
India: Delhi, Jaipur, Agra
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje


En la India se respira la mezcla de culturas, tradiciones y civilizaciones que han pasado por ella a lo largo de los siglos. El legado del Imperio Moghul se funde con las construcciones realizadas por los británicos en la época colonial, y aunque los bellísimos templos repartidos por todo el país son en su mayoría hinduistas, las minorías cristiana, sij y musulmana tienen también su representación en la arquitectura y en la sociedad.
Cada piedra, cada elefante y cada ciudadano de este país nos hablan de una cultura milenaria, casi tan antigua como el suelo que pisamos al bajar del avión.
No se trata de una forma de hablar, ni de un recurso facilón; este circuito se llama India fascinante porque con él descubrirás, precisamente, la parte más fascinante, más asombrosa y más inolvidable de este destino. Podrás conocer de primera mano cómo suenan las calles de Delhi, a qué huelen sus mercados y qué secretos esconden sus museos, así como cuáles son los monumentos que hacen de ella una ciudad única en el mundo. Podrás también almorzar en el Palacio de Samode y visitar, en Jaipur, lugares tan exóticos como el Fuerte Amber, el Templo de Birla o el espectacular Hawa Mahal, o Palacio de los Vientos. Pero eso no es todo; en este circuito alucinarás con la ciudad fantasma de Fatehpur-Sikri, hecha de arenisca roja, con el pozo escalonado de Chand Baori, en Abhaneri y, por supuesto, con el imprescindible Taj Mahal, en Agra.
Emociones nuevas en tu viaje
Este imponente edificio es, en realidad, toda una declaración de intenciones de un hombre acostumbrado a hacer valer su voluntad a base de riqueza y poder. Hablamos del sultán Shah Jahan, el mismo que mandó construir el Taj Mahal como mausoleo para una de sus esposas, que había fallecido poco tiempo atrás. Al trasladar la capital desde Agra hasta Delhi, el sultán decidió que era necesaria una edificación que dotara de prestigio y popularidad a la nueva capital. Para ello, puso todos sus recursos a disposición de los arquitectos, y la piedra roja que le da nombre se combinó con el mejor mármol blanco, piedras semipreciosas incrustadas en las paredes, gigantescas alfombras… La construcción del Fuerte Rojo de Delhi comenzó en 1638 y duró diez años. El sultán ya tenía su palacio.
Aunque el fuerte ha sufrido terremotos, incendios y ocupaciones por parte de ejércitos amigos y enemigos, se conserva en muy buen estado, y sigue siendo el símbolo de la ciudad que Shah Jahan quiso que fuera.

La majestuosidad del Fuerte Rojo de Delhi no termina en sus apabullantes 6,5 kilómetros de muralla, con una altura que oscila entre los 16 y los 33 metros, ni en sus dos espectaculares puertas principales, la de Delhi y la de Lahore, sino que en su interior encontramos una serie de edificaciones que no hacen sino contribuir a la grandeza del conjunto. En primer lugar, está el pabellón llamado Diwan-i-Am, que el sultán empleaba como sala de audiencias. Antiguamente estaba decorado con piedras preciosas, y el trono que ocupa la posición central fue diseñado a imagen y semejanza del Rey Salomón. Los apartamentos imperiales privados, y la torre octogonal llamada Shah Burj, en la que estaban los despachos del sultán, nos dan una idea del lujo y el poderío con el que vivía Jahan y su familia. Dentro del recinto del Fuerte Rojo también encontramos unos baños, una mezquita, preciosos jardines y numerosos canales de agua que recorren todo el espacio.
Tanto si te desplazas de Delhi a Jaipur, como si lo haces desde esta última a Agra, Samode debería convertirse en una visita obligada. No tanto por el pueblo en sí mismo sino por el impresionante palacio que se encuentra allí. Cuentan los lugareños que en realidad fue un “regalo envenenado” que el maharajá de Jaipur hizo a uno de los nobles que vivía en la corte y que, pese a ser un ciudadano ilustre y muy querido por el pueblo, desarrolló cierto interés por la esposa del maharajá. Para solucionar el problema sin que tuviera que derramarse sangre, el soberano decidió poner tierra de por medio y enviar al noble al Palacio de Samode. Esta circunstancia terminó siendo un acierto en todos los sentidos, ya que Rawal Berisal, que así se llamaba el nuevo ocupante del edificio, lo convirtió en un palacio lujoso y decorado con muy buen gusto.
