Japón: Osaka y Tokyo
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje
Este viaje tiene todas las papeletas para convertirse en memorable. Una ruta que nos llevará por la modernidad y la tradición. Donde podremos disfrutar de los rascacielos de Tokio, los templos más tradicionales de Osaka y la naturaleza es su estado más equilibrado. En Japón todo es armonía, algo que apreciaremos tanto en la arquitectura, la gastronomía y en los modales de los japoneses. Una cultura que ha conseguido extenderse por muchos rincones del mundo y que ahora tenemos la oportunidad de descubrir por nosotros mismos. Osaka, Kioto y Tokio serán las tres paradas principales de este recorrido.
El barrio de las geishas y un pabellón de oro, dos de las visitas obligadas de este viaje a Japón
El viaje comienza en Osaka, una de las ciudades más importantes del país, con dos millones de habitantes, y con una actividad industrial y un puerto muy apreciados. La primera visita será a Kioto, una ciudad de leyenda donde se podrá pasear por el barrio de las geishas, el pabellón de oro o visitar Fushimi Inari. De la historia daremos paso a la modernidad, pasaremos un día libre en Osaka donde el viajero podrá elegir su itinerario. Una vez en Tokio, después de haber viajado en tren bala, nos dejaremos deslumbrar por la modernidad de la ciudad. Rascacielos, barrios dedicados a la electrónica y al ocio de todo tipo nos esperan. El primer día una visita guiada nos permitirá conocer el Tokyo Metropolitan Government Building, el templo Senso-Ji o recorrer la calle de Nakamise-dori. Después dispondremos de dos días libres para poder guiar nuestros propios pasos de la manera que más nos convenga. La ciudad tiene todo tipo de ofertas para el viajero, que encontrará la mejor manera de optimizar su tiempo según sus gustos.
Emociones nuevas en tu viaje
A tan solo 15 kilómetros de la ciudad de Osaka hay un enorme parque de más de 250 hectáreas donde disfrutar de los cerezos en flor en primavera, el frescor de la vegetación en verano y del momiji, la caída de las hojas en otoño. Además del atractivo natural que supone para el viajero, aquí también se pueden observar algunos de los edificios de la exposición universal que se celebró en 1970.
Una de las actividades que se pueden realizar en este parque es la de alquilar el típico patinete de agua para pasear por el estaque. También cuenta con un gran jardín japonés de 26 hectáreas donde se puede apreciar lo más representativo de las técnicas de diseño paisajístico usadas por los japoneses, y en el mismo jardín hay una casa de té donde se puede disfrutar de la ceremonia del té en un enclave precioso.
En este parque es posible visitar varios pabellones que fueron utilizados durante la Exposición Universal. Nada más acceder a él se puede ver la Torre del Sol, con 65 metros de altura y dos brazos extendidos de 25 metros cada uno. Este pabellón representaba el desarrollo de la humanidad y el poder de la vida. Durante un tiempo estuvo cerrada al público pero desde marzo de 2018 se puede acceder. En su interior hay una bonita exposición sobre la evolución de los seres vivos. Lo ideal para poder visitarla es hacer una reserva a través de su página web.
Puede que Kyoto no sea una ciudad pensada para los ciclistas tal y como lo entendemos en Occidente, pero es muy popular ver a los japoneses desplazarse de esta manera y además los conductores son muy respetuosos con los ciclistas. Por ello visitar la ciudad de Kyoto a golpe de pedales es una gran oportunidad. Permite desplazarse más rápido que si se hace en transporte público, prácticamente todos los santuarios y templos tienen una zona para dejar la bici aparcada, es seguro, se colabora con el medio ambiente, se hace un poco de ejercicio e incluso se puede alquilar una bicicleta eléctrica para evitar mayores esfuerzos.
Es otra forma de descubrir la ciudad, con más calma y con la posibilidad de parar en cualquier sitio ya sea para sacar una buena foto o bien para comerse algo rico en un puesto de comida callejera.
El alquiler de bicis se puede llevar a cabo directamente a través del hotel --la mayoría tienen esta opción--, o si no a través de la red ya que hay muchas páginas web que ofrecen este servicio. Un consejo: hay que prestar atención sobre dónde se deja aparcada la bici, ya que algunos lugares del centro de Kyoto tienen espacios reservados para ellas y otros son zonas de aparcamiento de bicicletas pero de pago. Un servicio tipo la zona azul o verde a la que estamos acostumbrados aquí en España.
El mercado de Tsukiji es uno de esos lugares de Tokyo de visita obligada, aunque para ello haya que madrugar mucho y ser discretos. No hay que olvidar que en este mercado se mueven al día más de 2.000 toneladas de pescado y hay que evitar estorbar a la gente que está allí trabajando.
Este mercado es muy famoso por las subastas de atún pero otro dato interesante es que allí se venden al día más de 400 especies diferentes de pescado y también frutas y hortalizas. Las subastas están casi cerradas a los turistas, aunque para asegurar una plaza hay que estar allí a partir de las dos de la madrugada. El aforo es limitado a 120 personas y se accede a través de un registro. Ahora también se puede contratar a través de alguna que otra agencia que organiza visitas al mercado y que garantiza la plaza a los visitantes.
