Bolivia: Bolivia Increíble
- Duración
- 12 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje
Bolivia es un país discreto, que muestra sus grandes secretos arqueológicos, culturales, gastronómicos, folclóricos y artísticos sólo a aquellos que aceptan el reto de sumergirse en el espacio y el tiempo. Bienvenido a Bolivia; un país al que, una vez que lo visitas, sólo piensas en volver una y mil veces. Este completísimo circuito por los lugares más emblemáticos e impactantes de este país andino. El viaje comienza en Santa Cruz, la capital oriental del país y conocida por sus temperaturas suaves, su hermoso casco histórico y su ambiente juvenil y vibrante. A partir de aquí, comenzaremos a tomar altura. Y no es una metáfora, sino que gran parte de nuestros destinos se encuentran a varios miles de metros de altura sobre el nivel del mar, por lo que no deberás escatimar en ropa de abrigo. En Sucre, nos sumergiremos en la historia de Bolivia, desde épocas coloniales hasta la época de las luchas por la independencia. Sucre es un lugar emblemático para la nación, ya que aquí fue donde se declaró por primera vez la libertad e independencia de Bolivia. Desde aquí, nos acercaremos hasta un antiguo camino inca en Chataquila y a una comunidad indígena en la comunidad rural de Potolo. En Potosí rozaremos los 4.000 metros de altura para enamorarnos de uno de los mejores ejemplos de ciudad colonial, nacida merced de los yacimientos mineros de las cercanías.
“En Uyuni visitaremos uno de los mayores salares del mundo y visitaremos la Isla Incahuasi, donde sus cactus alcanzan hasta los 10 metros de altura”
Después de explorar el Salar de Uyuni en 4x4 en una de las mejores aventuras del viaje, volaremos a La Paz, capital de Bolivia, donde exploraremos lo mejor de su patrimonio cultural entre deliciosas casitas colonias, la Plaza Murillo, la Catedral, el mercado de las brujas, el mercado artesanal y la Iglesia de San Francisco. Y de La Paz partimos con rumbo el Lago Titicaca, donde nos sorprenderemos con todo lo que vamos a descubrir de la civilización inca. Pasaremos gran parte del día en la Isla de Sol, visitaremos el Sitio Arqueológico Pilkokaina, antiguo palacio inca, la comunidad Yumani y llegaremos hasta la Fuente Sagrada inca. No nos podremos ir sin conocer Copacabana, una hermosa localidad bañada por las aguas del lago Titicaca y, desde el Mirador del Calvario, obtendremos unas vistas panorámicas extraordinarias del lago y sus alrededores. Regresaremos a La Paz y tomaremos el teleférico para experimentar uno de los espectáculos visuales más impresionantes del circuito. En tu tiempo libre, podrás dejarte seducir por lo mejor de la gastronomía tradicional de Bolivia. Puedes optar por acercarte a un restaurante gourmet o vivir lo mejor de la tradición culinaria de sus puestecitos callejeros y sentarte a la sombra de algunas de sus plazas y parques. Y el viaje concluye donde comenzó, Santa Cruz, donde disfrutarás de tus últimas horas en un casco histórico hermosísimo o en el Paseo de la Recova, un mercadillo de productos típicos de las comunidades nativas orientales y andinas. Bolivia es así, diversa, apasionante, misteriosa y con una explosión de luz y color. Respira hondo, la pureza del aire a tantos metros de altura sobre el nivel del mar depura el alma y conquista el corazón.
Emociones nuevas en tu viaje
En Bolivia encontrarás diversos mercadillos tradicionales donde descubrirás auténticas obras de artes textiles, cerámicas, en madera y otros materiales. Pero, si estás en Santa Cruz, el mejor destino para adquirir artesanía local es el centro de exposiciones Artecampo. Este enclave ofrece el trabajo de unos 1000 hombres y mujeres de la ciudad y de las tribus y pueblos cercanos. Artecampo expone el trabajo de 500 familias y de 12 asociaciones locales de artesanas, en las que trabajan mujeres indígenas de cuatro etnias: guarayas, chiquitanas, ayoreodes e izoceñas.
Al mismo tiempo que adquieres auténticas preciosidades, te aseguras de que estás contribuyendo a la economía de diversas familias de la región. Dichas artesanías incluyen trabajos en piel, hamacas, textiles de diversos tejidos, tarjetas de felicitación pintadas a mano, lámparas elaboradas con materiales naturales, entre otras bellezas. Los beneficios generados por Artecampo se destinan a la autogestión, la capacitación de más mujeres, la producción y la comercialización de los productos elaborados por las familias de las zonas más olvidadas de la región de Santa Cruz, mejorando su nivel de vida.
