
Nepal: India Fascinante y Nepal
Descubre el triángulo dorado de la India y la capital de Nepal
Conoce el viajeNepal: India Fascinante y Nepal
- Duración
- 11 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje


Las abarrotadas calles de Delhi, la majestuosa presencia del Taj Mahal, la ciudad fantasma de Fatehpur-Sikri, el asombroso aljibe de Chand Baori, los palacios de Jaipur, la imponente silueta de las cumbres del Himalaya vistas desde Katmandú… Con toda seguridad, te faltarán páginas para escribir todas tus vivencias en el diario de tu viaje.
Cuando vuelvas a casa después de visitar la India y Nepal, lo harás con una maleta llena de recuerdos imborrables.
Sabes que un viaje ha sido pleno cuando sientes dentro de ti que no solo has visto y oído, sino que has experimentado sensaciones nuevas, y notas que una parte del lugar que has visitado se ha quedado para siempre contigo. Comenzamos el periplo en Delhi, la capital de la India, donde disfrutaremos del ambiente de la ciudad, de sus mercados y bazares, y de su espectacular arquitectura. Tras Delhi, vendrá Jaipur, capital del estado de Rajasthan, en la que contemplaremos maravillados sus palacios y viviremos una experiencia casi mística. Abhaneri, con su pozo de Chand Baori, y Fatehpur-Sikri, la ciudad fantasma, serán las etapas previas a nuestra llegada a Agra, donde visitaremos el gran Taj Mahal y su Fuerte Rojo. Para terminar, una inolvidable visita a la capital del país vecino, Nepal. Allí no solo disfrutaremos de la ciudad de Katmandú, sino que realizaremos excursiones a los lugares más bonitos e interesantes de su entorno, Bhaktapur y Patan.
Emociones nuevas en tu viaje
Si de algo no hay duda es de que la India está repleta de fuertes, construidos por distintos gobernantes que querían demostrarle al mundo su poder y sus riquezas. El Fuerte Amber, situado en Jaipur, es claramente una de las más imponentes y majestuosas construcciones de este tipo que podemos encontrar en todo el país. Aunque fue levantado sobre lo que quedaba de una estructura anterior, el Fuerte Amber tal y como lo conocemos data de 1592. Está construido en arenisca roja y mármol blanco, mezclando con acierto los estilos arquitectónicos hindú y musulmán, y se yergue orgulloso sobre una colina desde la que domina todo su entorno.
Este complejo palaciego ha ido sufriendo modificaciones y añadiduras a lo largo de su historia, lo que lo convierte en un recinto inmenso y lleno de cosas que ver. Destacan especialmente los bajorrelieves de dioses hindúes en la entrada del palacio; la sala de audiencias públicas o Diwan-i-Am, y la de audiencias privadas o Diwan-i-Khas; el templo Shila Mata, dedicado a la diosa Kali, esposa de Shiva, y el vestíbulo de los espejos. Este último está diseñado y construido de tal forma que, cuando los habitantes del palacio tenían que atravesarlo de noche, les bastaba con una sola vela encendida, ya que los espejos que hay en las paredes están colocados de manera que, mediante sus reflejos, consiguen iluminar toda la estancia.

Uno de los momentos más divertidos, emocionantes e inolvidables de todo el viaje puede tener lugar en el Fuerte Amber. Y es que, si hay disponibilidad, el ascenso hasta el palacio puede realizarse sobre un elefante. Estos animales, bellamente enjaezados, hacen durante todo el día el recorrido desde la base de la colina hasta el fuerte y de nuevo hacia abajo. Son sumisos, dóciles y simpáticos, y pueden convertir la visita a este lugar en una experiencia que perdure para siempre en la memoria.
200 kilómetros al sur de Delhi y 235 al este de Jaipur, se encuentra Agra, el enclave más visitado de la India gracias al monumental mausoleo que allí se encuentra: el Taj Mahal. Construido entre 1632 y 1653, este impresionante edificio es el homenaje que el sultán Shah Jahan quiso rendir a su esposa predilecta, Mumtaz Mahal, cuando esta murió dando a luz a una de sus hijas.
