Costa Rica: Costa Rica Indispensable y Manuel Antonio
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Costa Rica: Costa Rica Indispensable y Manuel Antonio
- Duración
- 10 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje
Nueve días de intensa ruta para descubrir lo imprescindible de Costa Rica. Nuestro recorrido no se deja nada en el tintero. Después de aterrizar en el aeropuerto internacional Juan Santamaría, pasaremos nuestra primera noche en el área de la capital, San José, bendecida por un clima benigno durante prácticamente todo el año. Seguidamente, nos dirigiremos hacia el este atravesando los espectaculares parajes de la Cordillera Central hasta llegar a las llanuras que nos llevarán hasta la zona norte del Caribe, donde nos espera el Parque Nacional Tortuguero. Esta reserva natural está enclavada en la zona más húmeda del país –de hecho, no se puede considerar que realmente haya una estación seca-, lo que la convierte en una de las más verdes y ricas del país. Sus playas, protegidas actualmente durante varios kilómetros, sirven desde hace siglos de escenario a uno de los mayores espectáculos de la naturaleza: las tortugas marinas enterrando en la arena sus huevos para que, unos días después, sus crías rompan el cascarón y vuelvan al mar con sus progenitores.
“Las playas de Tortuguero, protegidas actualmente durante varios kilómetros, sirven desde hace siglos de escenario para uno de los mayores espectáculos de la naturaleza: el desove de las tortugas marinas”
Además de contemplar en directo este impresionante desove, en Tortuguero vamos a poder recorrer un fértil parque natural donde avistaremos una gran cantidad de especies animales. Seguidamente, volveremos hacia el centro del país para visitar uno de sus mayores atractivos, el Volcán Arenal. En nuestro camino, conoceremos varios pueblos pintorescos inmersos en los más espectaculares paisajes hasta llegar a La Fortuna de San Carlos donde, si el tiempo lo permite, podremos mirar hacia arriba y ver por fin a este gigante humeante, activo desde que en 1968 despertó tras siglos de letargo. A su vera pasaremos dos noches para poder recorrer exhaustivamente una región fértil y rica, donde la desolada cima del volcán contrasta con el bosque tropical que vuelve a ganar terreno después de las erupciones y los fabulosos parajes alrededor del río Arenal. Para concluir nuestro viaje en busca de la esencia de Costa Rica, no podíamos irnos sin bañarnos en alguna de sus excelentes playas de aguas claras, arenas finas y densa vegetación.
Emociones nuevas en tu viaje
El Parque Nacional Tortuguero es famoso en todo el mundo porque acoge a varias de las especies de tortugas marinas de las que hay en el mundo. Sus playas albergan cada año, desde febrero a noviembre, un maravilloso espectáculo de tortugas hembra dejando sus huevos en la orilla dos semanas después del apareamiento.
Las tortugas anidan cada dos o tres años y hasta diez veces por temporada, dependiendo de la especie. Guiadas por su instinto, normalmente vuelven a la playa donde nacieron, por eso la costumbre de dejar sus huevos en Tortuguero se mantiene inalterable desde hace siglos. La tortugas hembra –el macho pasa toda su vida en el mar- excava en la arena un agujero para esconder decenas de huevos y lo tapa para dejarlos allí protegidos entre 45 y 70 días. De hecho, a veces cava otros agujeros para despistar a los depredadores. Cuando las pequeñas tortugas, del tamaño de la palma de una mano, salen del huevo, van todo lo rápido que pueden al agua en grupos reducidos para evitar la deshidratación y el ataque de otros animales. Se puede contemplar este espectáculo de febrero a noviembre, aunque la mejor época es a finales de julio y todo agosto, cuando se desova y se ve salir a las crías del cascarón.
Para ver las tortugas tenemos que ir acompañados de un guía y debemos seguir una serie de normas: no podemos llevar cámara de fotos o vídeo ni linternas en la playa. Y es recomendable vestir ropa oscura.
Tortuguero es una de las regiones más húmedas de Costa Rica, con lluvias anuales de hasta 6000 mm en la parte norte del parque y sin estación seca como tal, lo que la convierte en un verdadero paraíso acuático. Esto provoca que la mejor manera para descubrir toda su riqueza sea montarnos en un barco y observar desde el agua decenas de especies animales y vegetales.
De hecho, posiblemente será más sencillo tener contacto con la fauna local desde el agua que en tierra. Resulta sencillo ver nutrias, caimanes, monos aulladores, arañas y titíes, además como tucanes, oropéndolas, jacamaras y otras aves acuáticas. Desde el barco, podremos contemplar tranquilamente los 11 ecosistemas que albergan estos casi 200 kilómetros cuadrados de reserva, desde plantaciones de palmeras de rafia hasta zonas pantanosas. Ahora bien, si preferimos una opción más activa, siempre podemos subirnos a una canoa y remar por los canales. De hecho, existen cuatro rutas acuáticas en el parque para moverse en kayak, canoa u otra embarcación similar.