No hay que olvidar que aunque para el viajero suponga una atracción turística el mercado es un lugar de trabajo por lo que hay que ser cauteloso a la hora de moverse por allí para no molestar. Tampoco será extraño escuchar algún que otro gruñido o algún grito para que nos apartemos. Y hay que recordar también que es un mercado y de pescado, así que nada de tacones o de chanclas si no se quiere acabar con los pies especialmente sucios.
La ceremonia del té es mucho más que el simple hecho de beber té. Se trata de un ritual importantísimo en Japón donde se mezcla arte y tradición. El té se prepara de forma meticulosa y se realiza con té matcha, algo amargo para los que no están acostumbrados. También suele acompañarse con un mochi, un pastelito tradicional japonés hecho a base de harina de arroz y que se puede encontrar de muchos sabores. La filosofía que envuelve a esta ceremonia está relacionada con la capacidad de apreciar la belleza de los pequeños detalles y aunque ahora lo veamos como algo muy japonés se originó en China. Procede de la filosofía zen cuya característica es que prioriza el carácter espiritual. Con esta ceremonia se purifica el alma en una peculiar unión con la naturaleza. Los cuatro elementos necesarios son la armonía, la pureza, la tranquilidad y el respeto. Suele realizarse durante las bodas y otros rituales religiosos. Y se trata de diferentes maneras de preparar un té mediante un refinado proceso para que tenga un mejor sabor.
Puede parecer un gesto sencillo pero preparar té también llega a considerarse todo un arte en algunos países de oriente como Japón. Esta ceremonia es una muestra de hospitalidad y como invitados hay que estar a la altura. Si bien llevar traje o kimono no es imprescindible sí que se recomienda vestir con elegancia y con colores neutros. Mejor desprenderse de joyas o relojes en las muñecas y no llevar perfume que estorbe el olor original. Además, en caso de vestir kimono es importante combinarlo con calcetines blancos en sintonía con la pureza y la limpieza de la habitación.
Este tipo de ceremonias suelen llevarse a cabo en casas de té, especialmente diseñadas para este uso. La habitación donde se llevará a cabo el ritual acostumbra a ser de pequeñas dimensiones y muy sobria, apenas decorados con algún arreglo floral. Durante su preparación se puede apreciar el esfuerzo de los japoneses por la simplicidad tanto en los movimientos que simbolizan la verdadera belleza.
Para todos aquellos amantes de los animales, y más concretamente de los gatos, ir a un Neko Café es una experiencia muy potente que no se deben perder. En Tokyo puedes encontrar cafeterías en las que mientras te tomas algo puedes aprovechar para desarrollar el arte de acariciar a los gatos más peludos y achuchables de la ciudad.
Aunque esta actividad pueda parecer un poco friki, es algo que nunca olvidaremos. En Tokyo hay alrededor de 40 establecimientos de este tipo y no suelen ser precios elevados, que incluye todo el café o los refrescos que quieras durante todo el día, así como acariciar con mimo y mesura a estos pequeños felinos.
Aunque pueda parecer un poco surrealista hay una explicación para que este tipo de locales hayan proliferado por toda la ciudad. En algunos lugares de Japón está prohibido tener mascotas en edificios residenciales o en apartamentos. También hay un alto índice de personas que sufren de soledad y este tipo de lugares cumplen perfectamente con la función de proporcionar cariño y tranquilidad a quien los visita. Para los que ya son dueños de estos felinos, acudir a estas cafeterías también supone la oportunidad de conocer a personas con intereses afines, es decir, a dueños de otros gatos con los que comenzar una conversación resulta mucho más fácil.
Cada vez son más las opciones que tenemos para visitar las ciudades y Tokyo no se iba a quedar atrás. En el barrio de Akihabara podemos hacer una excursión con cars y disfrazados de nuestro personaje favorito. Una forma única de recorrer sus concurridas calles y sentirnos como si estuviéramos dentro de un videojuego. Además se puede viajar en grupo o hacerlo en privado.
En la ciudad podemos encontrar varias agencias que realizan esta actividad y además nos proporcionarán un MarioCAR totalmente equipado, GPS incluido y con altavoces Bluetooth con los que crear nuestra propia experiencia personal de conducción.
Vivir una experiencia totalmente emocionante está a nuestro alcance aunque tendremos que tener en cuenta algunos aspectos importantes. El primero es que para poder contratar este servicio deberemos tener en vigor el pasaporte internacional, no sirve con el español. El segundo es saber que esta actividad tiene varios circuitos y su duración dependerá de la elección. Uno de ellos nos llevará a hacer un recorrido por Asakusa, Ueno, Tokyo Sky-Tree, Akihabara y Ginza. Además podremos llevarnos el recuerdo de esta experiencia ya que los cars están equipados con una cámara que graba en 4K. Este circuito no es apto para vergonzosos, ya que allá por donde pasemos seremos el centro de todas las miradas.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas.