El Taj Mahal está considerado como una de las maravillas del mundo contemporáneo, y supone la obra maestra de la arquitectura moghul. Además del mausoleo, en el recinto hay todo un conjunto monumental, que comprende una mezquita y un jawab simétrico (un edificio idéntico a la mezquita pero que carece de minarete), una entrada espectacular y unos jardines por los que es totalmente imprescindible pasear.

Si quieres visitar el Taj Mahal como un viajero experto, hay dos cuestiones que debes tener en cuenta: Aunque el museo que está en su interior abre a las diez de la mañana, el Taj Mahal propiamente dicho abre sus puertas al amanecer y las cierra al atardecer. Es conveniente aprovechar esta circunstancia y llegar a primera hora. Así evitarás el calor y las aglomeraciones de las horas centrales del día. El Taj Mahal no es solamente un lugar de interés turístico; también es Patrimonio de la Humanidad y el monumento más importante de la India. Por tanto, las normas para los visitantes son muy estrictas: nada de comer ni de fumar, no se debe tocar nada, ni llevar aparatos eléctricos de ningún tipo que no sean cámaras de fotos, ni levantar la voz.
Aproximadamente en la mitad del camino que va de Jaipur a Agra, se encuentra la localidad de Abhaneri, un pequeño pueblo con menos de 2.000 habitantes. Pero, a pesar de lo reducido de su tamaño, Abhaneri es un lugar de obligada visita, ya que aquí se encuentra el Chand Baori, uno de los depósitos de agua más profundos de la India y de todo el mundo. Construido en el Siglo IX, está excavado en el suelo, y desciende hasta una profundidad de 20 metros, con 13 niveles comunicados entre sí por una red de estrechas escalinatas que cuenta con un total de 3.500 peldaños.
Dentro del complejo de Chand Baori podemos ver, además, los restos de un palacio que perteneció en su día a la realeza, y que utilizaban como lugar de recreo. Los historiadores afirman que el agua que usaban los moradores del palacio para bañarse era transportada por bueyes desde el aljibe de Abhaneri.

A muy poca distancia del impresionante pozo de Chand Baori podemos visitar el templo de Harshat Mata o, mejor dicho, lo que queda de él, ya que la invasión musulmana en la Edad Media causó destrozos que jamás fueron reparados. Este templo está consagrado a la diosa de la alegría y la felicidad, y hoy en día se le sigue rindiendo culto: todos los días se lleva a cabo un ritual en su honor, y una vez al año se celebra una fiesta que dura tres días y llena de música y colorido el pequeño pueblo de Abhaneri. Pueblo que, dicho sea de paso, recibe su nombre de la mitología local, según la cual la diosa Harshat Mata se apareció en estas tierras rodeada de un poderoso resplandor. Se instituyó entonces el nombre de Abha Nagri, que significa “pueblo del resplandor”, y que con el tiempo fue evolucionando hasta el Abhaneri actual.
Este imponente edificio es, en realidad, toda una declaración de intenciones de un hombre acostumbrado a hacer valer su voluntad a base de riqueza y poder. Hablamos del sultán Shah Jahan, el mismo que mandó construir el Taj Mahal como mausoleo para una de sus esposas, que había fallecido poco tiempo atrás. Al trasladar la capital desde Agra hasta Delhi, el sultán decidió que era necesaria una edificación que dotara de prestigio y popularidad a la nueva capital. Para ello, puso todos sus recursos a disposición de los arquitectos, y la piedra roja que le da nombre se combinó con el mejor mármol blanco, piedras semipreciosas incrustadas en las paredes, gigantescas alfombras… La construcción del Fuerte Rojo de Delhi comenzó en 1638 y duró diez años. El sultán ya tenía su palacio.
Aunque el fuerte ha sufrido terremotos, incendios y ocupaciones por parte de ejércitos amigos y enemigos, se conserva en muy buen estado, y sigue siendo el símbolo de la ciudad que Shah Jahan quiso que fuera.