Los canales de Tortuguero se construyeron para conectar las lagunas naturales y los meandros de los ríos y permiten, desde 1969, la navegación por el interior entre Puerto Limón y los pueblos costeros en barcos en vez de piraguas, como sólo sucedía hasta entonces.
Cuenta la leyenda que Parismina fue fundado por una mujer embarazada llamada Mina que viajaba por el litoral caribeño. Cuando se puso de parto, su compañero le dijo “Aquí pares, Mina”, y de ahí salió el nombre de este coqueto pueblo con ambiente de isla aislada.
Además del innegable atractivo de su tranquilidad, Parismina cuenta con dos grandes alicientes para el viajero: la posibilidad de ver en directo el desove de varias especies de tortugas marinas y la opción de pescar imponentes tarpones y róbalos blancos. Los amantes de la pesca deportiva tienen una cita casi durante todo el año, porque la temporada del tarpón se extiende desde enero hasta mediados de mayo, mientras que el róbalo blanco se pesca todo septiembre y noviembre. Por su parte, las tortugas laúd anidan entre finales de febrero y principios de octubre, la verde arranca en junio y tiene la temporada alta en julio y agosto, y la carey –menos abundante- se puede avistar entre febrero y septiembre.
Parismina no tiene bancos, ni cajeros automáticos ni carreteras –de hecho, sólo se puede llegar por mar-. Y aunque tiene agua potable y electricidad, no se aceptan tarjetas de crédito, así que conviene llevar dinero en efectivo.
Una advertencia: será difícil que podamos contemplar uno en libertad. Pero no perdemos nada por intentarlo, porque verlos sería una experiencia absolutamente espectacular. Hablamos de los seis miembros de la familia de los felinos que habitan en Costa Rica.
Los tenemos distribuidos por todo el país, tanto en humedales como en los páramos alpinos, desde el Parque Nacional Corcovado hasta el Parque Nacional Tortuguero o la zona de Guanacaste. Todos ellos están amenazados y por eso, en otras razones, son difíciles de avistar. Además, hay que tener en cuenta que son muy sigilosos y que están excelentemente camuflados en las zonas donde viven. Las seis especies varían notablemente en tamaño y color: cuatro tienen manchas en el pelaje (jaguar, ocelote, caucel y oncilla) y las otras dos (jaguarundí y puma) tienen el pelo liso. Para observarlos, hay que tener en cuenta que se manejan mejor entre las ramas de los árboles que en el suelo.
De entre las seis especies de felinos costarricenses, el jaguarundí es el más fácil de localizar en la zona de Santa Rosa. Con el margay y el caucel también tendremos más opciones en el Parque Nacional Corcovado. Para el jaguar, el ocelote y el puma tendremos que tener mucha buena suerte.
Unos dicen que se parece a una morsa sin colmillos. Otros lo asemejan a un elefante porque observan algunas similitudes faciales y porque tienen una dieta similar, además de pertenecer al exclusivo grupo de cuatro especies de mamíferos de mar. Pero al final, los manatíes son una especie única y particular, que después de años muy amenazada está empezando a recuperarse, especialmente en la zona del Parque Nacional Tortuguero.
Habita en lagunas y hábitats costeros y necesita comer mucha vegetación cada día para sobrevivir. Tiene un color marrón grisáceo, con aletas delanteras y cola en forma de pala. Tienen fama de contar con un excelente oído, pero para los sonidos de alta frecuencia, como sus agudos gritos, así que conviene acercarse en silencio para tener opciones de contemplarlos de cerca. Lamentablemente, esto también significa que los manatíes son vulnerables a las colisiones con barcos a motor. El mejor lugar para localizar manatíes son los sopladeros, profundas hondonadas cercanas a la costa donde se esconden a la espera de la marea alta.
Comer tanta vegetación acuática tiene como consecuencia una enorme cantidad de desechos cada día. Se calcula que un manatí adulto puede procesar hasta 50 kilos de plantas al día. Por eso, la mejor manera de localizarlos es buscar sus excrementos flotando –son parecidos a los de los caballos- y los chorros casi continuos de burbujas flatulentas.
Una de las mejores y más cómodas maneras de explorar la rica zona del Arenal es adentrarse en el bosque caminando por los Puentes Colgantes del Arenal, situados a cuatro kilómetros de La Fortuna de San Carlos.
El recorrido se puede hacer por cuenta propia –aunque hay que pagar entrada- y se adentra en 250 hectáreas de bosque primario mediante senderos y catorce puentes colgantes sobre barrancos. La ruta, de algo más de tres kilómetros, es relativamente sencilla y está al alcance de casi todo el mundo. El recorrido está pegado al flanco montañoso y nos permitirá contemplar vistas de cada nivel de bosque nuboso tropical. Hay varias excursiones guiadas también que pueden resultarnos interesantes, como el tour de Historia Natural, el Tour de Observación de aves o la Cabalgata de Paco. Asimismo, se puede hacer el recorrido con un guía caminando por la noche a las seis de la tarde.
Para disfrutar de una jornada completa a la vera del Volcán Arenal podemos elegir entre una variada oferta de actividades.