Potolo es un área rural de lo más tradicional, a unos 60 kilómetros de Sucre. La primera carretera que se construyó hasta Potolo sólo se completó hace apenas dos años. La comunidad nativa que vive aquí habla quechua y sus familias viven en viviendas de adobe o madera, todas ellas muy tradicionales. Los hogares no suelen disponer de electricidad y viven de la agricultura, la ganadería y de la elaboración de las artesanías textiles. Aquí el horario lo marca el sol. La comunidad Jalq´a que vive en Potolo es conocida en todo el país por los diseños de sus artículos textiles en vibrantes tonos negros y rojos, con bordados de animales, como cóndores, ranas, águilas, llamas o vicuñas, así como formas místicas.
La técnica de bordado tradicional de los Jalq´a ha resistido los embates del tiempo y los moradores de Potolo están muy orgullosos del reconocimiento que sus textiles suscitan, tanto por su calidad, como originalidad y colorido. Entre los artículos favoritos por los visitantes están los bolsos y mochilas de diferentes tamaños. La modesta plaza central de Potolo y su iglesia concentra la mayor parte de la vida social de sus pobladores. No resultará extraño que sus habitantes te inviten a sus casas para mostrarte sus costumbres, hábitos y técnicas de bordado. Tómate unos minutos para sentarte en la plaza central y apreciar los atuendos tan originales propios de Potolo: sus sombreros de paja cónicos son únicos en el país.
Antes de visitar Potolo, puedes adquirir algunos artículos para regalar a las familias que te abran las puertas de su casa. Entre los artículos más valorados, están las hojas de coca, los cepillos de pelo y otros abalorios para el cabello. El quechua es considerado como lengua oficial de los incas. Unas pinceladas de quechua para entrar con buen pie: •Rejsikuiki Diospagrasunki = Gracias (del castellano “Dios se lo pague”) •Rimaikullaiki taita = Buenos días, señor •Imainalla kanki = Cómo estás? •Kastellanota rimankichu? = ¿hablas castellano? •Imataj kai = ¿Qué es esto? •Jaika chanin? = ¿Cuánto cuesta? •Rantimusaj = quiero comprar •Manan munanichu rejsekuiki = No lo quiero, gracias •Mikuita munani = tengo hambre/quiero comer •Upiaita munani = tengo sed/quiero beber •Mikuiniikija sumaj = tu comida es deliciosa
La pintoresca y emblemática ciudad de Potosí hunde sus raíces en el año 1572 y su relevancia está íntimamente relacionada con los yacimientos de plata de las minas de Cerro Rico, que hoy en día están completamente agotadas. Desde su nacimiento, Potosí resultó atractiva para mineros, comerciantes, oficiales reales, artesanos e indígenas buscando mejoras en su calidad de vida. El establecimiento de la Casa de la Moneda fue una consecuencia directa del crecimiento de la minería y del comercio entre España y las colonias. La elaboración de las monedas se hizo fundiendo la plata con el plomo, trabajo llevado a cabo por esclavos, liderados por capataces. Estos esclavos eran traídos por los tratantes negreros desde Guinea, vía Brasil.
En el año 1601 ya había 50 esclavos trabajando en la Casa de la Moneda de Potosí. Hoy en día, la Casa de la Moneda de Potosí es un destino obligado para entender la historia, no sólo de Bolivia, sino de América Latina y la relación de Europa con las nuevas tierras del continente americano. Luces y sombras, laudos públicos y secretos, que fueron cincelando una historia interesantísima. Fueron tan conocidas las monedas emitidas por la Casa de la Moneda de Potosí en este período que Miguel de Cervantes popularizó e inmortalizó este hecho con su popular frase "Vale un Potosí", que otros autores más actuales han seguido utilizando.
La numismática o ciencia que se dedica al estudio de las monedas y medallas antiguas que se tiene en la Casa de Moneda, es una arraigada tradición en Potosí gracias a las monedas acuñadas para España, Argentina y Bolivia. Las primeras monedas acuñadas en Potosí datan del siglo XVI. La Casa de la Moneda cuenta con un archivo histórico de valor incalculable, con documentos desde el año 1550, así como una biblioteca, hemeroteca y mapoteca.