La majestuosidad del Fuerte Rojo de Delhi no termina en sus apabullantes 6,5 kilómetros de muralla, con una altura que oscila entre los 16 y los 33 metros, ni en sus dos espectaculares puertas principales, la de Delhi y la de Lahore, sino que en su interior encontramos una serie de edificaciones que no hacen sino contribuir a la grandeza del conjunto. En primer lugar, está el pabellón llamado Diwan-i-Am, que el sultán empleaba como sala de audiencias. Antiguamente estaba decorado con piedras preciosas, y el trono que ocupa la posición central fue diseñado a imagen y semejanza del Rey Salomón. Los apartamentos imperiales privados, y la torre octogonal llamada Shah Burj, en la que estaban los despachos del sultán, nos dan una idea del lujo y el poderío con el que vivía Jahan y su familia. Dentro del recinto del Fuerte Rojo también encontramos unos baños, una mezquita, preciosos jardines y numerosos canales de agua que recorren todo el espacio.
Con poco más de un millón de habitantes, Katmandú tiene el tamaño perfecto para ver todo lo que hay que ver en una intensa pero agradable jornada. El principal punto de interés es la Plaza Durbar, una inmensa superficie totalmente repleta de templos y monumentos. Tanto es así, que lo más habitual es dedicar una mañana entera solo a esta plaza. De todo lo que hay que ver en ella, destaca el Palacio Kumari, conocido como la casa de la diosa viviente. En su interior reside una joven nepalí que encarna a la diosa Durga hasta que alcanza la pubertad y es sustituida por otra. También están el Templo Kal Bhairav, con su imponente estatua de casi cuatro metros de altura que representa al dios del mismo nombre; el Templo Taleju, uno de los más antiguos de la plaza y buena muestra de la arquitectura típica newari, y otros santuarios de gran belleza como los templos Shiva-Parvati, Mahendreswar o Maju Deval.
El divertido y bullicioso barrio de Thamel y el enorme parque urbano conocido como Ratnapark son otros lugares de Katmandú por los que merece la pena dar un paseo, siempre que quede tiempo después de visitar la Plaza Durbar.

En las afueras de Katmandú también existen lugares interesantes y pintorescos, como el Templo Boudhanath Pashupatinath, que constituye la estupa más grande de todo Nepal y que todos los días ofrece un espectáculo de lo más curioso: alrededor de las siete de la mañana, un gran número de personas se ponen a caminar en torno al templo mientras recitan un mantra. Patan es una ciudad independiente, aunque está totalmente pegada a Katmandú, por lo que muchas personas la consideran un barrio de esta. Aquí también hay una plaza llamada Durbar, similar a la de la capital del país, pero más pequeña y un poco menos abarrotada de templos.
Situada a solo 14 kilómetros de Katmandú, Bhaktapur es para muchos la ciudad más bonita e interesante de Nepal, con perdón para Pokhara y la capital. Dado su reducido tamaño, es el lugar perfecto para pasear, perderse por sus calles y admirar los edificios, plazas, templos y monumentos que nos encontramos a cada paso.
En Bhaktapur, al igual que en Katmandú y en Patan, también hay una plaza llamada Durbar, en torno a la que gira la actividad social y comercial de la ciudad. En este caso, y para muchas personas, la plaza de Bhaktapur es la más bonita de las tres, y de hecho tiene fama de ser la plaza más bella de todo Nepal. En ella podemos encontrar un gran número de templos, pagodas y fascinantes edificios de arquitectura nepalí tradicional. Por ejemplo, el Palacio de las 55 ventanas, cuyo nombre refleja con exactitud lo que podemos ver en su fachada de ladrillo: 55 ventanas talladas exquisitamente en madera. También dentro de la plaza Durbar encontramos dos sorprendentes puertas famosas en todo el mundo por su belleza: la Puerta Dorada y la Puerta de los Leones, así como una imponente estatua del rey Bhupatindra Maila.

