Ha Long
- Navegación por la Bahía de Halong
- Desayuno y brunch
- Hanoi
- Da Nang
- Hoi An
- Navegación por la Bahía de Halong
- Desayuno y almuerzo
- Hoi An
- Panorámica de Hoi An
- Desayuno y almuerzo
- Hue
- Museo Cham
- Mausoleos de los emperadores
- Desayuno y almuerzo
- Ho Chi Minh
- Paseo en barco por el Río de los Perfumes
- Ciudadela Imperial de Hue
- Desayuno y almuerzo
- Ho Chi Minh
- Delta del Mekong
- Panorámica de Ho Chi Minh
- Desayuno
- Ho Chi Minh
¿Quieres saber más de Vietnam?
La gastronomía vietnamita es tan rica y variada que más que un atractivo de este país podría considerarse como un destino en sí misma. El hecho de que Vietnam sea un país de una extensión considerable y alargado le permite disfrutar de diferentes paisajes y, por tanto, también de gastronomía diversa entre el norte y el sur, si bien tienen elementos comunes, como el gusto por el picante o la gran variedad de sopas que se pueden encontrar en toda su geografía.
Si hay que elegir un plato nacional tal vez el Pho sería el acertado. Se trata de una sopa de fideos de arroz muy sabrosa gracias a las hierbas con que se elabora y de la que pueden encontrarse varias versiones, aunque las más clásicas son las de ternera o pollo. Esta cocina tiene también recuerdos de su pasado colonial, como por ejemplo el hecho de que se pueda comprar un pan que recuerda a una pequeña baguette francesa, a la que ellos llaman bahn mi, que significa ‘pan de trigo’.
Centros comerciales, tiendas, mercadillos… Vietnam es un paraíso para los amantes de las compras, tanto por su variedad como por su precio, esto último siempre que sea un producto fabricado en el país. Los precios no son fijos, ya que están acostumbrados al regateo, así que el viajero puede negociar la cantidad que pagará finalmente. Generalmente, los precios son más bajos en el sur del país que en el norte. Además, se obtienen mejores condiciones en los mercadillos que en las tiendas y si se paga en dongs en lugar de en dólares o euros, sobre todo porque de estos últimos sólo se aceptan billetes, no monedas, así que el precio podría ser redondeado en detrimento del viajero.
Este país es uno de los reyes en productos que replican marcas más caras, pero su falsificación no está permitida, por lo que en los lugares en los que las tienen no están a la vista. Además, hay algunos lugares, como la ciudad de Hoi An, que están especializados en realizar trajes a medida en tiempo récord. Lo que es seguro es que el viajero volverá de Vietnam con algunos recuerdos, por lo que es buena idea no llevar la maleta muy llena para dejar espacio para las compras.
La multiculturalidad y larga historia de Vietnam hace que este país celebre varias fiestas oficiales, que están marcadas por la religión.
•1 de enero: Año Nuevo, ya que aunque celebran su año nuevo lunar más adelante, sí acogen el nuevo año internacional con un día de fiesta nacional.
•Entre enero y febrero: Fiesta del Tet, el Año Nuevo vietnamita, que al seguir el calendario lunar cambia de fecha cada año, aunque suele celebrarse entre finales de enero y mediados de febrero.
•3 de febrero: Día de la Fundación, que conmemora la creación del Partido Comunista de Vietnam.
•Marzo/Abril: Aniversario de la muerte de los Reyes Hung, sin fecha fija al seguir el calendario lunar.
•30 abril: Día de la Liberación del Sur y de la Reunión, con el que se celebra la reunificación del país tras la larga Guerra de Vietnam.
•1 mayo: Día Internacional del Trabajo.
•2 y 3 septiembre: Día de la Independencia, que conmemora la declaración de independencia por parte de Ho Chi Minh que marcó el fin del colonialismo francés en el país.
Los españoles no necesitamos visado para ir a Vietnam, siempre que las estancias no superen los 15 días incluyendo los días de llegada y salida. Debemos asegurarnos de que el pasaporte esté en vigor y con al menos seis meses de validez desde la fecha de entrada en el país. Si no es así, lo mejor es pedir cita cuanto antes para obtenerlo o renovarlo en el teléfono 060 o en la web www.citapreviadnie.es. Para cualquier consulta que se quiera realizar sobre estas cuestiones Vietnam cuenta con Embajada en España, cuyos datos de contacto son los siguientes:
Avenida Alfonso XIII, 54 - 28016 Madrid
Para viajar a Vietnam desde España no es necesaria ninguna vacuna específica, salvo que en el último mes se haya visitado alguno de los países en los que sí existe riesgo de transmisión de la fiebre amarilla (esta información puede consultarse en el link). En países cálidos y con un nivel elevado de humedad, como en Vietnam, es fundamental llevar un repelente para mosquitos, que debe aplicarse sobre todo en las horas del amanecer y el atardecer, que es cuando estos insectos están más activos.
En cuanto a los riesgos sanitarios, por lo general basta con tener algo de cuidado para evitar malestares gastrointestinales. Así, es mejor evitar tomar hielo en las bebidas, descartar alimentos crudos y apostar por el agua embotellada. En cuanto al vino de arroz, muy típico en los países del Sudeste Asiático, el Ministerio de Exteriores recomienda expresamente evitar aquellos caseros o de origen desconocido ya que pueden llegar a ser peligrosos para la salud. Las infraestructuras sanitarias en este país son algo deficientes, por lo que es recomendable viajar con un seguro médico con una cobertura amplia ante algún problema de salud que pueda presentarse.