Sucre y sus alrededores está repleto de fascinantes mercadillos repletos de colores, olores y sabores. De entre todos ellos, el Mercado Campesino es el más interesante, por dimensiones, tradición y autenticidad. Desde hace más de 26 años, este mercadillo se extiende a lo largo de 10 calles entre frutas, verduras, artesanías y especias. Asimismo, también podrás encontrar artículos de segunda mano, muebles antiguos, partes de automóviles y DVD. De esta manera, el Mercado Campesino es la mezcla perfecta entre mercadillo tradicional de calle y tienda tradicional. Aunque parezca que la distribución de los puestecitos no responde a ningún tipo de orden, la realidad es que todo está cuidadosamente distribuido para organizar los productos y que los olores no se mezclen más de lo necesario.
Si paseas por las calles aledañas detrás del mercado principal, encontrarás más puestecitos, que han ido incorporándose con el tiempo. Si eres amante del street food vas a disfrutar muchísimo, por aquí abundan los lugares donde adquirir los platos más representativos de la tradición gastronómica de Sucre y alrededores. El mercadillo está muy concurrido los sábados, día perfecto para vivir la experiencia completa de la diversidad boliviana. Para llegar el Mercado Campesino puedes ir andando, ya que está a apenas 20 minutos del centro, en la Calle Emilio Hochman. Si prefieres ir en taxi, no te costará más de euro y medio. Merece mucho la pena.
Puedes animarte a visitar otros mercadillos en Sucre, comparar y elegir cuál te gusta más. El mercado Central es un edificio distribuido en distintas plantas. En la planta baja, podrás disfrutar de las frutas y de zumos recién exprimidos. Asimismo, hay puestecitos de hamburguesas, sándwiches de chorizo, arroz, patatas y pollo frito. Una explosión de sabor sin comparación. En la primera planta, encontrarás los cubículos de las carnicerías y tiendas de embutidos. Más arriba, están las especias, quesos y productos gourmet a precios imbatibles. Y en la planta superior, encontrarás diversas opciones para seguir degustando lo mejor de la gastronomía boliviana, desde las 7 de la mañana hasta el cierre. El Mercado Tarabuco es el mejor mercadillo para ir los domingos, ya que se concentran diversos productos elaborados, recolectados y producidos por las comunidades indígenas Yampara. Aquí encontrarás desde vegetales frescos, plantas medicinales, especias y artesanías textiles de una calidad extraordinaria. Además del contenido del propio mercadillo, es una oportunidad inigualable de confraternizar y observar a los yampara, sus bellísimos atuendos y sus formas de trueque tradicionales. Para serenarnos después de la agitación propia, siempre podemos visitar la plaza central de Tarabuco, la iglesia de San Pedro, su museo textil indígena y alguno de sus incontables restaurantes.
El lago Titicaca parece un océano en toda regla, tanto por sus dimensiones como por la profundidad y riqueza de sus aguas. De entre todas las islas que emergen misteriosas, la Isla del Sol es la más relevante por su significado para la civilización inca. Su terreno escarpado acoge unas 800 familias dedicadas a la pesca y al turismo, cuidadosamente gestionado para no dañar esta tierra sagrada. Y es que, para las creencias incas, el dios sol nació, precisamente, en esta isla, así como los dos primeros incas, encargados del nacimiento del imperio inca.
La Isla del Sol alberga más de 80 ruinas de la época inca del siglo XV. De entre todas ellas, cabe mencionar el sitio Arqueológico de Pilkukayna, un templo de dos alturas junto al borde de unos acantilados de unos 20 metros sobre el lago Titicaca. Asimismo, en la parte sur de la isla, encontraremos la escalinata del inca, con unos 200 peldaños que llevan a la villa Yumani, donde se concentran gran parte de los pobladores de la isla. Estas escaleras también llevan a la fuente sagrada de los incas, considerada por muchos como la fuente de la eterna juventud.
Si te interesa hacer noche en la Isla del Sol, lo más viable es encontrar un alojamiento en la comunidad Yumani del sur. Aunque en la isla no abundan los lujos, disfrutarás de los atardeceres y amaneceres más bonitos que hayas visto jamás. Para comer, nada mejor como degustar los elaborados platos locales a base de trucha del lago, sopas o carne de llama. Aunque la Isla del sol es un lugar ideal para visitar todo el año, la estación seca (entre mayo y septiembre) garantiza temperaturas más amables y menos posibilidad de incómodos vientos.