Los templos de Bhaktapur merecen una mención especial ya que son, seguramente, los más bonitos y mejor conservados del país. El más visitado de todos ellos es el Templo Nyatapola, una pagoda de cinco pisos construida en 1702 por el rey Bhupatindra Malla. En las escaleras que llevan a su entrada podemos ver cuatro pares de figuras: dos luchadores, dos elefantes, dos leones y dos dioses. También resultan interesantes el Templo Dattatraya, del que se dice que fue construido con el tronco de un solo árbol, el Templo Batsala Devi, con su campana de bronce que hace ladrar a los perros cuando se pone a sonar, y el Templo Pashupati, que luce sin pudor una serie de tallas eróticas en sus puntales.
Muy cerquita de Katmandú, en lo alto de una colina al oeste de la ciudad, se halla la estupa de Swayambhunath, uno de los lugares más sagrados de Nepal y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. Las estupas son, en general, construcciones budistas de carácter sagrado que albergan en su interior algún tipo de reliquia. La de Swayambhunath forma parte de un complejo en el que además hay varios templos y santuarios, y una biblioteca, un museo y un monasterio tibetano, aunque estos tres últimos fueron construidos posteriormente.
La estupa de Swayambhunath tiene pintados los ojos de Buda, y para la mayoría de los nepalíes es el lugar más sagrado del país y, por tanto, al que viajan más peregrinos. También recibe el nombre de Templo de los Monos, porque cientos de estos animales, que también se consideran sagrados, viven en las inmediaciones del complejo. A la colina se puede acceder por carretera o por unas escaleras que tienen la friolera de 365 peldaños. Además de contemplar sus edificios religiosos, desde Swayambhunath se puede disfrutar de unas magníficas vistas del valle de Katmandú.

La mitología nepalí es rica en historias y leyendas, y una de ellas habla precisamente sobre Swayambhunath. Cuenta que antiguamente, en el lugar que actualmente ocupa la estupa, había un gran lago, y en él creció un loto. El Bodhisatva Manjushri, un hombre santo que seguía el camino de Buda, vio en sueños esta flor de loto, y se desplazó hasta aquí para verla y adorarla. Al contemplarla, llegó a la conclusión de que este lugar debía convertirse en un centro de peregrinación para los budistas, y drenó el lago abriendo un paso entre las rocas. Según la mitología, la flor de loto se transformó en la estupa que existe hoy en día, y los piojos que crecieron en la cabeza del Bodhisatva Manjushri por no cortarse el pelo se convirtieron en los monos sagrados a los que el templo debe su sobrenombre.
Si durante tu estancia en Katmandú dispones de algo de tiempo libre, una buena idea puede ser salir a pasear tranquilamente por sus callejuelas y perderte entre sus numerosos mercados, en los que es posible encontrar mercancías de lo más variopinto. El barrio de Thamel, al norte de la Plaza Durbar, es el epicentro de la vida comercial de la ciudad, y en el que más ambiente puedes encontrar.
Como es lógico, predominan las tiendas en las que se venden artículos de montaña, ya que buena parte de los turistas que recibe Nepal vienen para hacer trekking o escalada en el Himalaya. No obstante, también hay tiendas y puestos callejeros que ofrecen todo tipo de productos: desde prendas de vestir nepalíes, como el sari para las mujeres y el Dhaka topi para los hombres, hasta utensilios de cocina de metal, que reflejan el brillo del sol en sus superficies pulidas. Además, hay un sinfín de tiendas y puestos que venden todo tipo de comidas y de especias. Frutas, verduras, pescado seco, legumbres y uno de los productos nepalíes más populares en los últimos años: la sal del Himalaya.

Nepal es un país en el que la fe se vive muy intensamente, y Katmandú, como su capital, no es una excepción. Por ello, en los mercados de la ciudad es muy habitual encontrar objetos religiosos, que podemos tocar y observar detenidamente, pero que debemos respetar para no ofender a nadie. Entre esos objetos podemos hallar cuencos cantores que se utilizan para la meditación, estatuillas que representan a los dioses del hinduismo, budas de mil tamaños, colores y formas, y, seguramente lo más llamativo de todo, manifestaciones del arte Thangka. Son artículos, casi siempre textiles, que lucen motivos y elementos budistas tanto bordados como pintados. Los “mandalas” son los más frecuentes, pero también se pueden encontrar las místicas “ruedas de la vida”.