- Osaka
- Sin comidas.
- Osaka
- Desayuno.
- Osaka
- Desayuno.
- Osaka
- Desayuno.
- Tokio
- Panorámica de Tokyo
- Desayuno.
- Tokio
- Desayuno.
- Tokio
- Desayuno.
- Tokio
¿Quieres saber más de Japón?
Uno de los grandes atractivos de Japón es su milenaria cultura. Y ésta se ve reflejada en su gastronomía, que es un destino en sí misma. Los viajeros podrán disfrutar de variadas combinaciones de sabores que, como todo en este país, busca el equilibrio y la armonía a la hora de elaborar los platos y a la de presentarlos al comensal.
El gran protagonista de esta cocina es el arroz. De hecho, en momentos más relajados es habitual tomar sopa y arroz acompañando a carne o pescado. Y este último es también otro de los ingredientes principales, ya que se consume a diario y de maneras muy diferentes. Se puede comer incluso crudo en platos como el sashimi y el sushi, o en pequeños montones de arroz con una rodaja de pescado sazonada con vinagre. Pero no todo es crudo y frío, ya que hay muchas opciones de platos calientes. Por ejemplo, el ramen, la sopa japonesa más típica con fideos y verduras; el takoyaki, trozos de pulpo recubiertos con harina y fritos, así como el okonomiyaki, lo más parecido a una tortilla con varios ingredientes. Igual que ocurre en el resto de Asia, los acompañamientos y las especias ocupan un lugar fundamental. La soja es la reina, junto al miso o al dashi. Y también productos frescos como el ajo, la cebolla o los puerros, o aderezos como las semillas de sésamo, la mostaza, el jengibre o el famoso wasabi. En cuanto a bebidas, el té verde se toma después de la comida y siempre caliente, mientras que en el almuerzo se puede tomar sake, un exquisito vino de arroz, o bien otros tipos de licores elaborados a base de malta de arroz.Japón es sin duda un destino ideal para los amantes del shopping, y sobre todo para los aficionados a la tecnología, ya que allí, especialmente en las grandes ciudades, se puede encontrar todo tipo de aparatos para cualquier necesidad o deseo. También en las grandes urbes están instaladas las principales firmas de moda, tanto internacionales como locales, aunque hay que prestar atención a las tallas ya que allí es diferente. Dada la importancia de la gastronomía en este país, es habitual querer comprar algunos utensilios para cocinar o para comer, desde palillos o cuencos, así como aderezos para la comida como salsa de soja o wasabi. Y para los que gusten de artesanías y recuerdos típicos del país, también tienen un gran abanico de posibilidades. Adornos hechos a mano con madera de alcanfor y cerezo, o todo tipo de piezas de bambú son el regalo perfecto para quienes no han podido acompañarnos en el viaje. Y también lo son las cosas más típicas, como la famosa figura del gato que mueve la pata, llamado maneki neko, o un bonito kimono que sirve tanto para vestir como para poner de adorno en una pared. En resumen es un paraíso para las compras, así que ¡hay que tener en cuenta el tamaño de la maleta que llevamos si no queremos pagar sobrepeso en el aeropuerto!
Entre las cosas que pueden llamar la atención de Japón podemos destacar sus fiestas nacionales, algunas de las cuales difieren mucho de lo que celebramos en España.
• Seijin no hi. El segundo lunes de enero los que se han hecho mayores de edad (en Japón es a los 20 años) entre el 2 de abril del año anterior y el 1 de abril del año en curso son reunidos para que el alcalde de su localidad les informe de sus responsabilidades como nuevos adultos.
• Día de Todos los Santos. Los japoneses acogen la primavera el 20 de marzo rezando por sus muertos y ofreciendo flores en los templos en su memoria, y reciben el otoño el 23 de septiembre de la misma manera.
• Día del Niño, el 5 de mayo, muy importante por la baja natalidad del país.
• 3er lunes de septiembre se celebra el Día del Respeto a las Personas Mayores.
• Y la naturaleza ocupa también un lugar importante en su calendario con días dedicados a diversos elementos como el Día Verde (4 de mayo), Día del Mar (3er lunes de julio) o el Día de la Montaña (11 de agosto).
• El ‘Obon’, celebrado durante la primera quincena de agosto, es una de las festividades más importantes y tradicionales de Japón. De origen budista, esta celebración que suele durar 3 días en el mes estival, se lleva a cabo para recordar a los familiares muertos.
• El ‘hanami’ es una de las tradiciones japonesas más famosas, bellas e interesantes que tiene el país ya que se celebra el florecimiento del cerezo, uno de los árboles más típicos y venerados de la región nipona. Durante el mes de marzo y abril, dependiendo cuándo florezcan los cerezos, los japoneses se reúnen en parques y jardines a observar la flor blanca y rosácea de este árbol.
Conviene además seguir las indicaciones habituales en viajes a países lejanos, como beber agua embotellada y asegurarse de que tanto el pescado como la carne están bien cocinadas para evitar algún problema gástrico.