Bolivia contiene, sin duda, un no sé qué místico que está fuera de toda discusión. El aura misteriosa del antiguo imperio inca aún sobrevuela en el imaginario colectivo de sus gentes. Siendo como es el país de América Latina con un mayor porcentaje de población indígena, la adoración a la Pachamama (o Madre Tierra) y a otros elementos naturales se funde con conceptos religiosos adquiridos durante los siglos de la conquista. Dado este contexto, los rituales en busca de fortuna y felicidad no son extraños y, para encontrar los artículos “necesarios” para estos rituales o para encontrar el mejor brujo, nada como el Mercado de las Brujas. Independientemente de si eres supersticioso o un incrédulo redomado, no cabe duda de que este mercado es uno de los rincones con más color y carácter de toda la capital. Los puestecitos y pequeños locales desbordan artículos que tanto pueden servir como amuletos o para conjuros hechiceros, como para decorar un hogar.
Uno de los artículos más desconcertantes de este mercado y que abundan al extremo son los fetos de llama, colgados de cuerdas, amontonados en cestas o repartidos en mesas. Las creencias ancestrales creían que, si entierras un feto de llama bajo los cimientos de tu casa, tu nuevo hogar vivirá prosperidad y fortuna. Las creencias milenarias, los rituales aymaras y los conjuros quechuas se suceden en este baño de cultura, tradición y folclore. Los más inquietos pueden hablar e incluso negociar con los verdaderos directores de tan pintoresco lugar, los brujos locales o yatiri. Sin duda, este mercado es algo diferente pero tan real como cualquier otro mercado de verduras y especias. Aunque para unos pueda resultar un lugar donde sacar bonitas fotos y compartir espacio y tiempo con las comunidades indígenas, para otros es un lugar prácticamente sagrado y digno del más profundo respeto y veneración. Los vendedores contestarán a tus preguntas curiosas con mucho gusto y te mostrarán sus productos más efectivos para atraer el amor, el trabajo, la salud o la potencia sexual, pero como advertencia, no les gusta que los visitantes hagan bromas incómodas sobre sus artículos.
El teleférico que comunica La Paz y la localidad vecina de El Alto es una obra de ingeniería digna de admirar y que ha pasado a la historia por ser el teleférico construido a mayor altura sobre el nivel del mar. En los escasos 10 minutos de trayecto, se puede disfrutar de unas vistas de la ciudad absolutamente extraordinarias.
De esta manera, no sólo se abaratan los costes de viajar hasta uno de los mejores miradores para contemplar la ciudad, sino también el impacto medioambiental de tantos coches y autobuses viajando entre ambas localidades. De esta manera, el teleférico paceño es eléctrico y funciona con energía solar. Actualmente existen 5 líneas de teleférico que sirve tanto para los locales que van y regresan de trabajar, como con objetivos turísticos.
Debido a la gran población aymara viviendo en La Paz y El Alto, los destinos y la información está desplegada tanto en castellano como en aymara.
La cultura gastronómica de Bolivia es tan diversa como deliciosa y vibrante. Es una amalgama de sabores españoles, aymara, quechua y herencias culinarias de otras comunidades indígenas, según la región. Los italianos, árabes y alemanes también han tenido cierta relevancia en la configuración de los menús del país. Los productos más abundantes en Bolivia son las patatas (o papas), el arroz, la quinoa, los frijoles y el maíz (y sus variantes). Así que, prácticamente todo lo que comas, tendrá como base o acompañamiento estos ingredientes. Es fácil encontrar platos con pollo o carne, pero más habitualmente como saborizantes que como parte estrella del menú. La comida central del día es el almuerzo y verás como entre las 12:00 horas y las 15:00 horas cerrarán gran parte de establecimientos. Los bolivianos se debaten entre dos opciones para comer fuera de casa: el restaurante local o la comida callejera. Si optas por la primera alternativa, los restaurantes locales ofrecen platos económicos y abundante, y suelen ofrecer uno o dos menús de mediodía, que consiste en una sopa, un plato principal (acompañado de arroz y papas), un postre y un té. Lo más interesante de estos restaurantes locales es el ambiente de trabajadores, familias y locales que se congregan para debatir sobre asuntos cotidianos con la paz contagiosa de los Andes.