Emociones nuevas en tu viaje
- Sin comidas.
- Nueva Delhi
- Comida. Cena.
- Nueva Delhi
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- Paseo en Rickshaw
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- Panorámica de Jaipur
- Almuerzo en el Palacio de Samode
- Desayuno. Comida. Cena.
- Jaipur
- Panorámica de Jaipur
- Fuerte Amber
- Desayuno. Comida. Cena.
- Abhaneri
- Fatehpur Sikri
- Agra
- Visita al Pozo de Chand Baori
- Fatehpur Sikri
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- Nueva Delhi
- Taj Mahal
- Desayuno. Cena
- Katmandú
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- Katmandú
- Panorámica de Katmandú
- Desayuno. Comida. Cena
- Katmandú
- Patan
- Desayuno.
- Katmandú
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India
Variada, exótica y picante, así se podría definir la gastronomía hindú. Los platos más habituales son el dal y el thali. El primero consiste en una sopa de lentejas, verduras y arroz, y el segundo es una especie de plato combinado con el arroz en el centro y patatas, berenjenas y otras verduras alrededor. Existen diferencias significativas entre la cocina del norte de la India y la del sur: al norte predominan los sabores dulzones, se abusa menos de las especias y las carnes más utilizadas son las de pollo, cordero y carnero. Por su parte, la gastronomía del sur es bastante más picante, hay muchas más verduras que carne y el curry y la leche de coco son los ingredientes estrella.
Nepal
La cocina nepalí se parece bastante a la india, aunque no es tan variada en sus ingredientes y sus sabores. El arroz constituye la base de la gastronomía del país, pero hay mucho más: legumbres, cereales, verduras, pescados y carnes, sobre todo la de pollo y la de cabra. A estos productos básicos hay que añadir las especias que emplean los cocineros locales para llenar de aroma y de sabor sus platos: cúrcuma, cilantro, cardamomo, jengibre, cominos, pimienta negra y, por supuesto, la sal del Himalaya. La receta nepalí más conocida es el daal bhaat tarkari, una sopa de arroz, lentejas y verduras al curry, pero hay otros platos interesantes, como el sag, compuesto de espinacas con arroz y mostaza; el sel roti, una rosquilla frita dulce que lleva cardamomo y clavo, o los momos, unas empanadillas al vapor con distintos rellenos. Si no eres muy aficionado a los sabores exóticos y picantes de Oriente, siempre puedes recurrir a alguno de los restaurantes adaptados a los gustos occidentales que se pueden encontrar en las ciudades. En ellos se sirven platos de pasta, hamburguesas, pizzas o comida china.
India
A lo largo y ancho de la India hay miles de tiendas y mercados en los que se puede comprar cualquier artículo imaginable. En Delhi destacan Connaught Place y las calles de Chandni Chowk, en Jaipur el Johari Bazar Road y el mercado del palacio, y en Agra Subhash Emporium y el bazar de Kinari. Si te internas en cualquiera de los mercadillos callejeros del país, tendrás que regatear los precios de los productos que quieras comprar. Si no tienes experiencia en estas lides, lo más aconsejable es que empieces ofreciendo la mitad de lo que el vendedor pide, y te des por satisfecho cuando consigas una rebaja del 20 o del 30%. Un apunte: está bastante mal visto no realizar la compra una vez que se ha acordado el precio, y el comerciante se puede enfadar.
Nepal
Las grandes ciudades de Nepal, como Katmandú, Pokhara, Patan o Bhaktapur, están llenas de tiendas, zonas comerciales y mercadillos callejeros en los que se pueden encontrar toda clase de artículos. Sobre todo en la capital y en Pokhara predominan las tiendas de montaña, ya que son los puntos de partida de muchas expediciones de alpinistas y aficionados al trekking. En Katmandú destaca el barrio de Thamel, un conjunto de calles donde se respira un ambiente cosmopolita, divertido y cargado de actividad comercial, y en Pokhara Baidam Road, una avenida repleta de tiendas. Entre los artículos que se pueden encontrar en los bazares del país destacan los dhaka topi y los saris, las prendas tradicionales nepalís, los utensilios de cocina de metal pulido, las frutas y verduras exóticas y la sal del Himalaya. También abundan los objetos de carácter religioso, que llenan las estanterías de las tiendas y los mostradores de los puestos callejeros. Los nepalíes viven su fe con bastante intensidad, y se sienten orgullosos de ello, por lo que no tienen inconveniente en compartir con los viajeros sus objetos de culto. Hay muchas estatuillas que representan a dioses hindúes, mil budas de otros mil tamaños y formas, cuencos cantores de los que se usan en la meditación trascendental, y obras de arte Thangka. Encontrarás preciosos mandalas budistas bordados en telas de colores y ruedas de la vida que desprenden misticismo.