Actualmente, es un hotel de exquisita apariencia y con un excelente servicio, en el que resulta muy agradable detenerse a almorzar o a pasear por sus preciosos jardines. Es una construcción única, que mezcla los estilos arquitectónicos propios del imperio moghul y de la tradición rajasthaní, sin olvidar cierta influencia musulmana.

El interior del Palacio de Samode tiene la capacidad de dejar sin palabras incluso a los viajeros más acostumbrados al lujo y al buen gusto. No en vano, ha sido escenario de numerosas películas, sobre todo de la gran factoría cinematográfica conocida como Bollywood. Sus paredes están llenas de pinturas murales de gran belleza, y sus muebles, alfombras y cortinas nos hacen viajar a tiempos remotos y sentirnos como un auténtico maharajá. Los jardines y los patios interiores del palacio completan un conjunto verdaderamente pintoresco.
El Templo de Birla está consagrado al dios Visnú, también llamado Narayan, una de las tres principales deidades del hinduismo junto con Brahma y Shiva, y a su esposa Lakshmi, la diosa de la riqueza. Por este motivo, el templo recibe también el nombre de Lakshmi Narayan. Se encuentra en Jaipur, capital del estado indio de Rajasthan, está construido en mármol blanco y destaca por sus tres cúpulas, que simbolizan los tres caminos distintos que hay para acercarse a la religión. Una cúpula redonda señala el islam, una estupa habla del budismo, y una shinkara se refiere al hinduismo.
Fue construido en 1988 por la familia Birla, una de las más ricas de la zona, y actualmente es uno de los más visitados de la India a causa de la sorprendente ceremonia que se celebra en su interior. Se trata de la ceremonia Aarti, un rito que pretende disipar la oscuridad, entendida esta tanto de forma literal como en el sentido de falta de luz espiritual o intelectual. Consiste en una serie de ofrendas de agua y fuego que se realizan a los dioses mientras se entonan canciones rituales. La ceremonia Aarti se lleva a cabo de noche, y es un espectáculo digno de ver.

En el Templo de Birla se puede ver algo tan llamativo como poco habitual: una especie de “paseo de la fama” en el que se aparecen, tanto en las vidrieras como en exquisitos tallados en las paredes de mármol, una serie de personajes de distintas procedencias. Por un lado, están los dioses del hinduismo y algunas escenas de la mitología local y, por otro, personas que han marcado el devenir de la humanidad, como Jesucristo, Sócrates, Confucio o Buda. Como ocurre en muchos otros templos de la India, los jardines que rodean al de Birla son tan bonitos y agradables como el propio templo. En este caso, además, hay un museo en el que se exponen artículos que han pertenecido a la familia Birla a lo largo de distintas generaciones.
Este es uno de los pocos lugares de la India que poseen un enorme interés turístico pero que todavía no han perdido su encanto a causa de la masificación. Se encuentra a solo 35 kilómetros de Agra, y los viajeros que deciden desviarse del itinerario para visitar Fatehpur-Sikri se llevan una agradable sorpresa. Esta joya cultural y arquitectónica fue erigida por el emperador Akbar entre 1571 y 1585, y llegó a ser la capital del imperio mogol durante 14 años.
Dentro de la ciudad hay dos áreas bien diferenciadas. Por un lado, la que alberga los edificios civiles, como el Panch Mahal, el palacio abierto de cinco alturas que se yergue imponente en medio del patio, o los pabellones que el emperador utilizaba para sus audiencias públicas y privadas. Por otro lado, está la parte de la ciudad en la que se encuentran las construcciones religiosas, como la mezquita Jami Masjid o la tumba de Sheikh Salim Chishti, el santo sufí en cuyo honor se levantó Fatehpur-Sikri. No se sabe a ciencia cierta por qué fue abandonada, pero la teoría más extendida habla de una falta de abastecimiento en el suministro de agua que hizo imposible seguir viviendo en ella. Poco después de quedar deshabitada, Fatehpur-Sikri fue víctima de los saqueadores, que se llevaron todos sus tesoros.

