Tanzania: Ascensión al Kilimanjaro: Ruta Machame

Si alguna vez has ido de excursión a la montaña, puedes haber conocido a una de esas “cabras montesas”, personas capaces de llegar a la cima muy rápido y en plena forma. Quizás tú eres una de ellas. Pues bien: nada de eso sirve en el ascenso al monte Kilimanjaro, ni siquiera en la ruta Marangu, que es la más asequible y que no requiere destrezas ni entrenamientos especiales. Si estás decidido a subir, debes estar decidido a seguir los consejos del guía. Y el que más escucharás es: “pole, pole; slowly, slowly”. Osea, despacio, despacio. Estos guías no son como los que puedes encontrar en algunos monumentos, que saben de memoria su discurso y lo repiten sin emoción ni interés. Conocen cada metro, tienen una gran experiencia y saben lo que dicen. En una palabra: de ellos aprenderás la sabiduría y la técnica necesaria para alcanzar la meta.

Lo más parecido que has visto en tu vida son los malabaristas de circo. O los gimnastas olímpicos, que se deslizan entre las paralelas. Los tanzanos que trabajan como porteadores tienen una destreza especial para la escalada.

Ellos son los protagonistas de tu ascenso a la cima del mundo africano. Sin ellos no podrías llegar a ninguna parte. Suben cargados. No se quejan del peso sino que lo llevan con toda naturalidad. Y cuando llega la noche, cantan juntos. Suena a unidad, a batalla animosa. Mientras que los turistas suelen subir al Kilimanjaro una sola vez en su vida, cada porteador sube varias veces al año. La edad legal para empezar a ser porteador es 18. En los últimos tiempos, algunas ONGs se han preocupado de sus condiciones de trabajo, de procurarles la ropa y el calzado adecuado, de asegurarse que nunca llevan un peso mayor de 20 kilos. Muchos porteadores sueñan con llegar a ser guías. Para eso necesitan mucha experiencia, que adquieren durante sus años como porteadores.

La llegada a Stella Point está precedida de un ascenso largo y laborioso, sobre rocas y arenilla, en el que más de una vez se desanda lo andado. Mientras, el frío sigue buscando los recovecos para colarse. Y en medio de todas esas sensaciones, puedes ver amanecer en Stella Point. Hay personas que lloran cuando llegan a Stella Point; y seguramente no se debe al frío o al dolor de cabeza. Otros ríen. Otros se abrazan… Ya se sabe que cada amanecer es distinto a todos los anteriores. Pero la belleza de un sol que se cuela y empieza a atravesar un mar de nubes no hay máquina fotográfica que la pueda encerrar ni poeta que la pueda describir.

Lava Tower es una formación rocosa de 4.629 metros. Pero su interés reside en que se formó hace más de 150.000 años, cuando Kilimanjaro era un volcán activo. ¿Cómo se forma un “tapón volcánico”? En algún momento de aquel pasado remoto, la lava salió con fuerza por un respiradero, se enfrió y se endureció. Aquélla debió ser la última erupción del Kilimanjaro. En los volcanes activos, los tapones como estos aumentan la presión, ocasionando más erupciones. El corazón de este monte, sin embargo, decidió quedarse en silencio. Hay testimonios que pudieron subirla y contemplar desde ella el Pico Uhuru. Pero actualmente, por motivos de seguridad, está vedada. Los escaladores ya no pueden subir a su cumbre, y deben conformarse con dormir a sus pies.

A primera vista, los glaciares del Kilimanjaro parecen grandes bloques de hielo, continuos y monótonos. Sin embargo, hay mucho más. Estos glaciares relucen como un espejo. Para algunos, reflejan la belleza de una naturaleza inmensa, fuerte e intocable; para otros, reflejan los efectos del cambio climático de la mano del hombre. Parece imposible que esas grandes capas de hielo subsistan bajo la fuerza de un sol ecuatorial intensamente fuerte, que casi te ciega. De hecho, es precisamente su color, blanco brillante, casi azul, lo que le hace tan resistente: su superficie refleja los rayos de sol, que rebotan en ella.

Resulta casi imposible que algún montañero no pueda conciliar el sueño al llegar al campamento de Shira. Pero si así sucediera, a nadie se le ocurriría contar ovejas. Imagínate toda la amplitud misteriosa del cielo africano. Imagínate poder escuchar el silencio. ¿Conoces la constelaciones? Si no hay niebla, puedes llegar a ver la Osa Mayor, Centauro, Escorpión, Sagitario y la Cruz del Sur. Por supuesto, esa maravilla tiene un precio: la temperatura bajo cero, con la consiguiente sensación de iglú dentro de la tienda.