India
Teniendo en cuenta el tamaño del país y la gran variedad de pueblos y culturas que conviven en él, prácticamente todos los días del año son fiesta en algún lugar de la India. Estas son algunas de las más importantes: • Día de la República (26 de enero). Es la fiesta nacional, y en Delhi se celebra con desfiles por las calles. • Holi (marzo). Cada año cambia de fecha, y se celebra lanzando al aire polvos de colores y agua teñida. • Baisakhi (mayo). Es la fiesta nacional de los sikhs en honor al fundador de esta religión. • Teej (julio). Festival religioso de Rajasthan en honor a la diosa Parvati. • Fiesta de la Independencia (15 de agosto). • Durga Puja (entre septiembre y octubre). Es el festival de carácter religioso más popular del país, sobre todo en Bengala. • Aniversario del nacimiento de Gandhi (2 de octubre). Fiesta nacional y laboral en todo el país. • Feria de camellos de Pushkar (mediados de noviembre). • San Francisco Javier (3 de diciembre). • Navidad (25 de diciembre).
Nepal
Dado el fervor religioso de los habitantes de Nepal, existen gran cantidad de festividades en el país, que se suman a las fiestas civiles. Estas son algunas de las más importantes: • Día de los Mártires (30 de enero). • Día de la Democracia Nacional o Rashtriya Prajatantra Divas (18 de febrero). • Holi (marzo). Cada año cambia de fecha, y se celebra lanzando al aire polvos de colores y agua teñida. • Ram Navami o cumpleaños de Lord Rama (5 de abril). • Navavarsha o día de año nuevo (13 de abril). • Buddha Jayanti o cumpleaños de Buda (10 de mayo). • Día de la Constitución (9 de noviembre)
Para viajar a la India y a Nepal es necesario tener el pasaporte en regla y con una validez mínima de seis meses. Además, los ciudadanos de la Unión Europea necesitan un visado de turista para ambos países. El visado de la India, se puede solicitar en la embajada india de cada país o tramitar la E-Tourist Visa on-line en la web www.indianvisaonline.gov.in. Este visado tiene una duración de tres meses, pero se puede renovar en las oficinas del Foreign Registration Office que hay en las grandes ciudades. Embajada de India en España: Avenida de Pío XII 30-32, 28016 Madrid. Teléfono: 913 098 870. Embajada de España: www.embassyindia.es/
El visado de Nepal, se puede pedir en el consulado de Nepal en Barcelona o bien en el aeropuerto de llegada. Tiene una validez de seis meses desde la fecha de expedición. Consulado de Nepal en Barcelona: C/ Còrsega, 299, Sobre ático. 08008 Barcelona. Teléfono: 934 526 363
La moneda oficial de la India es la rupia, que se divide en 100 paisas. Actualmente, un euro equivale a 73 rupias.
La moneda oficial de Nepal es la rupia nepalí que, al igual que la rupia de la India, se divide en 100 paisas. Actualmente, un euro equivale a 116 rupias nepalíes.