A medio camino entre el relato histórico, la leyenda y el folclore popular, se cuenta que la elección del emplazamiento de Fatehpur-Sikri por parte del emperador Akbar estuvo condicionada por la influencia de un santo. A pesar de ser el amo y señor de un imperio gigantesco, Akbar vivía atormentado pensando que moriría sin descendencia. Por ello, acudió a la colina de Sikri, donde vivía un ermitaño llamado Sheikh Salim Chishti, del que se decía que era santo además de sabio. Este le dijo al emperador que tendría tres hijos, y justo un año después nació el primero de ellos. Enormemente agradecido, Akbar decidió levantar una ciudad monumental en honor del ermitaño, y convertirla en capital del imperio mogol.
200 kilómetros al sur de Delhi y 235 al este de Jaipur, se encuentra Agra, el enclave más visitado de la India gracias al monumental mausoleo que allí se encuentra: el Taj Mahal. Construido entre 1632 y 1653, este impresionante edificio es el homenaje que el sultán Shah Jahan quiso rendir a su esposa predilecta, Mumtaz Mahal, cuando esta murió dando a luz a una de sus hijas.
El Taj Mahal está considerado como una de las maravillas del mundo contemporáneo, y supone la obra maestra de la arquitectura moghul. Además del mausoleo, en el recinto hay todo un conjunto monumental, que comprende una mezquita y un jawab simétrico (un edificio idéntico a la mezquita pero que carece de minarete), una entrada espectacular y unos jardines por los que es totalmente imprescindible pasear.

Si quieres visitar el Taj Mahal como un viajero experto, hay dos cuestiones que debes tener en cuenta: Aunque el museo que está en su interior abre a las diez de la mañana, el Taj Mahal propiamente dicho abre sus puertas al amanecer y las cierra al atardecer. Es conveniente aprovechar esta circunstancia y llegar a primera hora. Así evitarás el calor y las aglomeraciones de las horas centrales del día. El Taj Mahal no es solamente un lugar de interés turístico; también es Patrimonio de la Humanidad y el monumento más importante de la India. Por tanto, las normas para los visitantes son muy estrictas: nada de comer ni de fumar, no se debe tocar nada, ni llevar aparatos eléctricos de ningún tipo que no sean cámaras de fotos, ni levantar la voz.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas
- Nueva Delhi
- Sin comidas
- Nueva Delhi
- Desayuno. Comida. Cena.
- Nueva Delhi
- Nueva Delhi
- Viejo Delhi
- Paseo en Rickshaw
- Desayuno. Comida. Cena.
- Jaipur
- Ceremonia Aarti
- Almuerzo en el Palacio de Samode
- Desayuno. Comida. Cena.
- Jaipur
- Panorámica de Jaipur
- Fuerte Amber
- Desayuno. Comida. Cena.
- Abhaneri
- Fatehpur Sikri
- Agra
- Fatehpur Sikri
- Mehtab Bagh (jardín de Mehtab)
- Desayuno. Comida. Cena.
- Nueva Delhi
- Fuerte de Agra
- Taj Mahal
- Sin comidas
- Nueva Delhi
¿Quieres saber más de India?
Variada, exótica y picante, así se podría definir la gastronomía hindú. Los platos más habituales son el dal y el thali. El primero consiste en una sopa de lentejas, verduras y arroz, y el segundo es una especie de plato combinado con el arroz en el centro y patatas, berenjenas y otras verduras alrededor. Existen diferencias significativas entre la cocina del norte de la India y la del sur: al norte predominan los sabores dulzones, se abusa menos de las especias y las carnes más utilizadas son las de pollo, cordero y carnero. Por su parte, la gastronomía del sur es bastante más picante, hay muchas más verduras que carne y el curry y la leche de coco son los ingredientes estrella.