Por su parte, los vendedores ambulantes están en todas partes y en todas las ciudades, pueblos y pequeñas localidades del país. Así que no te vas a escapar de probar algunas de sus especialidades. El plato típico entre los típicos son las salteñas. Son unas empanadas rellenas absolutamente deliciosas. El relleno tradicional es de estofado de carne, con papas y verduras variadas. Si quieres probar esta delicia, pero quieres evitar comer en la calle, siempre puedes acercarte a una salteñería. Están en todas partes. Las papas rellenas son un plato típico de Perú, pero Bolivia cuenta con su propia adaptación. Consisten en bolitas de puré de papas rellenas de huevo duro, verduras, queso y carne de vaca. Se cubren de harina y se fríen. Como aperitivos, puedes probar el choripán, que consisten en un sándwich de chorizo, o las choripapas, papas fritas con chorizo. Si estás en La Paz, no puedes irte sin probar el plato paceño, que consiste en maíz andino, habas verdes, queso andino frito y papas hervidas. Y, para los más carnívoros, la opción estrella podría ser el sándwich de chola (cuidado con el picante) o el charque de la llama (carne seca de este animal).
Es importante entender que Bolivia está constituida por diferentes regiones, con climas diferentes, expresiones culturales diversas y herencias gastronómicas variadas. En cuanto a la cocina se refiere, podríamos diferenciar los platos andinos, los de los valles y los del trópico. Si estás viajando en una ruta por el país, déjate seducir por lo mejor de cada zona. Te garantizamos que te vas a quedar con ganas de querer probar más. Déjate recomendar por los locales y pregunta siempre si es picante. Los bolivianos tienen una alta tolerancia a las especias picantes. En los restaurantes siempre podrás pedir que no te pongan demasiado picante o que te traigan otra botella de agua anticipándote a la explosión de sabor.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas
- Santa Cruz de la Sierra
- Sin comidas
- Santa Cruz de la Sierra
- Panorámica de Santa Cruz
- Desayuno y almuerzo
- Sucre
- Mercado Local
- Desayuno y almuerzo
- Sucre
- Visita a Comunidad Rural
- Desayuno
- Sucre
- Panorámica de Sucre
- Desayuno
- Potosí
- Uyuni
- Panorámica de Potosí
- Desayuno y almuerzo
- Uyuni
- Visita del Salar de Uyuni
- Desayuno
- La Paz
- Panorámica de La Paz
- Desayuno y almuerzo
- Isla Del Sol
- Copacabana
- Visita Isla del Sol
- Desayuno
- Copacabana
- La Paz
- Panorámica de Copacabana
- Desayuno
- Santa Cruz de la Sierra
- Desayuno
- Santa Cruz de la Sierra
¿Quieres saber más de Bolivia ?
Bolivia cuenta con una rica y variada gastronomía que conquista incluso a los paladares más exigentes. Entre sus platos típicos destacan sus deliciosas sopas, especialmente la de maní con zanahoria, repollo y cebolla; el Pique Macho, un surtido de papas fritas, salchichas, carne, huevo cebolla y verduras; el Silpancho, con carne blanda sin grasa ni nervio y servido de papa, arroz y huevo.
Otros platos que merece la pena degustar el chairo, un caldo de cordero u oveja servido con patatas y verduras y el sajta, pollo con salsa de pimientos picantes. Un buen sitio para comer son los mercados ya que encontrarás las deliciosas del país a precios más asequibles que en los propios restaurantes.
En Bolivia encontrarás muchos productos artesanales gracias a la presencia de numerosas culturas.
Te llamarán la atención sus magníficos retablos, una de las expresiones de arte más reconocidas de los artesanos; sus variados y hermosos textiles (mantas, ponchos, alfombras y tapices), producidos en lana de oveja, alpaca y vicuña y con tintes de origen natural; así como la plata y filamento, utilizados para la filigrana de objetos, joyas y utensilios en plata. Concretamente, el artesano convierte la plata en finos hilos y formas diversas de uso religioso y doméstico.
• 1 de enero: Año Nuevo
• 22 de enero: Día de la Fundación del Estado Plurinacional de Bolivia
• 12 de febrero: Lunes de Carnaval
• 13 de febrero: Martes de Carnaval
• 30 de marzo: Viernes Santo
• 1 de mayo: Día del Trabajador
• 31 de mayo: Corpus Christi
• 21 de julio: Año Nuevo Aymara
• 6 de agosto: Día de la Independencia de Bolivia
• 2 de noviembre: Día de Todos los Santos
• 25 de diciembre: Navidad