En las grandes ciudades de la India como Delhi, Agra o Jaipur la mayoría de los establecimientos aceptan el pago con las tarjetas de crédito más habituales, como Visa, MasterCard o American Express. En las zonas rurales y en los pueblos pequeños del país, es aconsejable disponer de dinero en efectivo, que puedes sacar del banco con tu tarjeta de crédito y una fotocopia del pasaporte. Del mismo modo, en Nepal, los comercios importantes y los hoteles de las grandes ciudades aceptan sin problemas las tarjetas más habituales, pero las tiendas pequeñas, los puestos callejeros y muchos restaurantes no. Podrás sacar dinero en efectivo en los cajeros automáticos del centro de las ciudades. En cualquier caso, lo más normal es que todo el mundo acepte el pago con euros y dólares. Para evitar problemas desagradables en ambos países, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay limitaciones para entrar en la India o en Nepal con moneda extranjera, aunque en la India, se debe declarar en la aduana si la cantidad supera los 5.000 dólares (4.400 euros). Lo que sí está tajantemente prohibido en ambos países es entrar y salir con dinero en rupias y rupias nepalíes, respectivamente.
No es obligatoria ninguna vacuna para viajar a la India y a Nepal, pero dadas las deficientes condiciones sanitarias, especialmente de Nepal, es recomendable contratar un seguro de amplia cobertura médica. Además, dependiendo de las zonas que vayas a visitar en ambos países, puede ser aconsejable tomar un tratamiento profiláctico contra la malaria. Consulta esta cuestión con tu médico, y ten muy presentes las siguientes reglas:
• El agua es el origen de la mayoría de las intoxicaciones y enfermedades que se pueden sufrir en la India y en Nepal, así que nunca bebas agua que no esté embotellada y no comas frutas sin pelar ni verduras crudas.
• Cuando estés fuera de las grandes ciudades, usa siempre un buen repelente de mosquitos, y a ser posible viste pantalón y manga larga cuando empiece a caer la tarde.
• Tanto en la India como en Nepal, hay muchos animales que viven en la calle. Mantente alejado de ellos, y no te acerques para tocarlos ni mucho menos para alimentarlos. Ni siquiera a los monos, por muy simpáticos que parezcan.
• Hazte un chequeo médico si piensas hacer senderismo por las montañas del Himalaya; es importante estar en una forma física adecuada para no sufrir el mal de altura.
Los dos idiomas oficiales de la India son el hindi y el inglés, aunque existen otros 22 idiomas reconocidos que se hablan de forma local en algunas regiones.
El idioma oficial de Nepal es el nepalí (gorjali), pero hay un gran número de lenguas aceptadas, como el maithir, el bhojpuri, el magar, el gurung, el rai, el limbu, el sunwar, el tamang y el newari, y dialectos bhutia como el sherpa y el thakali.
El horario oficial de la India es GMT + 5:30. Es decir, cuatro horas y media más que en España. Es el mismo horario para todo el país, y no hacen cambios de verano e invierno.
El horario oficial de Nepal es GMT + 5:45. Es decir, cuatro horas y tres cuartos más que en España. Tampoco hacen cambios de verano e invierno.
Debido a la gran extensión del país, el clima de la India es muy variado, pero tiene una característica singular: el año indio tiene tres estaciones y no cuatro. El invierno va de noviembre a marzo, el verano de abril a junio, y el monzón de julio a septiembre-octubre. La humedad que genera la estación monzónica hace que el mes de octubre sea especialmente caluroso, con una gran sensación de bochorno, sobre todo al sur del país. En las costas, el clima es templado y húmedo todo el año, con muy poca variación en las temperaturas, que suelen rondar los 25-30 grados. En el interior es más seco, de tipo continental y con temperaturas que van de los 20 grados en invierno a más de 40 en verano. Al norte del país, en el Himalaya, el frío es extremo, con el termómetro bajando hasta los 20 grados bajo cero.
Por otra parte, el año nepalí se compone de cinco estaciones: verano, monzón, otoño, invierno y primavera. Dada la ubicación del país en la cordillera del Himalaya, el clima de cada zona viene determinado por su altitud. Por debajo de los 1.200 metros se considera clima tropical y subtropical; entre los 1.200 y los 2.400 metros es templado, y de los 2.400 metros a los 3.600 pasa a ser frío. A partir de esta altura, ya tenemos que hablar de clima subártico (entre los 3.600 y los 4.400 metros) y de clima ártico puro de los 4.400 metros en adelante.