A lo largo y ancho de la India hay miles de tiendas y mercados en los que se puede comprar cualquier artículo imaginable. En Delhi destacan Connaught Place y las calles de Chandni Chowk, en Jaipur el Johari Bazar Road y el mercado del palacio, y en Agra Subhash Emporium y el bazar de Kinari. Si te internas en cualquiera de los mercadillos callejeros del país, tendrás que regatear los precios de los productos que quieras comprar. Si no tienes experiencia en estas lides, lo más aconsejable es que empieces ofreciendo la mitad de lo que el vendedor pide, y te des por satisfecho cuando consigas una rebaja del 20 o del 30%. Un apunte: está bastante mal visto no realizar la compra una vez que se ha acordado el precio, y el comerciante se puede enfadar.
Teniendo en cuenta el tamaño del país y la gran variedad de pueblos y culturas que conviven en él, prácticamente todos los días del año son fiesta en algún lugar de la India. Estas son algunas de las más importantes:
• Día de la República (26 de enero). Es la fiesta nacional, y en Delhi se celebra con desfiles por las calles.
• Holi (marzo). Cada año cambia de fecha, y se celebra lanzando al aire polvos de colores y agua teñida.
• Baisakhi (mayo). Es la fiesta nacional de los sikhs en honor al fundador de esta religión.
• Teej (julio). Festival religioso de Rajasthan en honor a la diosa Parvati.
• Fiesta de la Independencia (15 de agosto).
• Durga Puja (entre septiembre y octubre). Es el festival de carácter religioso más popular del país, sobre todo en Bengala.
• Aniversario del nacimiento de Gandhi (2 de octubre). Fiesta nacional y laboral en todo el país.
• Feria de camellos de Pushkar (mediados de noviembre).
• San Francisco Javier (3 de diciembre).
• Navidad (25 de diciembre).
Para viajar a la India, los ciudadanos de la Unión Europea necesitan un visado de turista, que se puede solicitar en la embajada india de cada país o tramitar la E-Tourist Visa on-line en la web. Este visado tiene una duración de tres meses, pero se puede renovar en las oficinas del Foreign Registration Office que hay en las grandes ciudades. El pasaporte debe tener una validez mínima de seis meses.
Embajada de India en España:
Avenida de Pío XII 30-32, 28016 Madrid
Teléfono: 913 098 870
En las grandes ciudades como Delhi, Agra o Jaipur la mayoría de los establecimientos aceptan el pago con las tarjetas de crédito más habituales, como Visa, MasterCard o American Express. En las zonas rurales y en los pueblos pequeños, es aconsejable disponer de dinero en efectivo, que puedes sacar del banco con tu tarjeta de crédito y una fotocopia del pasaporte.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No es obligatoria ninguna vacuna para viajar a la India, pero dependiendo de las zonas que vayas a visitar puede ser aconsejable tomar un tratamiento profiláctico contra la malaria. Consulta esta cuestión con tu médico, y ten muy presentes las siguientes reglas:
• El agua es el origen de la mayoría de las intoxicaciones y enfermedades que se pueden sufrir en la India, así que nunca bebas agua que no esté embotellada y no comas frutas sin pelar ni verduras crudas.
• Cuando estés fuera de las grandes ciudades, usa siempre un buen repelente de mosquitos, y a ser posible viste pantalón y manga larga cuando empiece a caer la tarde.
• En la India hay muchos animales que viven en la calle. Mantente alejado de ellos, y no te acerques para tocarlos ni mucho menos para alimentarlos. Ni siquiera a los monos, por muy simpáticos que parezcan.
Debido a la gran extensión del país, el clima de la India es muy variado, pero tiene una característica singular: el año indio tiene tres estaciones y no cuatro. El invierno va de noviembre a marzo, el verano de abril a junio, y el monzón de julio a septiembre-octubre. La humedad que genera la estación monzónica hace que el mes de octubre sea especialmente caluroso, con una gran sensación de bochorno, sobre todo al sur del país.
En las costas, el clima es templado y húmedo todo el año, con muy poca variación en las temperaturas, que suelen rondar los 25-30 grados. En el interior es más seco, de tipo continental y con temperaturas que van de los 20 grados en invierno a más de 40 en verano. Al norte del país, en el Himalaya, el frío es extremo, con el termómetro bajando hasta los 20 grados bajo cero.