Podemos comenzar en la plaza ajardinada que sirve de centro a La Fortuna de San Carlos mirando a la alta torre de la iglesia que tiene detrás una de las más impresionantes estampas de Costa Rica, el imponente Volcán Arenal. Desde allí, podemos recorrer el parque nacional que rodea al gigante humeante, activo desde 1968. Tiene una actividad constante pero variable en función de la temporada e incluso del día. Para recorrerlo debemos seguir los senderos que nos llevarán por un paisaje lunar de humeantes piedras y rocas de lava. Y más tarde, para completar la ruta, nada mejor que acercarnos hasta Tabacón para disfrutar de un baño caliente y relajante en las aguas termales que fluyen en forma de cascada desde la base del Volcán. Y una última cosa: cuando se haga de noche, debemos mirar al Volcán Arenal porque podemos tener la suerte de ver la lava brillante e incandescente caer por su flanco noroeste. Nos quedaremos con la boca abierta…
El propio Volcán Arenal nos lo advierte y los carteles lo subrayan: hay zonas de acceso prohibido por motivos de seguridad, aunque aparentemente no haya nada peligroso que nos llame la atención. No conviene saltarse este tipo de advertencias.
Todo hacía indicar que esta zona iba a albergar un enorme centro turístico con todo tipo de servicios y grandes bloques de viviendas a pie de playa, pero en Costa Rica hay una enorme conciencia ecológica y el proyecto se frenó mediante la creación de un parque nacional en 1972 que, aunque se amplió en 2000 hasta su tamaño actual de 1625 hectáreas, sigue siendo el segundo más pequeño del país.
Pese a ello, es uno de los más espectaculares de Costa Rica gracias a su enorme riqueza y a su bien señalado sistema de senderos que serpentean entre preciosas playas, bosques tropicales y cabos rocosos casi siempre con unas excelentes vistas de la costa. Además, en el paseo seguramente tendremos la oportunidad de encontrarnos con iguanas, perezosos, monos ardilla o capuchinos, entre otros animales. Ahora bien, es verdad que esto es cada vez más complicado por la afluencia de turistas, aunque el número está cada vez más restringido. En todo caso, no conviene perderse la posibilidad de bañarse en alguna de sus preciosas playas, como Espadilla Sur o Manuel Antonio.
Si estamos en la playa y buscamos la sombra de un árbol, cuidado. Hay que tener en cuenta que ese árbol puede ser un manzanillo, uno de los más comunes en las playas. En ese caso, debemos alejarnos de él porque esta especie de hoja perenne, de tronco corto y brillantes hojas verdes, es muy tóxico. Si nos apoyamos en él, la savia y la corteza nos irritará la piel, y si se nos ocurre probar su fruto amarillo, similar a la manzana, nos estaremos envenenando. Incluso el humo que desprende al quemarse irrita los pulmones.
¿Quieres saber más de Costa Rica?
La cocina costarricense es bastante sencilla, nada que ver con los complejos y variados platos de las cercanas México o Guatemala.
El desayuno típico es el gallo pinto, un plato de arroz salteado con frijoles servido con huevos, queso o natilla (crema de leche agria). Casi todos los restaurantes ofrecen un plato combinado para comer o cenar llamado casado, que es económico y sacia el apetito. Normalmente incluye carne, frijoles, arroz, ensalada y plátano frito. La comida no suele ir muy especiada, excepto en la zona del Caribe, donde las influencias jamaicanas se hacen notar. El pescado y el marisco suele ser de mucha calidad y muy fresco. Se suele hacer frito, a la parrilla o especiado (en el Caribe).
En Costa Rica podemos encontrar una gran variedad de posibilidades para comprar y traernos un buen recuerdo del país. Eso sí, hay que guiarse por un elevado concepto ético y evitar comprar productos de animales, como por ejemplo conchas de tortuga o productos hechos con plumas, coral y conchas; y preguntar por la procedencia de la madera.
Precisamente de este material se pueden hallar interesantes artículos de artesanía como ensaladeras, platos, tablas de cortar, joyeros y objetos de decoración. Un clásico recuerdo de Costa Rica son las réplicas en miniatura de las tradicionales carretas de bueyes pintadas de variados colores. No hay que olvidar la preciosa cerámica de Guaitil o los productos culinarios, como el excelente café, el Ron Centenario o el guaro, el aguardiente local.
• 1 de enero: Día de Año Nuevo
• 11 de abril: Día de Juan Santamaría
•Jueves y Viernes Santo
•1 de mayo: Día Internacional del Trabajo
•25 de julio: Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica
•2 de agosto: Día de la Virgen de los Ángeles
•15 de agosto: Día de la Madre y Asunción de la Virgen
•15 de septiembre: Día de la Independencia de Costa Rica
•12 de octubre: Día de las Culturas
•25 de diciembre: Navidad
Los cajeros automáticos están en las principales ciudades del país y todos aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.). También se aceptan tarjetas de crédito en la mayoría de los comercios, aunque en algunos pueden preferir el pago en efectivo.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.